
Para quienes venimos siguiendo el impacto de la COVID-19, no nos queda duda alguna sobre el elevado costo que esta crisis –como otras anteriores- tiene para las mujeres, en especial para aquellas que deben asumir responsabilidades familiares. También tenemos claro que el reingreso de las mujeres en las actividades productivas será lento, y atravesará varias negociaciones, una primera en el ámbito familiar y una segunda en el ámbito laboral propiamente. Continuar leyendo
