Revocatoria por un plato de radicales

Para algunos electores, la revocatoria debía ser la oportunidad para guillotinar a Fuerza Social (FS), por considerar que sus miembros son radicales y antimineros. De esta manera, votaron por el SI a toda la bancada de FS y otros, combinaron este tipo de voto, con la variante de votar por el NO, en el caso de Susana Villarán.

Pero con las reglas de la revocatoria llena de juego de espejos y leberintos, calcularon mal. ?Los accesitarios que ingresarán por FS, encabezados por Fidel Ríos Alarcón -miembro del Partido Comunista (PCP), quien sería el teniente alcalde, reemplazando a Eduardo Zegarra- lo conforman 7 de FS, 3 del Movimiento Nueva Izquierda (MNI) (integrado por Patria Roja), 2 del Partido Socialista, 2 de Tierra y Libertad, 1 del Partido Nacionalista Peruano (PNP) y 1 de Lima para Todos. Quienes tenían este propósito, puedan argumentar que serán regidores provisionales, pues solo permanecerán en el municipio, hasta que sean reemplazados por los elegidos a fin de año, alrededor de ocho meses.

Hay, sin embargo, una diferencia y un par de preguntas. Los accesitarios no tienen la experiencia en el Concejo Municipal, que sí lo tienen, mal que bien los revocados. Generalmente son personas que, por estar ubicadas del puesto 23 hasta el 40 de la lista de cada partido y no ingresan al Concejo, prestan su nombre y DNI para completar la lista. Con el respeto de los accesitarios, estaríamos delante de una bancada con menor experiencia y calidad. La pregunta entonces es ¿valía la pena activar una revocatoria, cuyo costo a todo nivel es alto, con el propósito ideológico de barrer a este grupo, cuando en realidad estarán 3 de los 4 años del mandato en el municipio?  ¿la revocatoria era para cuestionar la gestión o rendir cuentas ideológicas? Finalmente ¿la lucha titánica contra los radicales y antimineros, no vuelve a los que lo proponen, tan o más radicales? No existe pues radicales y fanáticos (siempre ciegos) de un solo lado. Estas revocatorias lo demuestran.