Los últimos cuestionamientos en las elecciones del Colegio de Abogados de Lima, coloca nuevamente en la agenda el tema de la naturaleza misma de los colegios. A estas alturas es pertinente preguntarse si los colegios profesionales son verdaderos y eficaces protectores del ejercicio de la profesión. Todo indica que no. Basta que una persona saque (en vez de obtener) un título en alguna universidad (varias y cada vez más, de dudosa formación profesional), pagar una tasa y YA! eres abogado, médico, ingeniero (ahora quieren hasta politólogo). A cambio de una cuota mensual, el colegio acredita que puedes ejercer al profesión. Si tienes un título y no te colegias, no puedes ejercer. Absurdo, pero así es. En la práctica los colegios profesionales, no protegen el buen ejercicio de la profesión, sino varios de ellos ya se hubieran quedado sin mucho de sus miembros. Lo que se debe hacer es que esa obligatoriedad, se convierta en voluntaria y permitir que se formen varios colegios. Así, los profesionales que quieran colegiarse, decidirán por el mejor y más prestigioso.
No al colegio profesional obligatorio
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