En los países como el nuestro en donde se produce una coincidencia entre la elección presidencial con la elección parlamentaria, se incentiva muchas veces una alta participación de partidos, más aun cuando el sistema es abierto, pues la consecuencia es el fraccionamiento de la representación parlamentaria. Por ejemplo, en Ecuador, el 2002, participaron más de 30 partidos políticos y 29 consiguieron algún escaño. Otro es el caso del Perú, que en las elecciones del 2001, en donde se presentaron 13 partidos políticos, 10 ingresaron al parlamento.
La fragmentación partidaria es contraria a toda democracia estable. Difícilmente un sistema pueda supervivir a los embates de crisis propias de realidades complejas como las nuestras, que resista un número alto de partidos políticos con representación parlamentaria. Un escenario de esta naturaleza, crea serias dificultades para construir mayorías, establecer acuerdos y tomar decisiones, por no decir problemas para elegir comisiones, elaborar la agenda legislativa o realizar reuniones de justa de portavoces. Un Congreso así atomizado y disperso siempre colaborará con inadecuadas relaciones con el ejecutivo, que es el ingrediente de toda ingobernabilidad.
Ante esto no hay medidas del sistema electoral que buscan desincentivar el número alto de partidos a partir de crear mayores obstáculos. Una de ellas es la imposición de una valla mínima o umbral de representación para el reparto de los escaños. Esta es una medida que se toma en muchos sistemas electorales en el mundo, con el propósito de evitar el fraccionalismo. Se aplica un umbral mínimo de los votos válidos a nivel nacional para que el partido político pueda acceder a la distribución de escaños, de acuerdo a su porcentaje obtenido. Por ejemplo, si se hubiera aplicado el 5% de barrera legal, en el año 2001, para el caso peruano tan solo 5 de 13 partidos hubieran tenido algún escaño en el Congreso; en el caso ecuatoriano, para el 2002, tan solo 8 de más de 30 partidos accederían al parlamento.
Barreras Legales
País Porcentaje % Forma de utilización
Alemania 5 A nivel nacional o ganar 3 circunscripciones uninominales
Argentina 3 A nivel de la circunscripción
Bolivia 3 A nivel nacional
Dinamarca 2 A nivel nacional
España 3 A nivel de la circunscripción
Israel 1.5 A nivel nacional
Italia 4 A nivel nacional
Japón 4 A nivel nacional
Mozambique 5 A nivel nacional
Nueva Zelandia 4 A nivel nacional
Sri Lanka 12.5 A nivel de la circunscripción
Suecia 4 A nivel nacional o 12% en la circunscripción
Fuente: Nohlen, 1994.
Otra medida, en sistemas de simultaneidad, es la realización de la elección al parlamento, en la fecha de la hipotética segunda vuelta electoral presidencial. Nuevamente países como Ecuador y Perú, en donde existe una simultaneidad entre la elección presidencial y parlamentaria, elector emite un voto ciego, es decir, sin conocer ningún resultado de la elección presidencial. La consecuencia es la dispersión del voto, no solo presidencial, sino parlamentario. De esta manera, no se construyen mayorías y es la forma por donde se alimenta el fraccionalismo. Si la elección parlamentaria se realizara posterior a la elección presidencial, el elector tendría dos escenarios. Uno en donde gana algún candidato en primera vuelta, por lo que el elector decidirá si otorga su voto al partido del presidente o fortalece a la futura oposición. Otro escenario es si hay segunda vuelta, en cuyo caso tendría solo dos posibilidades de elegir a nivel presidencial y pensará mejor su voto para el Congreso. En ambos casos, se desarrolla un efecto concentrador alrededor de los partidos más votados, por lo que el elector ejercerá así un voto estratégico. Estas medidas, en algo contribuyen a evitar el fraccionalismo.
(Caretas No. 1887, Jueves 18 de agosto 2005)