La incursión de los VANTs en estudios ambientales

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AUTOR: Jose Luis Ricardo Zárate Sotelo

EDICIÓN: Joel Andre Visurraga Rodil


En la actualidad se evidencia una mayor actividad humana que amenaza los ecosistemas y biodiversidad presente en el planeta. Esto se debe a eventos como el cambio climático, cambio de uso de suelo, contaminación por GEI, entre otros. En ese sentido, se estima que una de cada 10 mil especies se pierde por año, evidenciando una rápida tasa actual de pérdida de biodiversidad que es especialmente preocupante dada la creciente relación entre los niveles de biodiversidad, la prestación de servicios ecosistémicos esenciales y el bienestar humano (Pettorelli et al., 2014).

Afortunadamente, ante este contexto se vienen desarrollando nuevas herramientas que sean de aporte para el cuidado y estudio de dichos ecosistemas vulnerables, tal como es el caso de la aplicación de los Vehículos Aéreos No Tripulados (VANTs) o RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems según sus siglas en inglés). De esta manera, la introducción de estos elementos permitirá desarrollar métodos de muestreo ecológico cada vez más asertivos para el diagnóstico o línea base ambiental.

Los VANTs son dispositivos autopropulsados en el aire que no tienen piloto a bordo, siendo controlados por un operador terrestre (Sandbrook, 2015). Asimismo, su éxito se debe a su gran flexibilidad para transportar diferentes sensores y dispositivos, de manera que son usados para toma de vídeo y fotografía aérea en alta resolución espacial. Esto último puede ofrecer soluciones de mapeo profesional a una fracción del costo que las técnicas convencionales (Jiménez y Mulero-Pázmány, 2019). Ejemplo de ello, permite explorar en un corto tiempo las características geográficas de un determinado espacio a partir de las imágenes obtenidas y procesadas de los drones, de modo que facilita en la descripción de un área de interés. Asimismo, gracias a su liviano peso y mediano tamaño, los drones tienen la capacidad de ser equipados con distintas cámaras compactas tales como visión térmica, sensores hiperespectrales y escaneo con láser como son las cámaras LIDAR (Light Detection and Ranging según sus siglas en inglés), que ayudan principalmente en el estudio de la vida silvestre, estudios de vegetación y aplicaciones forestales (Jiménez y Mulero-Pázmány, 2019).

Otros estudios manifiestan que se pueden obtener mejores resultados en zonas de poca accesibilidad empleando los drones para el recojo de información, lo que podría considerarse como un procedimiento conveniente para expandir adecuadamente las áreas. Además, actualmente se presencia un desarrollo continuo de drones sofisticados y métodos ingeniosos enfocados en acciones de conservación particulares como incendios forestales, monitoreo de la salud de las ballenas, control de vectores de enfermedades, o siembra de semillas para la restauración del hábitat (Jiménez y Mulero-Pázmány, 2019). No obstante, algunos autores han mencionado aspectos negativos del uso excesivo de drones para la conservación, indicando que deben investigarse más los posibles efectos de perturbación de la vida silvestre. 

El uso de drones como herramientas de coerción podría debilitar el compromiso ambiental de las comunidades en áreas protegidas y, por lo tanto, puede resultar contraproducente para la conservación. En otras palabras, el reemplazo del cuerpo humano -como son los guardaparques de las Áreas Naturales Protegidas- por la dependencia tecnológica, afecta las relaciones con las comunidades del lugar, ya que las instituciones públicas y/o privadas no desarrollan un vínculo e interacción con los actores locales, generando poco diálogo y conciencia hacia temas como la protección y sostenibilidad. Por otro lado, los datos adquiridos con drones requieren métodos modernos, robustos y computacionalmente intensivos para obtener información precisa y significativa, lo que puede representar una barrera tecnológica para el uso efectivo de esta tecnología en áreas protegidas (Jiménez y Mulero-Pázmány, 2019).

En el caso peruano, los drones son cada vez más usados por entidades públicas del Estado – el Instituto Geográfico Nacional (IGN), Instituto Nacional de Alta Montaña (INAIGEM), Ministerio del Ambiente (MINAM), Servicio Forestal de Flora y Fauna Silvestre (SERFOR) – y privadas con el fin de conocer y evaluar el estado actual de un territorio geográfico. En efecto, se han usado en la reconstrucción de centros arqueológicos como Kuélap, así como para estudios de glaciología en la estación peruana ubicada en la Antártida. Asimismo, centros educativos incentivan la aplicación de estos equipos para un mayor alcance en sus investigaciones. Por ende, los drones jugarán un papel importante en futuros estudios de monitoreo y mapeo ecológico, proporcionándonos imágenes actuales sobre el área de interés para la identificación visual (Knoth et al. 2013).

Dron modelo DJI Phantom 1. Fuente: Infoamazonia

Hacia un futuro de VANTs

Como vemos, el uso de estos drones es un paso importante hacia una supervisión y gestión operativa más efectiva y eficiente de los recursos naturales (Anderson y Gastón, 2013), ya que facilita la evaluación al proporcionar información sustituta sobre el estado de las plantas y seres vivos que se encuentren en el lugar. Por ello, estos sistemas acompañados con conceptos de teledetección, análisis espacial y fotogrametría ofrecen una mejor descripción de los atributos de la vegetación y desarrollo de nuevos indicadores o parámetros. Estos drones ayudarían a medir o derivar una amplia gama de métricas de biodiversidad como la riqueza en una comunidad o comparando varias comunidades; procesos del ecosistema en humedales y manglares, además del seguimiento a especies relevantes en la cadena alimenticia; y estresores naturales y antropogénicos tales como el cambio de uso de suelo y detección en delitos ambientales como la minería aurífera ilegal en la amazonía peruana. (Jiménez y Mulero-Pázmány, 2019)


BIBLIOGRAFÍA:

Anderson, K., & Gaston, K. J. (2013). Lightweight unmanned aerial vehicles will revolutionize spatial ecology. Frontiers in Ecology and the Environment, 11(3), 138–146. doi.org/10.1890/120150

Burdziakowski, P. (2018). UAV in todays photogrammetry-application areas and challenges. doi.org/10.5593/sgem2018/2.3/S10.031

Jiménez, J., & Mulero-Pázmány, M. (2019). Drones for Conservation in Protected Areas: Present and Future. Drones, 3(1), 10. https://doi.org/10.3390/drones3010010

Knoth, C., Klein, B., Prinz, T., & Kleinebecker, T. (2013). Unmanned aerial vehicles as innovative remote sensing platforms for high-resolution infrared imagery to support restoration monitoring in cut-over bogs. Applied Vegetation Science, 16(3), 509–517. doi.org/10.1111/avsc.12024

Pettorelli, N., Safi, K., & Turner, W. (2014). Satellite remote sensing, biodiversity research and conservation of the future, PhilosophicalTransaction of the Royal Society B: Biological Science. Philosophical Transactions of the Royal Society of London. Series B, Biological Sciences, 369(1643), 1-5

Sandbrook, C. (2015). The social implications of using drones for biodiversity conservation. Ambio, 44, 636–647. doi.org/10.1007/s13280-015-0714-

 

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