Texto: Enfermería Medicoquirúrgica

Autores: Dorothy W.Smith y Claudia D. Gips

Edición: Segunda

Editorial: Interamericana S. A.

Unidad VII: Asistencia de Pacientes de Transtornos Ginecológico o Urológicos

47. Introducción: Funciones de la reproducción

Actitudes Religiosas respecto al Control de la Natalidad (Página 774)

Los miembros de las diversas religiones tienen conceptos diferentes respecto a las medidas anticonceptivas. El médico aconseja, la enfermera ayuda, y la pareja decide. La decisión se hará tomando en consideración sus creencias religiosas (el pastor o el sacerdote ayudarán) y lo que hayan aprendido del médico en las consultas. Respetar las convicciones y creencias de los pacientes es fundamental en este aspecto, como en todas las relaciones asistenciales. Mencionaremos los criterios de algunos grupos religiosos en Norteamérica respecto al control de la natalidad:

Mormones. “Esta Iglesia siempre ha recomendado la integración de grandes familias, por lo que el control de la natalidad, como se interpreta corrientemente, es contraria a sus enseñanzas”.

Judaísmo ortodoxo. Algunas autoridades en la materia se oponen a este tipo de anticoncepción, porque “se desperdicia la semilla”. En particular, se prohibe al hombre cualquier práctica que vuelva estéril al acto sexual. Las excepciones se permiten en época de hambre o por algunas causa médicas.

Judaísmo reformado. La ley Talmúdica-Rabínica se interpreta como que las parejas, y en particular los varones, tienen el deber de multiplicarse. (“Creced y multiplicaos” –Génesis 1:28), y que después que un varón ha tenido dos hijos, no es inmoralidad emplear el control de la natalidad en el grado en que ambos cónyuges lo acepten. Las excepciones a la regla de procrear incluyen peligro para la vida, y casos en que el varón es fecundo pero la esposa es estéril, o que el varón tiene actividades religiosas que absorben toda su atención.

Catolicismo. Las autoridades católicas prohíben impedir el embarazo por medios artificiales, y que el empleo de anticonceptivos es antinatural, un pecado mortal y contrario a la finalidad del acto marital. La abstinencia y el empleo del ritmo (continencia periódica) no son contrarias a las leyes naturales de Dios, y en casos especiales, pueden ser practicados sin violar las leyes morales de la Iglesia Católica Romana, siempre que estén de acuerdo marido y mujer y no cause daño espiritual. Casos especiales en que se justifica emplear métodos anticonceptivos incluyen problemas en la salud de la esposa, posibilidad de anormalidades físicas o mentales en los hijos, o pobreza extraordinaria. En el momento de escribir estas líneas, se encuentran en estudio aspectos morales bastante complicados respecto a la regulación de la natalidad.

Protestantismo. Las distintas sectas protestantes aceptan limitar la concepción en ciertas circunstancias. Puede haber diferencias de interpretación respecto a circunstancias y métodos; probablemente nadie se oponga a esta afirmación: Dios ha delegado la responsabilidad de planeamiento familiar en los padres. El número y la frecuenta con que se tengan los hijos debe ser producto de una elección responsable, en la que concuerden ambos cónyuges. Algunos grupos aprueban la abstinencia como el único método anticonceptivo; muchas sectas protestantes no se oponen a la anticoncepción artificial y al ritmo. Los motivos más que los métodos, son los importantes par decidir el aspecto moral. La paternidad responsable considera la necesidad y el derecho de cada hijo, situaciones sociales y económicas, y la salud y el bienestar del padre y la madre.