Llegó la noticia, de golpe y dolorosa. Constantino, nuestro querido Constantino Carvallo, no había resistido el embate de un traicionero ataque al corazón. Nos deja el amigo, el promotor educativo, el maestro de varias generaciones de jóvenes, que hoy lloran sin consuelo, una temprana partida y cuando más se lo necesitaba. No hay muerte justa, pero la de Constantino es de una injusticia que es difícil poder entenderla. Se fue sin previo aviso, silencioso, dejando un hondo pesar de la magnitud que solo pueden hacer sentir personas notables como Constantino. Por eso el día de ayer, coincidentemente, el primer día del semestre académico, fue un día atravesado por estas noticias que se instalan produciendo ese remezón del alma y cuerpo. Se había ido, como bien lo señala Eloy Juáregui, el Rey Rojo.
Me queda en el recuerdo los años 70, cuando estaba en Letras en la PUCP y ya los hermanos Carvallo destacaban en diferentes áreas. Él y su hermano Fernando, que fue mi jefe de práctica, estudiaban filosofía, esa disciplina tan abstracta, pero tan útil para promover visiones tan creadoras y prácticas como las que emprendió Constantino. Por eso, la creación del colegio Los Reyes Rojos, en 1978, en aquella amigable casa de la calle Cajamarca, en Barranco, llevó a Constantino a desarrollar ese proyecto de comunidad educativa con una apuesta diferente y audaz. Así Constantino y su equipo convirtió el colegio, como ese espacio de socialización, con su incansable discurso ético. Por eso los Reyes, no sólo es el colegio por donde se han formado y educado varias generaciones, sino un espacio de cultura y arte, de festival y rock, de teatro y fiesta. Esa comunidad educativa que dinamizaba su entorno. Su pasión, fue la educación y su compromiso, con los jóvenes.
De esa fuente de generosidad, se comprometió con su otra pasión, el fútbol y así llegó a ser dirigente y trabajar para las divisiones menores del club de sus amores, el Alianza Lima. Así conoció las historias complejas y dramáticas de muchos de estos muchachos, reafirmando su idea clara de apoyo en la formación integral de los jugadores. Por eso, varios de ellos, como Jefferson Farfán, Paolo Guerrero, Alexander Sánchez entre otros, estudiaron en el propio colegio de Los Reyes Rojos. Fue una apuesta sincera y coherente con lo que pensaba. Muchos de esos chicos han aprovechado esa constancia de Constantino y le deben mucho.
En los últimos meses nos vimos y compartimos varias reuniones para tratar de hacer los mayores esfuerzos para superar el entrampe que se había sumido nuestro club, a las que se sumaban sucesivas derrotas en el campo. En aquellas reuniones -incluso varias en mi casa- Constantino escuchaba, hablaba lo necesario y con espíritu conciliador trataba de generar esos espacios que el siempre creía, de diálogo, acuerdos, pero basados en respeto y principios éticos. Guardo en mi recuerdo muchas de esas últimas reuniones y conversaciones sobre el futuro de nuestro querido Alianza Lima.
Constantino, me he sentido honrado de ser tu amigo. Tu familia, amigos, Los Reyes Rojos, el Alianza Lima te perdemos y el país se queda sin uno de su mejores ciudadanos. Pero con tu ejemplo, como el poema de José María Eguren: “Desde la aurora/ Combaten los reyes rojos/ Con lanza de oro” (El Comercio, 21 de agosto del 2008)
Creo que la pena la sienten todos, Fernando. Pero creo que debes darle una chequeadita a este post: http://puchuruco.wordpress.com/2008/08/18/adios-constantino/
la vida, sobre todo la seleccion que hace la muerte, es injusta. gente como constantino tendria que estar mucho mas tiempo aca. hay que persistir en su trabajo. hay que mantener Los Reyes, hay que hacer muchos Los Reyes. hay que trabajar con los jovenes. en el alianza, en todas partes.
mi solidaridad con su familia y con sus amigos mas cercanos
Excelente y oportuna nota de Fernando Tuesta. Han pasado sólo unas pocas horas desde que me enteré de esta terrible noticia (me la comunicó otro amigo aliancista Antonio Armejo) y no dejo de pensar en Constantino y la fragilidad y vulnerabilidad de nuestras vidas. Si bien en Alianza Lima hemos compartido como socios muchos momentos juntos, en los últimos meses, como bien recuerda Fernando, conversé extensamente con Constantino sobre lo que debería ser el futuro de nuestro querido Alianza Lima, lo tuve hace poco en mi casa una tarde de domingo sin fútbol y fue un placer intercambiar ideas y coincidir en la necesidad de construir una mejor institución.
Descansa en paz. Lucho.
La noticia nos deja sin aliento. Ha partido demasiado temprano, cuando aún nos daba mucho y tenía tanto más para darnos de su sabiduría. Fue maestro y amigo excepcional. Dio tanto a nuestros hijos y nos enseñó tanto de cómo ser mejores padres. Qué dolor. Qué rabia. Sólo nos queda esperar que su memoria inspire a otros a seguir sus pasos.
Hoy no valen los discursos.
Ha muerto un maestro..,
que en la mirada de los niños y niñas del Perú amanezcan sus ideales.
Descansa en paz, amigo Constantino
Una gran pérdida para el Perú, país en el que la educación y los educadores están en franca carencia. Carvallo decía lo que tenía que decir aunque no gustara y tenía una idea clara de lo que significa educar como ámbito de encuentro social y de semilla de convivencia civilizada, es decir de cultura. Porque cultura no es solamente tener información y conocer cosas, sino saber convivir respetando a los demás y siendo respetado, construyendo y no destruyendo, emulando y no envidiando, realizándose y ayudando a que los demás se realizen.
No conocí en persona a Carvallo, pero vi su obra y me hubiera gustado ser su amigo. Que descanse en paz y recoja lo que ha sembrado.
Lamento la muerte de Constatino Carvallo, por la forma en que ocurrió y por su
edad, promisioria.
Respeté siempre su personalidad, y desde hace muchos años su forma de encarar la actividad educativa y por su enfoque del deporte.
Me uno en un abrazo a Fernando, su hermano.
Felipe.
Lo lloran no solo los jovenes agradecidos, tambien los padres que nunca le dimes suficientes gracias por lo que ha hecho por nuestros hijos: Seres con muchos valores humanos!.
Esta es una perdida, no como las que suelen ser, ES UNA PERDIDA con mayusculas Se pierde un ser humano valioso que dio mucho y que tenia, aun, mucho mas por dar. Una gran pena sin consuelo….
Constantino gracias mil por lo que has hecho por nuestros hijos, privilegiados los que te tuvieron casi hasta el final de su escolaridad!. Que tu semilla crezca; es un deber de todos….
Ahora que necesitamos de gente como Constantino para sacar adelante el club más grande y más popular del Perú, Dios se lo lleva. Pero desde arriba se que estarás pendiente siempre de tu Alianza Constantino.
Descansa en paz, maestro … Nunca te olvidaremos.
Siempre me preguntaba ¿cómo se van los grandes?
Porque a todos nos toca irnos,
Muchas veces sin siquiera despedirse
Hoy se fue Constantino un gran educador y filosofo, pero mejor persona…
No logro entender el suceso
Me parece que tampoco logro responderme la pregunta
¿Cómo se van los grandes?
REALMENTE ALGUIEN COMO CONSTANTINO NO SE VA NUNCA
Ahí nos acompaña en su “Diario Educar”,
en sus libres príncipes colorados
en sus ideas que aún debatimos..
En el Perú existen pocas personas consecuentes con sus ideas, que no renuncian a sus principios, ni lo adecuan a las circunstancias o a lo políticamente adecuado.
DESDE AYER EXISTE UNO MENOS
CONSTANTINO CARVALLO, EL REY ROJO Y BLANQUIAZUL. IMPULSOR DE UNA MEJOR EDUCACIÓN EN EL PAÍS, desde su escuela los Reyes Rojos o los otras escuelas menos conocidas que, cual comando aliancista, fundo al sur de Lima… y más al sur en Chincha…
También aportó a que el Proyecto Educativo Nacional sea una mejor propuesta y fue, sin duda, el más activo impulsor de buscar una educación de calidad con equidad…
Constantino un espiritu libre que emprendió el vuelo como solía hacerlo … libremente
un alma amiga que se mantiene viva en las ideas que compartió con todos
Consecuente a sus ideas, no hay mejor homenaje para él que seguir en el Diario Educar…
buen viaje amigo…
ismael
p.d. Aldo Mariategui, quien no supo comprenderlo en la defensa principista del maestro, llegó a cuestionar su espíritu consecuente, pero hoy reconoce lo que significa Constantino, el rey rojo, para el país y la educación. Copio sus palabras,
19 de Agosto de 2008
Se fue el rey rojo…
T.S. Eliot, el poeta anglo moderno más destacado, escribió: Abril es el mes más cruel/ hace brotar lilas del interior de la tierra muerta/mezcla la memoria y el deseo/ estremece las raíces marchitas con lluvia de primavera… para comenzar su monumental Tierra Baldía.
Diría que semejante sentimiento vengo llevando este plomizo agosto, que se me ha venido muriendo un montón de gente conocida y de valía. Ayer por la mañana me cayó como un mazazo la noticia de que Constantino Carvallo había muerto. Me acordé de las palabras del anciano Ricardo Palma cuando se enteró en su Miraflores de la muerte de Piérola en junio de 1913: En la penumbra de mis añoranzas melancólicas, he contemplado desde la ventana de mi retiro la puesta del sol.
Carvallo era un espíritu inquieto, un libertario que no había dudado en experimentar y vivir la educación, dentro de un sano laicismo mixto, en su colegio barranquino Los Reyes Rojos (llamado así por un poema de Eguren). Quería algo muy distinto al antiguo sistema de colegios unisexuales religiosos (muchos de ellos nunca se recuperaron de los fuertes golpes que les propinó el velasquismo, el rojerío setentero entre los religiosos y la misma modernidad; ya muchos son una sombra de lo que fueron) y a los llamados colegios de colonia (varios han devenido en cómicamente caros y elitistas, caricaturas de escuelas). No quería gritos, ni castigos, ni amenazas, ni cuarteles, ni cocachos, ni apanados a los débiles, los gordos, los nerds y los afeminados; no quería un The Wall de Pink Floyd o el Leoncio Prado de Vargas Llosa. Anhelaba un lugar donde los niños estuviesen tan libres y tan a gusto estudiando que no sintiesen como una tragedia opresiva quedarse allí después de clases o ir a actividades los fines de semana, que no viesen al profesor como el adulto pesado al que había que soportar a diario o agredir a base de chongo. Y fui testigo de que lo logró, de que los chicos se sienten contentos en su colegio, de que muchas veces hay que botarlos para que se vayan a sus casas. También era de admirar esa política de tener niños excepcionales y de pocos recursos en cada promoción para evitar que se crezca en burbujas, sin respetar y conocer al distinto, al otro.
Y me parece verlo aquí, cuando vino a conversar sobre la educación pública, otra de sus preocupaciones. Le dolía mucho que se haya generado esta brecha tan inmensa. Le mortificaba mucho la pérdida de status de la carrera. Y cual Quijote, metió a los chicos aliancistas a su colegio con la esperanza de suplir esos hogares sin padre y con trago, sin valores y con muchas carencias, sin educación y sí mucho callejón y pie. Y cómo sufría a su Alianza Lima, esa pasión masoquista que llevaba dentro.
Desde la aurora/combaten dos reyes rojos,/con lanza de oro./Por verde bosque/y en los purpurinos cerros/vibra su ceño./Falcones reyes/batallan en lejanías/de oro azulinas/Por la luz cadmio,/airadas se ven pequeñas/sus formas negras/Viene la noche/y firmes combaten foscos/los reyes rojos.
Constantino, como uno de esos reyes rojos, debe ya estar combatiendo en otro lado. Por sus niños. De todas maneras.
Aldo Mariátegui