Túnez y Egipto: las revueltas sin partidos ni religiones

En Egipto quieren otro gobierno, para hacer otro país. La situación ha llegado al límite, por lo que los manifestantes, sin distinción de origen (cristiano o musulmanes, clases altas o bajas) quieren sacar del poder a (Hosni) Mubarak, en el que se mantiene desde hace tres décadas. No hay un grupo político o religioso (ni siquera Los Hermanos Musulmanes) que aparece claramente liderando el movimiento. Es más las de Túnez y Egipto son revueltas sin partidos ni religiones. Pero si Túnez conmovió la región, Egipto puede producir efectos incontrolables, por ser el centro de la estabilidad y punto de apoyo de la política internacional de los Estados Unidos. La particularidad y similitud entre Túnez y Egipto es la clara demanda sobre objetivos concretos y hartasgo de sus gobiernos. En el caso de Egipto, país de mayoría musulmana suní, la probable caída del gobierno de Mubarak, firmante de la paz con Israel en 1979, podría desencadenar levantamientos también en Siria, Jordania y Líbano y crear un gran dolor de cabeza a Israel. Si bien algunos analistas en Washington sostienen que la necesidad de Estados Unidos de mantener un control más rígido en la región, habría obligado a estar detrás e incluso financiar las revueltas, todo parece indicar que este movimiento es más bien espontáneo, por lo que habría tomado por sorpresa tanto a Estados Unidos como a Iran. En cualquiera de los casos, el levantamiento contra el gobierno tirano de Mubarak (como en Túnez, Ben Alí), abre el camino de la apertura democrática, largamente superior al de la política de bombas de la era Bush, por lo que Obama va a tener que jugar con extremo cuidado, pues estos levantamientos tienen carácter antidictatorial y ausencia de fundamentalismo.