Para Sofía Ferró, la sempre pau de Catalunya
Nosotros,
tu y yo,
somos ríos que en el mar se encuentran,
alegres montañas de lago,
y de sillar,
que queriéndose,
sobreviven a la tormenta,
al vedado dolor de la certeza.
Nosotros,
somos afines al gran delirio,
a los ciegos magos de las letras,
a preguntarnos en la noche,
a dos pies de las estrellas,
si habrá alguien
– aparte de ti,
y de mi –
que nos comprenda.
¿Podrá existir el olvido
para un amor que recuerda?
¿Llegaran a tener esperanza
los que caminando sueñan?
y de ser así,
entonces,
¿Qué hicimos?
¿Qué haremos?
Quererte es la respuesta,
y también el misterio
que nos despierta.
Porque quererte
es mirar,
sin miedo y de frente,
a la temible imprecisión del sueño;
pelearse con la memoria,
donde pocas son las promesas,
y muchos los anhelos.
Porque quererte
es dormir con el insomnio,
volver hacia las estrellas,
y contar sin las manos,
una a una,
los irrecuperables años
que desde siempre reflejan.
Porque quererte
es confabular con la vida,
es entregarse a la urgente explosión
del azar que agoniza,
y luego,
morirse a fiel aliento,
para sin ninguna prisa,
cruzar la puerta,
llegar a tu encuentre,
y perderme en tu sonrisa.
Te lo dije antes,
voy a decírtelo otra vez,
así duela,
así cueste:
Te quiero,
y aunque no lo creas,
hay un cielo que atestigua,
un querer,
tierno y doloroso,
que llega hasta las estrellas.
M.L. 2017