Investigación Cualitativa y Subjetividad

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Hemos decidido colocar como primer artículo de este nuevo blog dedicado a la Psicología Social, el prólogo del libro “Investigación Cualitativa y Subjetividad” del psicólogo cubano Fernando Luis Conzález Rey (1997). En este artículo se introducen muchas de las ideas que desarrollaremos en posteriores entradas, con el fin de contribuir a ampliar el horizonte de pensamiento en la Psicología Social en nuestro medio.

Jan Marc Rottenbacher, 4/12/2008
“El miedo a la especulación es
una expresión institucionalizada
y pública de un miedo oculto en la
institución científica y académica:
el miedo a las ideas.”
(Fernando Luis González Rey, 1997, pág. 6)

Investigación Cualitativa y Subjetividad
Fernando Luis González Rey (1997)
Prólogo

“Este excepcional libro representa un importante avance en el campo de la psicología y el autor lo escribe imprimiéndole la pasión de un manifiesto. El libro estimula y energetiza al le lector proponiéndoles la nueva tarea de la comprensión del trabajo de la mente en la medida en que ésta se confronta con el mundo, por medio de la exploración de la subjetividad y de la conciencia.

La psicología propuesta por Nietzsche como la “ciencia maestra”, a la cual todas las otras se deberían someter (más allá del bien y del mal), se transformó, bajo el dominio del positivismo, en un paisaje árido que ha desviado muchas mentes brillantes [y lo sigue haciendo].

Este imperio del tedio también ha sido ignorado por ciencias afines, como la historia, la filosofía, la sociología y la antropología, así como por el campo literario.
Al mismo tiempo, la necesidad de conocer fenómenos psicológicos que atraviesan todos esos campos se mantiene. Como resultado desastroso, el psicoanálisis fue adoptado como representante de toda la psicología.

Curiosamente, durante un siglo las señales de alarma han estado presentes. Como ejemplo de eso se pueden citar los últimos trabajos de Husserl y Vigotsky. El primero se preguntaba en su obra Crisis por qué el campo de la subjetividad, que debía ser considerado como el objeto de estudio de la psicología, había sido totalmente ignorado por los psicólogos. En el caso de Vigotsky, la crítica incisiva al positivismo, desrrollada en sus últimos trabajos, se mantuvo oculta hasta tiempos muy recientes por sus traductores en lengua inglesa. En Occidente, sólo los trabajos iniciales y más tradicionales de Vigotsky sobre el desarrollo infantil estaban disponibles.

En esta obra [Investigación Cualitativa y Subjetividad] se presenta la epistemología cualitativa como el primer esfuerzo abarcador en el estudio científico de la subjetividad. Per, ¿qué es la subjetividad? El profesor González Rey la describe de la siguiente forma: “La subjetividad no sustituye a los otros sistemas complejos del hombre (bioquímico, fisiológico, ecológico, laboral, salud, etc.) que también encuentran, en las diferentes dimensiones sociales, un espacio sensible para su desenvolvimiento, pero se transforma en un nuevo nivel de análisis de esos sistemas, los cuales, a su vez, se convierten en un nuevo sistema que históricamente ha sido ignorado del subjetivismo, del mentalismo y del individualismo” (pág. 14).

O sea, el principal objeto de la psicología fue eliminado cuando esta área quedó bajo el dominio del positivismo. Una de las vías por las cuales el positivismo ha construido su imperio fue por la invención y aplicación del dogma de la cientificidad.

A los estudiantes de psicología se les enseñan las reglas de lo que ellos llamaron “ciencia dura”, y ese dogma pasó de generación en generación. Esto los ha orillado a creer que están haciendo lo mismo que los médicos: colectar y medir evidencias observables y replicables. Siguiendo estas reglas, el misterio de la psicología sería un día resuelto.
Como ese dogma es falso, no es sorprendente que el positivismo no haya conseguido resolver esa premisa.

El positivismo evitó tratar el problema epistemológico orientado a conocer cuál es el modelo de ciencia apropiado al estudio de los fenómenos psicológicos. Dada su naturaleza como expresión de la subjetividad humana, ¿cómo se pueden construir teorías y desarrollar métodos apropiados para la comprensión de los fenómenos psicológicos?

Para entender lo que está en juego, se puede comparar la construcción imaginativa que se requiere para estudiar científicamente la naturaleza de los fenómenos psicológicos que este libro nos presenta con la “joya de la corona” del positivismo, el concepto de constructo hipotético. Murria en la introducción de su libro Personalidad, sociedad y cultura, describe ese constructo como ficción útil. ¿Será realmente útil? ¿Se puede construir una ciencia basada en la ficción? De forma pomposa, la producción de constructos hipotéticos ha sido descrita como abstracción generalizada. ¿Qué quiere decir esto? Se observan algunas ocurrencias empíricas en el nivel más superficial y, enseguida, se inventa un nombre que capture algo común entre esas ocurrencias: necesidades, motivos, actitudes, etc. Así se obtiene el constructo hipotético. Eso es una ficción, se mantienen vías instrumentales para medirlo, y así se transforma esa ficción (reificación) en algo que se considera real [los psicólogos sociales hacemos esto todo el tiempo]. Esto no es hacer ciencia, sino propagar una extraña religión que se considera útil. ¿Útil de qué forma? Un historiador de la psicología ha argumentado que la razón por la cual el positivismo ha sido universalmente aceptado en la psicología es porque permite profesionalizar el área, brindando reglas simples que puedan ser asimiladas por el alumno medio.

Este hecho permitió crear departamentos de psicología que ofrecían a sus alumnos formas de ganarse la vida en una variedad de dominios aplicados de esta disciplina, algo que no se podría sustentar si ella se confrontase con la complejidad de su propio objeto.

Al introducir el concepto de medida, podría ser invocada una relación con la ciencia, así los instrumentos de medición fueron importados del área de la ingeniería agronómica. Fisher, su inventor, hizo una gran labor de cabildeo por los departamentos de psicología para que esos instrumentos fueran adoptados. A. Newell y A. Simon (1974) se preguntaban por qué para construir la psicología, los investigadores se volvían para los modelos de la agricultura y no, por ejemplo, para la neurobiología o incluso para la meteorología. El contexto histórico evocado podría ser la respuesta.

La investigación cualitativa emergió como un medio de romper con el punto de vista estrecho y opresivo del positivismo; sin embargo, no siempre se ha confrontado con la necesidad de desarrollar una sólida fundamentación epistemológica. El profesor González Rey argumenta con razón que los problemas surgen cuando los investigadores se adhieren a la investigación cualitativa sin conciencia epistemológica. Es por ello que la perspectiva positivista tradicional tiene también una presencia dentro de la investigación cualitativa hasta hoy. El autor afirma:

“La revitalización de lo epistemológico es, pues, una necesidad frente a la tentación de monopolizar lo científico a partir de la relación de los datos con la validez y la confiabilidad de los instrumentos que se producen. Ese instrumentalismo corrompió el objetivo de la ciencia y llevó a la reificación de lo empírico, provocando profundas deformaciones en el uso de la teoría. Por ese motivo, hablar de metodología cualitativa implica un debate teórico-metodológico, sin el cual es imposible superar el culto instrumental derivado de la hipertrofia que considera los instrumentos vías directas de producción de resultados de investigación” (pág. 3).

En este libro se presenta una epistemología basada en una profunda preocupación por describir lo que es necesario para construir una ciencia de la psicología con fundamentos realistas, una psicología que pueda tener sentido para las ciencias afines a las humanidades y que interactúe creativamente con ellas. A este respecto, se debe observar que el autor enfatiza acertadamente en el error que implicó el hecho de haber separado la psicología de un punto de vista epistemológico-filosófico al establecer sus propias cuestiones epistemológicas. Así, él toma posición en relación a uno de los aspectos de la subjetividad: la complejidad. La propuesta del autor sobre la epistemología cualitativa está en estrecha relación con la complejidad de su objeto de estudio. En relación a esto el autor escribe:

“Es imposible hablar de complejidad en abstracto. Las características generales de un sistema complejo deben adquirir valor heurístico para la construcción del conocimiento en el campo concreto dentro del cual trabajamos” (pág. 17)

La epistemología cualitativa representa un modo nuevo de comprender los principios generales de una perspectiva metodológica apropiada al estudio de los procesos psicológicos.

Al conocer que la realidad “es un dominio infinito de campos interrelacionados”, se tiene que pensar el conocimiento como un proceso constructivo-interpretativo, conforme el profesor González Rey afirma:

“(…) cuando nos aproximamos a ese complejo sistema [se está refiriendo a la realidad] por medio de nuestras prácticas, las que, en este caso, están relacionadas con la investigación científica, formamos un nuevo campo de la realidad en el que nuestras prácticas son inseparables de los aspectos sensibles de la realidad estudiada. Son precisamente ésos los aspectos susceptibles a ser significados en nuestra investigación. Es imposible pensar que tenemos un acceso ilimitado y directo al sistema de lo real por tanto, tal acceso es siempre parcial y limitado a partir de nuestras propias prácticas” (pág.5)

Por orientarse a la complejidad de los fenómenos psíquicos, este libro ofrece una visión inspiradora a todos aquellos que se preocupan con estas cuestiones, propiciando insights sobre la forma de comunicar el esfuerzo creativo que implica el estudio del funcionamiento de la psique. Se presentan nuevos conceptos y cada uno de ellos podría constituir un nuevo dominio de investigación. Tenemos, por ejemplo, las ideas de sentido común y de “zona de sentido”, como espacios de inteligibilidad producidos en la investigación.

El investigador no debe guiarse por respuestas fáciles:
“La única tranquilidad que el investigador puede tener se refiere al hecho de que sus construcciones le permitan nuevas construcciones y nuevas articulaciones entre ellas, capaces de aumentar la sensibilidad del modelo teórico en desarrollo para avanzar en la creación de nuevos momentos de inteligibilidad sobre lo estudiado; o sea, para avanzar en la creación de nuevas zonas de sentido” (pág. 7)

Tampoco puede depender de reglas simples que puedan ser enseñadas masivamente:

“Donde hay pensamiento debe existir especulación, fantasía, deseo y todos los procesos subjetivos implicados en la creatividad del investigador como sujeto. Creo que el peligro no está en la especulación, sino en su separación del momento empírico, en la reificación de la especulación (…)” (pág. 8).

Sobre el aspecto metodológico, el autor enfatiza algo muy importante, “la legitimación de lo singular como instancia de producción de conocimiento científico” (pág. 10). En este punto, él se hace eco de los argumentos introducidos por Newell y Simon (op. cit) a favor de la aproximación ideográfica al objeto de estudio, en contraste con la aproximación nomotética del positivismo, en el cual el individuo aparece sólo como fragmento de una compilación estadística. (…).

“Al afirmar que nuestro conocimiento tiene un carácter constructivo interpretativo, estamos intentando superar la ilusión de validez o legitimidad de un conocimiento por su correspondencia con la realidad, esperanza que se convirtió, contrariamente a lo que piensan y sienten sus segadores, en una construcción simplificada y arbitraria en relación con la realidad, al fragmentarla en variables susceptibles de procedimientos estadísticos y experimentales de verificación, pero que no tiene el menor valor heurístico para producir “zonas de sentido” sobre el problema estudiado, separándose de esta forma, de la organización compleja de la realidad estudiada” (pág.6)

Otra cuestión que presumiblemente propiciará intensos intercambios en el campo de la psicología es el lugar que se le atribuye a la comunicación en la epistemología cualitativa al considerarse la investigación como proceso de comunicación:

“Considera a la comunicación como un principio epistemológico lleva a reconsiderar el espacio social de la investigación en su significado para la información producida. El instrumentalismo ingenuo que ha caracterizado a la investigación social y que ha sido criticado por diferentes sociólogos, psicólogos y antropólogos (Bourdieu, Touraine, Ferrarotti, Koch, Gergen, Ibañez, Spink y González Rey, entre otros) consideró que la validez, la confiabilidad y la estandarización de los instrumentos en determinada población eran condición necesaria y suficiente para legitimar la información: por tanto la legitimidad se produce por procesos instrumentales estandarizados, en los cuales el intelecto del investigador interviene poco. Esa representación instrumentalista no se ocupó ni del sentido que tales instrumentos tienen para las personas a quienes se le aplican ni del escenario social en que esa aplicación se realiza. (…).

También la epistemología cualitativa reconsidera la “bandera fatal” de lo que ha sido llamado, probablemente de forma inapropiada, como construccionismo social, caracterizado por la “desconsideración del sujeto como productor de pensamiento y sentido, dejándolo reducido a la convergencia de voces o ‘efectos’ discursivos de una sociedad reducida a una metáfora discursiva”. Esa perspectiva que ha sido presentada en sí misma como alternativa al positivismo ha suprimido la mente no sólo como objeto de investigación, sino también como realidad. Para un behaviorista, la mente era una caja negra imposible de ser descifrada y para un construccionista social, simplemente no existe, Hazaña que no fue ni siquiera soñada por los behavioristas.

(…) la producción del sujeto, el complejo tejido informacional que éste produce por diferentes caminos es el material privilegiado para construir el conocimiento, rompiendo de esta forma con uno de los principios más arraigados del imaginario de la investigación occidental: el hecho de comprender la investigación, en su parte instrumental, como la aplicación de una secuencia de instrumentos, cuyos resultados parciales serían la fuente del resultado final.” (págs. 14 – 15).”

Prólogo escrito por: Marisa Zavalloni, Professeur, Departamento de Psicología Social, Universidad de Montreal.

Puntuación: 4.85 / Votos: 7

3 pensamientos en “Investigación Cualitativa y Subjetividad

  1. CRISTINA

    LOS FELICITO POR LA PAGINA ES MUY ENRIQUECEDORA PARA NOSOTROS LOS PSICOLOGOS… QUISIERA QUE ME DEN INFORMACUIOBN SOBRE COMO Y DONDE PUEDO CONSEGUIR EL LIBRO INVESTIGACION CUALITATIVA Y SUBJETIVIDAD ¿habra alguna libreria online de garantia.
    les escribo desde Tacna.
    Gracias

    Responder
  2. Aura Violeta Aldana Saraccini

    ¡Felicitaciones! Soy docente-investigadora de una Maestría en métodos de investigación social cualitativa. El artículo me sirvió, para profundizar en mi comprensión de la subjetividad, categoría tan importante en el paradigma cualitativo de la investigación.

    Responder

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