Diez puntos CLAVES para entender cómo el Congreso pretende desnaturalizar las elecciones primarias:
1) La Ley de Partidos Políticos (2003) (LPP) establecía tres (3) modalidades de selección de candidatos: abiertas a la ciudadanía, solo los militantes y a través de delegados. La mayoría escogía esta última alternativa, con la cual el partido -supuestamente- elegía a los delegados en las provincias, quienes se reunían en Lima y elegían a todos los candidatos. Así, la selección de candidatos era realizada de manera independiente por los partidos, pero cuestionados fuertemente por sus propios militantes.
2) El 2019 se aprobó la modificación de dicha ley para establecer como única modalidad las elecciones primarias, abiertas, simultaneas y obligatorias (PASO), bajo el objetivo de dotar a la selección de candidatos de alta legitimidad, participación y competitividad.
3) Esta modificación no gustó a los partidos, dado que con las PASO perdían control sobre la selección de candidatos. Por ello, para la realización de las elecciones del 2021 (generales) y 2022 (subnacionales), decidieron -bajo pretexto del Covid 19- “suspender” las primarias. En su reemplazo diseñaron “elecciones internas”, con la participación solo de los militantes. Justamente esta antigua -y cuestionada- modalidad de selección de candidatos se pretende aprobar en la Comisión de Constitución para convertirla en ley. Es decir, regresar a la ley del 2003. La única variante es la participación de organismos electorales.
4) ¿Cuál ha sido el resultado de este modelo que quieren aprobar? La demostración de la débil relación entre militantes y partidos. En un principio, el argumento de los partidos contra la participación ciudadana en las elecciones primarias era que “solo los militantes debían tener ese derecho exclusivo”. Por ello, al realizarse este proceso, ninguno escogió la modalidad de elecciones abiertas a la ciudadanía, y la participación de militantes solo llegó al 4.9% (ausentismo de más del 95%). Los locales de votación estaban vacíos y había más personal de los organismos electorales y observadores que militantes. Así, la realización de la pantomima de selección de candidatos fue también un alto gasto para el Estado.
5) Pero, ¿a qué se debió esta tan baja participación de los militantes en las “internas”? La propuesta que se pretende aprobar permitiría que los militantes puedan presentarse como candidatos de manera individual o a través de listas. El resultado fue que 21 de 24 partidos eligieron presentar sus candidatos por lista, pero casi todos fueron por lista única. De esta manera, los militantes no tenían otra alternativa que aceptar la lista impuesta, la cual había sido formada previamente por los dirigentes. Entonces, ¿para que ir a votar si todo está decidido? Ese es el modelo argentino que las primarias nuestras (PASO) pretendían evitar dado que se permitía solo la presentación de candidaturas individuales con el proposito de que la competencia sea interna a través del voto preferencial. Con ello, se evitaría que, a través de las listas, se hagan acuerdos entre los dirigentes de los partidos.
6) Pero el problema con el retroceso de las PASO es más grave. De las tres modalidades que planteaba la ley del 2003, ningún partido eligió que sean abiertas con la participación ciudadana, ocho escogieron la elección por militantes, y dieciséis por delegados. Asimismo, el proyecta crearía una tremenda confusión pues el partido puede elegir por cualquier de las tres modalidades para el caso presidencial, congresal o parlamento andino.
7) En el caso de la modalidad de selección de candidatos por delegados, el número de estos no está limitado por la ley. Es así que, en el proceso del 2021, las cifras de delegados de los 17 partidos que escogieron esta modalidad fueron bajas. Por citar algunos: 26 en APP, 27 en UPP, 21 en Renovación Popular, 66 en Fuerza Popular. Estos delegados, a su vez, se encargaron de elegir a todos los candidatos de cada partido a nivel nacional. Es decir, una concentración de la selección de los candidatos en pocas manos.
8) Lo anterior tiene impacto en la organización y el presupuesto. A diferencia de las primarias aprobadas -lamentablemente nunca aplicadas-, las que tenían una sola boleta y una ánfora, el proyecto de ley permitiría que cada partido tenga su propia boleta y ánfora. Esto multiplica la confusión y costo del proceso dado que actualmente tenemos 25 partidos y para el 2026 podrían ser una docena más.
9) Esta fragmentación del sistema de partidos pretendía ser manejada desde las primarias, que establecieron un umbral del 1.5% para evitar que partidos poco organizados o vientres de alquiler participen. El proyecto establece el 30%, lo que aparentemente es mejor. Sin embargo, si los partidos escogen la modalidad de delegados, como ha ocurrido, lograrían largamente superar ese umbral. Por lo tanto un número alto de partidos participarían en las elecciones.
10) Finalmente, el proyecto de la Comisión de Constitución quiebra la columna vertebral de las elecciones primarias en el Perú. Establece un modelo confuso, costoso y contrario a la participación, competencia y legitimidad. No solo es un retroceso, sino un clara medida contrarreformista. Si se aprueba este proyecto, conforme los intereses de este Congreso tan deslegitimado, habremos retrocedido al 2003 y todo lo avanzado se perderá. Pero esto, no interesa a los partidos.
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