Por Giuliana Catari:
“La palabra, una vez suelta, jamás se recupera”, dicha reflexión de Horacio, el vate latino, revela de manera precisa, el ars poética del que está compuesto Diseño de interiores, primer poemario del docente y ahora poeta, Jossimar Cavalier Gonzales (Lima).
Diseño de interiores (Lima: Ed. Vivirsinenterarse, 2015), es una propuesta estética, donde las reflexiones del yo poético y los espacios habitacionales se amalgaman en una sola palabra: morada. Cada habitáculo de la residencia es una imagen de autopoiesis que se deconstruye mediante la introspección del sujeto hacia la búsqueda de su pasado, como una forma de adaptación en la organización existencial.
De tal forma, que la esencia del yo poético va definiendo (modelando) las bases sólidas de la arquitectura habitacional, y es la palabra que delimita la estructura del proceso reflexivo a través de tres dimensiones: La primera parte: Construyendo tu silencio es el pórtico inicial de los recuerdos que nos invita al paisaje cotidiano del hogar, la modernidad y la au-esencia de la amada. El poema Azotea personal juega con los símiles del sustantivo ─en tanto razonamiento y área superior del ambiente lírico─, vislumbrando una carga irónica y de sarcasmo del yo poético: “…La sala ausente de pasos sirve como espacio vital para practicar/ El deporte democrático por excelencia: Perder la memoria a través del lindo aparatito. Aplicar la extroversión de siempre” (19).
Diseño mi interior contigo y sin ti, la segunda dimensión reflexiva revela a mayor escala el efecto del tiempo en la proyección del poeta. Las calles, los bares y rockolas son testigos remanentes de su historia y es la imagen de su musa, quien complementa los espacios de su soledad: “Entro en tu cuerpo, en tus entrañas, en cada fibra anatómica/De tu piel. /Me imagino recorriendo tu espacio-tiempo/Tus horas transcurridas, tu masa, tu volumen” (31).
Paradójicamente, la no presencia de la amada se convierte en una parte elemental del constructo poético, una ventana de placer y erotismo que se oculta tras la voz de un cuerpo imaginario. Es decir, su ausencia no significa la inexistencia en la vida del yo poético, sino el esbozo redentor de su esperanza.
Finalmente, la tercera dimensión del libro, nos conduce hacia un Hall de sensaciones, una conexión de cavilaciones que entretejen la cotidianeidad del poeta, donde la fugacidad de lo real se ve reemplazada por la necesidad de crear espacios tecnológicos. Sin embargo, dicha inmediatez del poeta remite también la honestidad de sus pensamientos, conjugados en equidad y ternura, sin la banalidad de falsas pretensiones. Así el poema Pisapapeles señala:
“Señores críticos, lo que se escribe se vomita, lo que se dice en el/Papel se queda en el papel, porque así como Heraud, mi verso/Es un río que recorre nocturnidades y casas, corazones y besos, muslos y piernas.”(44).
Por ello, la sencillez del lenguaje y el justo despliegue de figuras y neologismos en torno a la construcción de esta morada poética, denotan la agudeza de la voz lírica y el equilibrio de sus percepciones. Así, Diseño de Interiores, traduce de manera fidedigna los senderos de la añoranza personal y colectiva del poeta, remarcándolos como el “santuario de sus recuerdos” y el pasaje interior hacia una nueva etapa reflexiva. Sin duda, una visión integral que Cavalier inaugura en el tránsito de la poesía y que trasciende a la imagen testimonial de sí mismo.
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* Jossimar Cavalier Gonzales (Lima). Estudió Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Actualmente sigue la Maestría en Literatura Hispanoamericana en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y sus intereses académicos giran en torno a la narrativa de Sebastián Salazar Bondy.