Ideeleradio.- La reducción de la pobreza no significa que se haya reducido el alto grado de desigualdad en el país y las cifras registradas por el INEI no serán determinantes en el incremento de la aprobación del presidente Alan García, que ésta se estima en base a muchas variables, afirmó Fernando Tuesta Soldevilla, director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica (PUCP).
“En principio esto (las cifras del INEI) pareciera que si ayudará en algo a la aprobación presidencial. Sin embargo, no todo los actos del gobierno tiene de manera inmediata un impacto, y eso depende de muchos factores; por ejemplo, la Cumbre ayudó a la aprobación presidencial. Hay eventos en donde los ciudadanos se identifican en algo común y ese común puede ser incluso el gobierno; por ejemplo, durante el terremoto su aprobación subió durante mes y medio, pese a las críticas que originaron posteriormente, y luego la caída fue mayor”, sostuvo en diálogo con el programa “No Hay Derecho” de Ideeleradio.
En ese sentido, recomendó al gobierno no alegrarse tanto por el incremento de la popularidad del presidente Alan García, ya que actualmente su nivel de desaprobación es abrumador y de mayoría absoluta. Al referirse a los resultados del estudio del INEI, remarcó que el tema no es sólo bajar los índices de pobreza, sino disminuir los niveles de desigualdad en nuestra región.
“El problema no es solamente que disminuye los índices de pobreza, sino que a los índices de pobreza se incrementa los índices de desigualdad, porque los que están quedando al margen de esta distribución van a sentir que su condición es injusta, porque no todos reciben los beneficios de este crecimiento sostenido que no se tenía hace medio siglo atrás. El tema no es sólo bajar los índices de pobreza, sino disminuir los índices de desigualdad en nuestra región, específicamente en el Perú, que por cierto es uno de los más alto del mundo”, expresó.
Tuesta Soldevilla consideró que la desconfianza sobre la veracidad de estas cifras, se debe a que los propios miembros del gobierno se sorprenden con estos resultados y además porque el actual jefe del INEI, Renán Quispe, contribuyó a un juego de desprestigio de los estimados que dejó su antecesor Farid Matuk, cifras en base a la cual se realizó el censo del 2007, estudio sobre el que hasta ahora no se tiene ningún resultado.
Indicó que ahora la tarea de la administración aprista es demostrar a la población que las cifras proporcionadas por el INEI efectivamente no son manipuladas y no son hechas a la medida del régimen, a fin de que no disminuya más su legitimidad.
Confirmó que en los próximos días, el Instituto de Opinión Pública de la PUCP realizará un trabajo de campo en donde incluirán algunas preguntas vinculadas al aumento de la aprobación presidencial y evaluarán si ésta se relaciona con las recientes avances en materia económica, como el desarrollo de la Cumbre de la ALC-UE, y la obtención del Perú del grado de inversión.
El gobierno y las olimpiadas
Si bien calificó como buena la actitud del presidente Alan García de proponer al Perú como sede de los Juegos Olímpicos para el año 2020, estimó que el jefe de Estado debe reconocer las limitaciones que tiene el país. Agregó que no sólo se trata de aspectos económicos, de organización y de infraestructura, sino de las capacidades que tenemos para llevar a cabo este evento deportivo.
“No está mal en general. Es cierto que siempre ha habido una actitud derrotista, pero al lado de mirar alto, hay que saber ubicarse, reconocer las limitaciones de uno. El tema de las olimpiadas, demuestra no tener ubicación de las limitaciones. Esto hay que trazarlo como un objetivo y no decir que será sede tal fecha, porque el problema de las olimpiadas no es sólo económico, no es sólo organizacional, no es sólo tener infraestructura. Cuando uno organiza unas olimpiadas, es para ganar medallas y el Perú no gana una medalla años de años. Nosotros no ganamos ni Sudamericanos, ni Bolivarianos. La actitud es buena, la sobredimensión es mala, porque de ahí viene el chasco o el ridículo que es lo peor”, comentó.
Opinó que gran parte de la retórica del presidente Alan García tiene el encanto de colocar temas que pueden ser muy atractivos. Sin embargo, recomendó no sólo ponerse metas, sino pensar en cómo llegar a cumplirlas, ya que los discursos presidenciales podrían terminar en el ridículo que afectaría al propio gobernante peruano.
“El presidente ha dicho esto y esperemos que ahí termine este entusiasmo (para que no lleguen) a niveles que no se saben manejar”, expresó.
El gobierno se equivoca cuando asume que la pobreza ha disminuido, porque la verdad es otra. Y creo que habría que pedirle al INEI que mida la pobreza mental de los cuadros apristas y el gabinete: Ello arrojaría: Uno de cada diez mil apristas es normal o lo que es lo mismo cualquier cifra elevada a la potencia cero.