Hace un buen tiempo que electoralmente Lima no es el Perú. Pese a que un tercio del electorado vota en la capital, lo que sucede en las urnas limeñas no se proyecta ni siquiera en sus entornos más próximos.
Es decir, Callao o las provincias que dibujan sus fronteras. Las épocas en que ganar en el municipio de Lima eran acompañadas por los triunfos en la mayoría de municipios provinciales y distritales del país forman parte de la historia. Esa relación de vínculo de votosque se extiende por el territorio a través de los partidos se terminó con el desplome del sistema de partidos a inicios de los noventa. Hoy se multiplican los partidos, los candidatos cambian de partidos con frecuencia y los electores son menos fieles a camisetas partidarias y símbolos.
Lima es la única plaza en la que la disputa por el principal municipio del país es entre partidos nacionales. De las trece listas a la alcaldía de Lima, tan solo una, Diálogo Vecinal, que cobijó a Susana Villarán, tenía un alcance solo provincial. El resto, representaba a doce partidos nacionales. Sin embargo, esto no es un indicativo de que la disputa por el poder sea altamente partidarizada. Es más, desde 1986, cuando triunfó Jorge del Castillo por el Apra, nunca más ha triunfado un partido nacional importante: Movimiento Obras, Somos Perú, Solidaridad Nacional y Fuerza Social. Por el contrario, los partidos gobernantes fueron derrotados o no presentaron candidaturas: fujimorismo, Perú Posible, Apra y Partido Nacionalista.
Pese a ello, los alcaldes de Lima, salvo Eduardo Orrego y Jorge del Castillo, fueron candidatos presidenciales como Luis Bedoya Reyes, Alfonso Barrantes Lingán,Ricardo Belmont, Alberto Andrade y Luis Castañeda Lossio, aun cuando nadie ganó la presidencia de la República. Es decir, un triunfo o una exitosa gestión municipal no abona a favor de un triunfo presidencial.
En Lima no solo compiten partidos, sino muchos partidos. Pero mirando más detenidamente el número de candidatos sin vínculos con los partidos por los que postulan también fue alto: siete de trece (Susana Villarán, Salvador Heresi, Alberto Sánchez Aizcorbe, Fernán Altuve, Alex Gonzales, Moisés Mieses y Guillermo Arteta). Y es altamente probable que no vuelvan a ponerse sus respectivas camisetas partidarias.
El abrumador triunfo de Luis Castañeda Lossio es mayor pues la diferencia con el segundo, Enrique Cornejo, del Apra, es de 33%, la mayor en la historia electoral de las elecciones limeñas. Ese solo hecho pone en cuestión la atención que se le ha otorgado al candidato aprista. El triunfo de Castañeda alcanza ribetes mayores por ser el primer alcalde de Lima en ser elegido por tercera vez. Para muchos no será un buen candidato, pero eso no le impide triunfar de manera aplastante.
Del mismo modo, la derrota de la alcaldesa Susana Villarán no tiene atenuantes en una candidatura que va a la reelección. Igual de fracaso fueron los casos de Salvador Heresiy Fernán Altuve. Los tres perjudicados por no estar acompañados de partidos nacionales consistentes. La falta de un símbolo fuerte y de recordación les jugó en contra. Situación que sí benefició, pese a sus bajas votaciones, a Zea (PPC), Sánchez Aizcorbe (FP), Bonifaz (SP) o Del Águila (AP). Debido a estas votaciones el Concejo Municipal será integrado por una mayoría absoluta de SN, con una oposición dispersa y con poca experiencia política y municipal. Incluso el principal grupo opositor, Diálogo Vecinal, apenas contará con cuatro regidores, de los cuales dos, Pilar Freitas y Rocío Andrade Botteri, no son parte de la agrupación izquierdista, de la aún alcaldesa de Lima.
Si bien hubo 13 candidaturas para el municipio provincial, no todos los partidos presentaron listas para competir por los 42 municipios distritales. Es interesante observar que fue Acción Popular el partido que presentó más listas en distritos, cuarenta. Incluso partidos que no presentaron listas para el municipio de Lima sí lo hicieron para varios distritos como Perú Posible (24), Unión Por el Perú (15), Frente Amplio (9) y hasta el Partido Nacionalista (1).
Pero presentar candidaturas, muchas de ellas bajo la figura de partidos vientres de alquiler, ciertamente no configura triunfos electorales. Así, de los 42 municipios distritales Solidaridad Nacional alcanza el triunfo en 17 de ellos. Luis Castañeda tendrá en estos alcaldes una base importante de apoyo, que contrasta con el nulo que ha tenido Susana Villarán al no haber logrado ninguna alcaldía, el 2010. Varios de estos municipios fueron ganados gracias al voto de arrastre que produjo la gran votación de Castañeda. El resto de alcaldías caen en manos de partidos municipalistas, pero reducidos en comparación de otras elecciones (PPC 7, Somos Perú y Siempre Unidos 4 cada uno) y listas distritales con fuerte apoyo electoral (Villa El Salvador, Magdalena y Chorrillos. Los casos de PPS y APP se explican más por circunstancias particulares (el legado de Heresi en San Miguel) que por aportes partidarios.
Pero es en el caso de los municipios distritales que se observa más el bajo enraizamiento de los más importantes partidos nacionales. Ya se comentó que el PNP colocó una sola lista y perdió. Perú Posible presentó 24 listas y ganó en un solo distrito. Acción Popular lo hizo en 40 distritos y tampoco logró triunfar en ninguno. ElPartido Aprista presentó 31 listas y no ganó ninguna. Perdió incluso los dos únicos e históricos distritos: Lurín y, sobre todo, Breña. Fuerza Popular presentó también listas en 33 distritos y no ganó ningún municipio distrital.
Lima es pues excepcional, pero no por eso los partidos nacionales se estructuran representativamente bien. Lo coyuntural, episódico y anecdótico no puede impedir ver que van desapareciendo conforme uno se aleja de Lima, dibujando un país escindido y fraccionado (La República, 10 de octubre del 2014).