
Una de las modernas tradiciones en América Latina es la extendida celebración del “Día de la Madre”, que en muchos de nuestros países se da el segundo domingo de mayo. Esta celebración tiene como principal motivo exaltar la capacidad de las mujeres de dar vida, es decir, de ser madres. Sin embargo, junto a ella se refuerzan una serie de estereotipos sobre lo que la sociedad espera de las mujeres. Ser madre parece que es naturaleza y destino, y con ello la glorificación de valores como el sacrificio y la abnegación en algunos casos, el cuidado de sus hijos o hijas, como prioridad de su misión en la vida, la habilidad de cumplir multiplicidad de roles aunque sea a costa de su sueño y tiempo de descanso, etc. Continuar leyendo
