—La caída de Castillo no parece haber solucionado la crisis, pues hay protestas, especialmente en provincias, pidiendo adelanto de elecciones…
—Pero la presidenta dice que podría darse si la situación lo amerita, y conversando con las bancadas. ¿No es un retroceso de su primera declaración?
—Como la presidenta no está en la mejor posición, pues no tiene bancada, para quedarse tendrá que ceder a lo que diga el Congreso…
—¿El comportamiento del Congreso de querer atribuirse la caída de Castillo no lo deslegitima aún más?
—Pero en cualquier momento pueden vacar a la presidenta, como hicieron con Vizcarra, si no les gusta cómo actúa…
—Ante el descrédito de la ciudadanía frente al Congreso, ¿no es mejor que haya un adelanto de elecciones?
—Una cosa es que uno puede considerar que es mejor, y otra cosa es lo que sucede en realidad. Los principales actores políticos son de un lado el Gobierno, y del otro, el Congreso. Dina Boluarte intentará quedarse, y espera que le irá bien y se quede en la Presidencia hasta el 2026; y por otro lado está el Congreso, que no tiene el menor propósito de adelantar las elecciones. Para ellos, el problema solo era Castillo. Claro que tienen intereses, algunos personales en términos de ingresos y estatus, y otros porque son canalizadores de intereses mercantilistas o de mafiosos. Entonces, pedirles que sean responsables y reformen la Constitución para que haya adelanto de elecciones, es en vano, no lo van a hacer a no ser que se sientan en una situación límite en que no hay otra manera.
—¿Que lo presione la calle?
—El Congreso solo lo hará si es obligado por circunstancias que lo lleven a esa decisión, como una crisis generalizada o un encuentro de poderes, en el que nuevamente cae el Gobierno, pero la ciudadanía no acepta que lo encabece quienes están vinculados a una oposición enconada (La República, sábado 10 de diciembre del 2022).