Fernando Tuesta Soldevilla. El analista político revisa algunas propuestas del Presidente y el panorama político de las próximas elecciones.
(Entrevista de Jorge Loayza)
El sociólogo Fernando Tuesta Soldevilla desconfía del pedido sobre reformas políticas que formuló el mandatario Ollanta Humala en su discurso ante el Congreso. No cree que la voluntad de cambio sea real. En su opinión, es difícil que los cambios se realicen porque irían en contra de lo que quiere la opinión pública. Respecto a las elecciones de octubre, Tuesta afirma que tendrá como participantes a partidos políticos debilitados. Sobre Nadine Heredia considera que no se animará a postular a la presidencia y que una mejor opción sería candidatear al Congreso.
El llamado del presidente Humala al Congreso para fortalecer los partidos y hacer una reforma política, ¿no le suena a broma, teniendo en cuenta cómo está su propio partido, debido a problemas internos?
La parte relativa a su democracia interna estuvo al final del discurso (al Congreso), como un simple listado que parece se lo entregaron a última hora. No hay un concepto integral de cómo la reforma política tiene que ver con el resto del país. Por eso habla, invoca, llama, pero no propone. Es un saludo a la bandera. Lo que ha hecho el presidente es lo que ha hecho el Congreso, sacar temas que no van a tener impacto en la mejora en las instituciones. El llamado del Presidente es puro lirismo. Los organismos electorales han presentado proyectos de ley que están arrumados en el Congreso.
¿No hay interés de los grupos del Congreso para aplicar una reforma política integral?
Una de las cosas más difíciles es la reforma política porque los políticos sienten que modificar las reglas de juego puede tener efectos que ellos no pueden controlar ni conocer. Existe un conservadurismo muy grande. Sumado a esto que algunas medidas son populares y el parlamentario no quiere meterse con ellas. Algunos ejemplos son: el voto preferencial es altamente nocivo para un país como el nuestro, con un sistema de partidos debilitado. Un segundo elemento es proponer el voto facultativo, también modificar el sistema de bicameralidad. No se quiere cambiar nada porque la opinión pública está en contra. Entonces, el gobierno y el Parlamento tratan de hacer las cosas por donde va la opinión pública y con las reformas perderían apoyo. Un segundo elemento que limita es el alto fraccionamiento del Congreso.
Hay otras reformas que se hacen difíciles, como la rendición de los ingresos y gastos y que se sancione a los que no cumplan.
Dentro de las reformas hay varios temas: las relaciones Ejecutivo-Legislativo, desde la figura del primer ministro, esta suerte de híbrido de un semi presidencialismo. También el diseño del Parlamento unicameral. Uno ve este tipo de parlamentos en países relativamente chicos o que han sido modificados por autoritarismo, como Hugop Chávez en Venezuela. El Perú requiere una bicameralidad.
Pero es una medida antipopular porque implicaría mayor número de congresistas y el desprestigio del Congreso no lo hace propicio.
No se cometen reformas porque no se quiere ir contra la opinión pública y se desconoce mucho sobre este tema.
La oposición ha criticado al presidente por proponer estos cambios en un periodo electoral, ¿lo debió haber planteado al inicio de su gestión?
Sí, pero el Congreso también debió haber planteado los cambios y no lo ha hecho. No es una cuestión de solo el presidente. Si las fuerzas opositoras lo plantearan sería un debate rico, pero en este caso no es lo uno ni lo otro. Muy pocos son los congresistas que entienden que esto es importante. En el Parlamento actual 105 congresistas son nuevos, y quedaron fuera unos que tenían experiencia. Acá la rotación de representación política es altísima.
¿A qué responde esto, a la disconformidad de la gente?
Es causa y consecuencia. Evidentemente, los partidos no forman cuadros y dirigentes con liderazgo de diverso nivel y jerarquía, y entonces se tienen que prestar candidatos. Por eso las adhesiones son extremadamente débiles y una vez que se llega al Parlamento se salen de los partidos y forman nuevas bancadas. Pero como los partidos están inscritos tienen la posibilidad de participar nuevamente en las elecciones. Algunos partidos carecen de parlamentarios, como el caso de Siempre Unidos, que puede poner candidatos en regiones y hasta el último distrito. Esto ha llevado a una mercantilización de la política.
Se han convertido en membresías.
Claro, actuando como membresías van a la búsqueda de candidatos que no tienen partidos. Esto se ha convertido en una suerte de matrimonio de migrantes en el que se intercambian favores.
¿Una demostración de esa crisis es la bancada de Unión Regional, que en la última elección del Congreso participó en listas diferentes?
Claro. Cuáles son las diferencias sustantivas del grupo que se acaba de salir de Gana Perú de aquel grupo inicial que se apartó: ninguna. Solo hay el deseo de tener la bancada propia, porque así se negocian cosas, desde cuestiones materiales de oficinas hasta la distribución de comisiones. Ese es otro punto que los partidos no quieren cambiar. En otros países se elige a quienes dirigen el Parlamento por cinco años, acá cada año se cambian presidente y comisiones. Eso es lo peor para una institución.
El Presidente mencionó la irrenunciabilidad al cargo de congresista, ¿por qué no sería posible si también se puede renunciar al cargo de Presidente?
Sí, es cierto. Esta es una figura muy antigua. El cargo no es renunciable no solo porque es por elección popular, sino te imaginas ¿qué hubiera pasado si el cargo era renunciable en la época de Fujimori y Montesinos? Hubieran comprado las renuncias. La capacidad de presión que se puede ejercer es alta. Sí creo que una figura que se debe discutir más es la protección de los parlamentarios en general, que es la llamada inmunidad. Debería discutirse sobre todo en las personas que han cometido faltas previas a la asunción del cargo. El proceso para levantar la inmunidad ahora es complejo y hay arreglos entre bancadas para proteger a parlamentarios.
FRENTE A LAS ELECCIONES
De cara a las próximas elecciones regionales y municipales, la participación de los partidos nacionales apenas bordeaba el 50% de candidatos, ¿es consecuencia de su falta de trabajo con las bases?
Es un panorama desolador. Los partidos no han logrado recuperarse ni constituir un sistema de características similares a los de los ochenta, pero mejorado. Tenemos un sistema precario, que desarrolla de manera insuficiente sus funciones; un sistema débil y una de las consecuencias es lo que acabas de decir, los partidos no tienen la capacidad para cubrir las candidaturas en ámbitos regional, provincial y distrital. En los ochenta cubrían en casi un 90% las candidaturas. Lo que hacen ahora es ir a provincias y buscan a líderes o grupos que los apoyen a cambio de aportes. Otro elemento en contra es que los partidos nacionales son vistos como limeños.
Y se dan casos como el presidente regional de Ica que es pepecista pero postuló con una agrupación regional.
Claro, y si uno se acerca más se encuentra que son muy pocos los que son de los partidos.
¿Se opta por el movimiento regional porque la gente se identifica más con estos?
Hay varias cosas. Los partidos no han podido revertir una tendencia negativa después del desplome del sistema de los noventa. Además, tienes una década del fujimorismo que fue antipolítica y antipartido.
Y que hasta ahora permanece.
Eso caló en la gente porque los partidos tenían un mal desempeño. La gente siente que los partidos no han cumplido. Así, se inscriben partidos no que no se denominan como tal, el propio término es casi una mala palabra, se ponen frases o nombres genéricos. El último que se denomina partido es el Partido Nacionalista.
En el caso del Apra, uno de los pocos con presencia nacional, también tiene dirigentes postulando por otros movimientos.
En realidad, los mecanismos de participación en los partidos limitaban la fluidez de participación de la gente.
¿También la renovación de cuadros?
No veo casos distintos en otros países. Acá hay mucha gente nueva. Quizá la forma de hacer política, los mismos discursos, a veces anquilosados, y la ausencia de los jóvenes. Estoy en contra de la cuota de jóvenes, ellos no están excluidos de los partidos, sino que no se sienten atraídos, que es otra cosa. Los jóvenes no se sienten atraídos por líderes por su forma de entender la política se han estancado.
En el caso del PPC, ¿a pesar de tener aparente trabajo de bases, tampoco logra una presencia nacional tal vez por su imagen de limeñismo?
Ciertamente hay partidos más limeños. Son los casos del PPC, Solidaridad Nacional, Perú Más de Kuczynski. Sus núcleos centrales son Lima. Hay otros con mayor presencia en provincias como el Apra, Acción Popular y la misma Fuerza Popular. Alianza Para el Progreso también. Lo que uno observa son cuadros con mayor peso en Lima que en el resto del país.
¿Se han roto esquemas? ¿No se podría decir que hoy hay un partido representativo de la derecha?
Un partido de derecha es lo que representa PPK.
Pero con un arrastre en sectores populares y jóvenes.
Habría que ver lo de juvenil y popular. Es profundamente limeño, pero no existe nada al cien por ciento. Todos tienen un sector popular. Solo con sectores altos no ganas una elección. Susana Villarán ha perdido sus electores populares, tiene más apoyo de sectores medios y altos. Castañeda, que lo podrían ubicar como centro derecha, tiene apoyo de sectores populares. Igual el fujimorismo, que se puede decir de derecha.
¿Qué ha pasado con la izquierda que se ha desperdigado en diferentes movimientos y no ha logrado la unidad para estas elecciones?
Para la izquierda, la unidad es un valor, para la derecha no. Puede haber cinco grupos de derecha y no se discute si están unidos o desunidos. La izquierda en el Perú, salvo un periodo corto en los ochenta, siempre estuvo dividida. La diferencia es que con el fujimorismo y la pérdida de sus bases organizadas perdieron muchos votantes. Las agrupaciones decrecieron sustantivamente y proliferaron grupos muy pequeños, que electoralmente se empequeñecieron más. Ahora, como bien señalas, ha habido esfuerzos de unirse en el Frente Amplio, pero ha fracasado. En la izquierda siempre ha habido esta discusión extremadamente ideologizada y muchas veces detrás se esconden pleitos por temas como cuotas de poder.
A pesar de estar en el poder municipal, no lograron consolidar fuerzas al punto que tiene que acudir a otra agrupación para postular.
Llegar al municipio de Lima fue producto de circunstancias muy especiales. Creo que si Kouri no era sacado de la carrera municipal, difícilmente Villarán ganaba, si no era imposible. Y llega al municipio y tiene un cuerpo político inexperto. Es el único caso en la historia donde un alcalde provincial no tiene ningún alcalde distrital. Eso quiere decir que su peso era bajo y que el apoyo electoral no era adhesiones a su candidatura sino contra Lourdes Flores. Otro pilar fue su enfrentamiento con Castañeda que salía con una alta aprobación. A eso se agrega una campaña sistemática en contra de la alcaldesa y errores del propio municipio.
Entonces, ¿la izquierda seguirá buscando al alguien que los aglutine para el 2016 tal como fue Humala en el 2011?
No entiendo por qué tiene que haber uno que aglutine. La izquierda, en los últimos 35 años, ha mostrado que hay muchas cosas que los diferencia. Ante el caso Venezuela, unos apoyaban a Maduro y otros no. La búsqueda de una persona o candidato líder y abrazarse de un extremo a otro es un esfuerzo que consume más que los resultados que pueda producirse.
¿Pero Ollanta logró unirlos?
No es que Ollanta logró unirlos, tras él fueron los que creían que podían encaramarse en el poder. Humala siempre declaró que no era de izquierda o derecha. Siempre consideré que él es un pragmático. Lo que pasa es que los de la derecha lo veían como un chavista y desde la izquierda como un gran transformador. Y creo que fue sincero al decir que no se identificaba como izquierda.
¿Cuál será el futuro del Partido Nacionalista, solo buscará una representación en el próximo Congreso?
Casi todos los partidos, salvo el Apra, hacia el final de su mandato consumieron sus naves, se fueron sus dirigentes y militantes y abandonaron eso que, al final de cuentas, no fue una relación estrecha vinculada a identidades políticas. Que de acá al 2016 se van a ir varios nacionalistas, con absoluta seguridad. La posibilidad que puedan congregar a más de lo que tienen es muy difícil. Los gobiernos anteriores, Perú Posible y el Apra terminaron con dos o cuatro congresistas, reducidos a lo mínimo. Las posibilidades que suceda lo mismo con los nacionalistas son altas. Si el actual gobierno no lanza una candidatura presidencial corre el peligro de desaparecer. Si Nadine Heredia postula como cabeza de lista para el 2016 puede tener una buena votación. Keiko lo tuvo el año 2006.
¿Nadine Heredia es la esperanza del partido Nacionalista?
Creo que no solo ella, puede haber una lista donde estén figuras como Ana Jara, Abugattás, Otárola, Chehade. No ganaría pero le salvaría la inscripción. Si a eso colocan a Nadine Heredia tendrían un posibilidad mejor.
“FORZAR UNA CANDIDATURA PODRÍA RESULTARLE CONTRAPRODUCENTE A NADINE”
La crisis partidaria nos lleva a que se siga hablando del outsider para el 2016. Gastón Acurio volvió a estar en los medios la semana pasada.
Nos hemos acostumbrado a varias cosas, como si la inestabilidad nos sedujera. Que lo nuevo siempre es algo atractivo. La figura nueva no ha ganado en los últimos años. El único que ganó de manera sorpresiva fue Fujimori. Toledo ganó en su tercer intento. Humala es conocido desde inicios de siglo y postuló en el 2006. Creo que estamos hablando de una frase que rueda más y se repite que lo que uno observa de la realidad.
¿Buscar el nuevo candidato responde a que las figuras actuales no convencen?
En todos los países hay eso. Mucha gente quisiera tener alguien por quien votar porque el menú que le presentan no es el indicado. No es tanto el nuevo, sino ver a alguien que tiene un nivel de ascendencia o de características personales donde la gente siente que aunque sea se desarrolle una representación simbólica, pero que muchas veces nos ha llevado a situaciones peores. No solo en el Perú hay candidatos que aparecen.
Jaime Bayly también ha vuelto a hablar de una posible postulación presidencial, incluso mencionó que podría ser con Acción Popular.
No creo en lo de Bayly. La vez anterior que estaba en la televisión peruana decía que lo haría de manera constante, pero creo que jugaba. Él se ríe de sí mismo. En el caso de Gastón, dijo que lo hace por provocar, que nunca dice un no definitivo. En la entrevista dice con claridad que su puesto es otro.
¿No estaría midiendo para ver qué tanta opción tiene?
No, creo que no va a candidatear. Él ha dicho que no todos tienen que ser candidatos a la presidencia. No todos los exitosos tienen que serlo.
¿Los principales candidatos serán los líderes que ya están perfilados ahora?
Creo que ellos van a estar definitivamente. Alan García, Keiko, PPK, Lourdes Flores, Castañeda podría ser, Toledo, y de ahí se van a agregar algunos. Ahora, hasta el 2016, que es largo plazo, puedan aparecer otros. Es irrepetible que pase lo de Fujimori, ese era un Perú que se caía por todas partes.
¿Nadine podría participar?
No creo que pueda candidatear. Nadine tiene calidades de política que ha aprendido mucho en este gobierno, tiene un techo todavía. Forzar una candidatura podría resultarle contraproducente. No creo que las normas se lo permitan y para que esto ocurra tendrían que forzar mucho. Para modificar la norma no tienen los votos necesarios. Sobre interpretaciones de la Constitución, la verdad es que el costo sería muy alto.