Actualmente hay 41 partidos inscritos y varios en proceso de inscripción hasta el 12 de abril. Existe una salida para reducir su número y sincerar cuántos de ellos tienen realmente capacidad movilizadora y electoral. Este año, el último domingo de noviembre, se realizarán las – indebidamente llamadas – elecciones primarias para seleccionar a los candidatos a todos los cargos.
Uno de los errores de la modificación a la Ley de Organizaciones Políticas fue dejar de lado las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) como única modalidad de selección de candidatos. Se ha regresado al modelo del 2003, en el que el partido puede elegir entre tres modalidades. Sin embargo, tal como está redactada la ley, estas “elecciones primarias” no funcionarán como un filtro para reducir el número de partidos. Así, si se presentan 41 partidos, 41 partidos continuarán en carrera, con todos los problemas que ello conlleva.
Actualmente, los partidos pueden escoger entre tres modalidades:
- Modalidad A (primarias abiertas): pueden votar todos los ciudadanos, estén o no afiliados. Sin embargo, dado que el umbral de participación es del 10% del padrón nacional (más de 27 millones de electores), resulta inviable para cualquier partido alcanzar este umbral.
- Modalidad B (primarias cerradas a afiliados): requiere que participe al menos el 10% del padrón de afiliados del partido. Para partidos que declaran cientos de miles de afiliados —varios de los cuales tienen bancada en el Congreso— esto implicaría movilizar decenas de miles de personas, algo que difícilmente alguno de los 41 partidos se atreverá a intentar.
- Modalidad C (elección por delegados): los candidatos se eligen en una convención (primer domingo de diciembre) compuesta por delegados escogidos previamente por los afiliados (último domingo de noviembre). Aquí, el umbral del 10% se calcula respecto al número de delegados, no sobre el padrón de su afiliados. Si un partido establece, por ejemplo, 110 delegados en su estatuto, basta con que 11 estén presentes para cumplir con la ley. Este no es un caso hipotético: ese fue el número más alto de delegados que presentó un partido en las primarias de 2021.
Dadas estas condiciones, es claro que todos los partidos optarán por la modalidad C, y ninguno quedará fuera del proceso. Entonces, ¿cómo se puede reducir el número de partidos? La clave está en modificar el umbral del 10% en esta modalidad: trasladarlo de la convención de delegados a la elección previa de los delegados. Pero esto difícilmente será aprobado por el Congreso, dado que algunos partidos aseguran contar con decenas de miles de afiliados. Aun así, un umbral razonable sería exigir que en la elección de delegados participen al menos el 10% del mínimo requerido para inscribirse como partido (aproximadamente 25,000 militantes). Es decir, se debería movilizar al menos a 2,500 afiliados a nivel nacional. Si un partido no puede movilizar esa cifra, no debería continuar en carrera electoral. ¿Cuántos partidos podrían superar ese umbral? Probablemente no más de 15, reduciendo significativamente la cantidad de partidos. Al fin y al cabo, inscribir documentos, programas, idearios e incluso padrones abultados de militantes es fácil; lo difícil es movilizarlos para que voten. Esa es la verdadera frontera entre una organización política y un simple cascarón. Una última pregunta al Congreso: si esta no es una salida viable, ¿cuál lo es? (Martes, 8 de abril del 2025)