“Solo la belleza, es amable y adorable al mismo tiempo, ya que es la única forma de lo espiritual que recibimos con nuestro cuerpo y que nuestro sentidos pueden soportar,” (Dialogo de Sócrates a Fedón).
De acuerdo a Carl Jung:
Instinto y espíritu se autoregulan energéticamente, y están presentes en los fenómenos psíquicos, en la creatividad, que tienen una significación simbólica “En el fondo, instinto y espíritu son dos formas de una misma y única energía vital que va siempre hacia un objetivo y se autodespliega y autoconfigura primero en la acción-intuición inconscientes hasta llegar a hacerse consciente en el hombre. Es a través del símbolo como se realiza la transformación de la energía.: “La colaboración instinto-espíritu se lleva a cabo casualmente por transformación simbólica. La realización y asimilación del instinto no sucede por caída en la esfera de los instintos sino por asimilación de la imagen. A su vez esta imagen manifiesta y evoca el instinto, pero, sin embargo, con una estructura totalmente distinta de aquella con la que lo encontramos en el plano biológico. El espíritu, no es antagónico del instinto en sí sino de la instintividad en el sentido de una injustificada primacía de la naturaleza instintiva frente a lo espiritual”
El arte está en la naturaleza del ser humano, que representa el mundo o a sí mismo, en modo que lo que refleja es un estado de conciencia.
Se puede decir que, desde que existe el hombre como ser humano, desde que deja de vivir solo para cubrir sus necesidades vitales y busca satisfacer necesidades superiores o del espíritu, estéticas, de belleza, de trascendencia, es que existe como persona y se separa de los otros seres de la naturaleza, porque puede ver e interpretar el mundo a través de su expresión artística, recrea el mundo a través de su visión, ya sea el dibujo, la pintura, la música, la escultura, etc.desde una visión antropológica, el ser humano siempre ha buscado representar simbólicamente su visión de la belleza, siendo que esto para el artista o literato, muchas veces le causa un sufrimiento por no poder representar todo lo que siente, con palabras, sonidos o imágenes.
Referencias
Vázquez Fernández Antonio (1981) Psicología de la personalidad en C.G. Jung. Ediciones Sígueme, Salamanca, 1, p.15-19