Estamos a casi a un mes del referéndum. Sin embargo, estamos encaminándonos a una participación ciudadana, pero sin reforma política. Esto es así, puesto que el presidente Martín Vizcarra ha señalado que votará por el Sí, en el caso de la reforma del CNM, el financiamiento de los partidos políticos y la no reelección de los congresistas, pero por el No, en el caso de la bicameralidad. Esta última, porque la propuesta del Ejecutivo fue, realmente desnaturalizada.
Cuando luego de complicadas y largas horas de debate ya se tenía una propuesta sobre la bicameralidad, se introdujo artículos que tenían que ver con la cuestión de confianza, en la misma dirección que las modificaciones del reglamento del Congreso de la República. El proyecto, finalmente aprobado, desnaturalizaba seriamente uno de los mecanismos que tiene el presidente de la República para contrarrestar el poder del Parlamento y mantener el equilibrio de poderes.
Semanas antes, un grupo de congresistas llevó el caso al Tribunal Constitucional (TC) para que declare la inconstitucionalidad de las modificaciones en el Reglamento del Congreso, como que así ocurrió este martes último. A partir de esta información algunos congresistas han salido rápidamente a señalar que el pronunciamiento del TC, por extensión, tiene efectos inmediatos sobre la ley de reforma constitucional referida a la bicameralidad y que será votada en el referéndum, por lo que se debe votar por el Sí también en esta pregunta.
El primer problema es que no se conocen los alcances de la sentencia del TC que recién se publicará a mediados de mes, creando confusión. Pero lo que es claro es que la resolución del TC tiene efectos únicamente sobre el Reglamento del Congreso, mas no en la ley ya aprobada por el Congreso. No existe la figura de derogar o dejar sin efecto artículos de una ley por extensión. Eso solo lo puede hacer el Congreso a través de los canales reconocidos. En consecuencia, si se aprueba la bicameralidad tal como está, se estaría constitucionalizando aquello que se evitó a través del Reglamento del Congreso. Pero si gana el No en el referéndum, ¿nos quedamos sin reforma política? No, esta murió antes.
De las propuestas del Ejecutivo, la referida a la bicameralidad era la real reforma política, pues la no reelección de congresistas, contra lo que frecuentemente se cree, no tiene impacto en la mejora de la representación y más bien la puede empeorar. Finalmente, la referida al financiamiento se podía canalizar por reformas a la Ley de Organizaciones Políticas. Nos quedaremos sin la posibilidad de reelegir a los buenos congresistas, que son pocos pero son, y sin bicameralidad. El problema se agrava si se toma en cuenta que, por ley, el Congreso no podrá modificar esta norma al menos dentro de dos años.
Lo que sí se aprobará, y es un paso adelante, es la reforma del CNM que será sustituido por la Junta Nacional de Justicia, que se tendrá que constituir en los próximos meses y deberá resolver nombramientos y procesos disciplinarios embalsados y urgentes. Tendremos entonces un referéndum sin reforma política, pero con reforma judicial (El Comercio, jueves 8 de noviembre del 2018).