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Manuel González Prada y el Radicalismo Peruano

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Idea del libro Manuel González Prada y el Radicalismo peruano: una aproximación a partir de fuentes periodísticas de tiempos del Segundo Militarismo (1884-1895) (Lima: Academia Diplomática del Perú, abril de 2009)

Teatro Politeama, 29 de julio de 1888: ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra! Ciento veinte años después de ser pronunciadas en una ceremonia patriótica en la gris y austera Lima de la posguerra del Pacífico, estas palabras, escritas por Manuel González Prada contra la generación del tiempo del conflicto, resuenan en el tiempo y tocan todavía la sensibilidad de los peruanos de hoy. Ellas deben entenderse a la luz de lo que estaba ocurriendo entonces en la escena política del país y en el contexto intelectual y cultural de la época.

El libro es un retrato de la vida y del pensamiento de los radicales peruanos desde 1884 hasta 1895, a través del estudio de la prensa que tenía esa orientación política. Además de González Prada, desfilan personajes que han sido poco estudiados hasta la fecha, como Luis Ulloa, Carlos Germán Amézaga y Abelardo Gamarra. Por medio de publicaciones como El Radical y La Integridad, este círculo difundió un nuevo estilo de aproximación a la realidad peruana y forjó la agrupación conocida como la Unión Nacional. No menos interesantes fueron varias personalidades que estuvieron en el entorno de los radicales, como ocurrió en los casos de Adriana de Verneuil, esposa de González Prada, y de Luis Moncayo y Mariano Torres, editores respectivos de La Caricatura y de La Luz Eléctrica.

En el Perú del Segundo Militarismo no hubo marxistas, anarquistas ni socialistas, sino radicales sacudidos espiritualmente por la reciente derrota en la contienda con Chile, abrumados por la débil posición internacional en la que había quedado el país, e influidos por la situación de las provincias cautivas de Tacna y Arica. Más allá de sus excesos y apasionamientos, los radicales tuvieron el mérito de introducir el pensamiento social moderno en el país, con gran interés en la valoración de la población andina, en los asuntos de género, y en la condición de los artesanos y los obreros. Originadas en parte en el movimiento radical del exterior, estas ideas fueron adaptadas y utilizadas para estudiar y proponer soluciones a los problemas de la sociedad peruana, con énfasis en la modernización de las instituciones, en la búsqueda de la integración del país, y en la apertura científica. Al menos como ideales, estos planteamientos han perdurado hasta nuestros días. En los últimos lustros del siglo XIX, estas ideas, aplicadas por los radicales al caso específico de la vida interna del Perú, representaron también un contrapeso al darwinismo social y al positivismo de divulgación que provenían de Europa, con sus visiones estrechas sobre la preeminencia de los más “aptos”, y sus interpretaciones simplistas de corte racista y climático, que eran tan comunes en esos días, sobre todo en el ámbito internacional.

El análisis de esta prensa, y de la que estuvo próxima a ella en percepciones y aspiraciones, permite precisar los hitos históricos que marcaron la evolución del pensamiento radical. Entre estos hitos cabe citar la gran polémica nacional en torno a la aprobación del Contrato Grace (1889) para encarar el problema de la gigantesca deuda externa contraída antes de la Guerra del Pacífico, en la era del guano y del salitre.

El trabajo incluye una detallada cronología de esa época, así como numerosos textos radicales, cuya lectura permite acercarse a esta poco conocida corriente de pensamiento.

Hugo Pereyra Plasencia
a19762253@pucp.edu.pe
hpereyra311@gmail.com

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