Palabras introductorias al foro de discusión HUÉSPEDES PERMANENTES: TRANSNACIONALISMO, CULTURA Y MIGRACIÓN EN BUENOS AIRES

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Foro de discusión
Huéspedes permanentes: transnacionalismo, cultura y migración peruana en Buenos Aires
26 de julio de 2011
(Breve presentación desde la perspectiva del Consulado General del Perú)

Queridos amigas y amigos:

Agradezco mucho su presencia en este evento, probablemente uno de los más importantes que han sido programados dentro de este mes cultural PERUBA2011, que organiza la Misión a mi cargo.

Quisiera comenzar refiriéndome a la especificidad del Consulado General del Perú en Buenos Aires: no hay consulado peruano en el mundo que atienda a un mayor número de compatriotas. Hablamos aproximadamente de 250,000 o 270,000 connacionales que viven en esta circunscripción. Considerando, adicionalmente las circunscripciones de los otros tres consulados de carrera que existen en la Argentina (La Plata, Mendoza y Córdoba) la suma total de peruanos que viven en este país se encuentra por encima de las 300,000 personas.

Estas cifras se proyectan en los respectivos padrones electorales. Aquí, en Buenos Aires, hubo que preparar dos vueltas electorales (en abril y en junio) para un padrón de 83,000 ciudadanos con dirección en esta circunscripción.

Vista en perspectiva, la materia migratoria es de enorme relevancia para el Perú. En la actualidad, aproximadamente 3 millones de peruanos viven en el exterior. La mayor parte de ellos en los EEUU, aunque también hay importantes concentraciones en Europa y en Latinoamérica. Paradójicamente, debido a la existencia de varios consulados y a la dispersión de la población, no hay ninguna circunscripción en los EEUU que pueda competir con la de Buenos Aires.

La presencia de 3 millones de connacionales en el exterior presenta situaciones favorables, posibilidades y también dificultades y retos. Entre los aspectos favorables, cabe mencionar el aporte de las transferencias de los compatriotas desde el exterior. Entre los retos, la existencia de amplios sectores que emigraron por dificultades económicas y que luchan en los países que los recibieron por forjarse un destino.

No exagero al decir que la circunscripción de Buenos Aires representa una muestra de esta compleja situación. La mayor parte de la población que ha venido llegando durante los últimos diez años a esta circunscripción es de bajos recursos económicos. Gran parte de ella llegó aquí por tierra. La inmigrante emblemática, pionera, casi diríamos, es la mujer joven que busca abrirse camino laboral como empleada doméstica. No es extraño que una considerable porción de los casos que atiende el servicio humanitario de este Consulado General se refiere, precisamente, a estas mujeres trabajadoras y luchadoras. Una vez asentadas y con contactos, ellas terminan llamando al resto de la familia.

Pero la inserción económica no es perfecta. De hecho, hay una gran población con empleo precario y subempleo, como por ejemplo, en el caso del sector de la venta ambulatoria. También hay graves casos de explotación laboral. Entre los temas más conflictivos se encuentra el de las “casas tomadas”, tema que suele recibir bastante cobertura mediática.

Al margen de los problemas vinculados al empleo y a la habitación, muchos compatriotas emigran aquí por las facilidades de atención médica, por los programas de inserción social (en un país de notable experiencia en este campo), y por la enorme oferta educativa del país. No exagero al decir que, en lo que llevo de cónsul, desde agosto de 2009, no he visto ni un solo caso de algún peruano radicado que haya sido rechazado de algún hospital ante una atención de urgencia, léase, por ejemplo, una apendicitis o una fractura. Por otro lado, en Buenos Aires la población peruana encuentra servicios educativos públicos de bastante calidad, en todo caso, superiores a los que obtenía la población en su país de origen. Esto es particularmente claro en el caso de la educación universitaria.

No quisiera dejar de referirme a la legislación migratoria argentina, que es una de las más generosas, y de avanzada, en el mundo. Mientras en otras partes del mundo se criminaliza la migración, aquí se la protege. El proceso de radicación es muy sencillo. A ello hay que añadir la facilidad que representa el hecho de prescindir de visa, e incluso del pasaporte, para desplazarse entre el Perú y la Argentina, porque sólo se precisa del DNI dentro de la normatividad vigente del MERCOSUR.

Quisiera referirme a la necesidad de combatir ciertos mitos vinculados a la migración. Por ejemplo, existen estudios que señalan que los aportes de los migrantes a la economía suelen exceder, o mantenerse en todo caso en términos de equilibrio, a las prestaciones sociales que se reciben. También es importante combatir el mito de que “solo emigran los delincuentes”. Esto último es particularmente fácil de rebatir, porque basta considerar las cifras globales de la población peruana en la Argentina: 600 internos purgando pena en las cárceles dentro de un universo superior a los 300,000 connacionales.

En general, pienso que una aproximación científica y racional, basada en investigaciones, puede ayudarnos a superar la mitología que surge casi inevitablemente en torno a los fenómenos migratorios, aquí, y en todo el mundo. La realidad es que la migración no sólo cumple un rol económico, sino que también contribuye a enriquecer el acervo cultural del país que recibe. Pensemos sólo en el extraordinario fenómeno de difusión de la comida y de la sazón peruanas, que hoy se encuentran casi por doquier en esta emblemática ciudad, probablemente la más cosmopolita de toda Sudamérica.

Por último, saludo y agradezco la presencia de nuestros expositores, el magíster Fernando Velásquez, y el licenciado y candidato a doctor Manuel Macchiavello, a quienes cedo ahora la palabra.

Hugo Pereyra Plasencia
Cónsul General (e) del Perú en Buenos Aires

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