Ideeleradio, 23 de abril del 2008.- El Congreso debe debatir la vacancia de los congresistas que incumplen su responsabilidad y no su renuncia, porque esta figura podría verse como un premio que contribuirá a empeorar la imagen del Parlamento, afirmó Fernando Tuesta Soldevilla, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica.
“Me inclino por pensar que hubiera sido mejor que la Comisión de Constitución modifique el artículo 95 de la Constitución, bajo la figura de la vacancia, porque la gente exige que los que no cumplen con sus funciones, sean sancionados de manera efectiva y en algunos casos de forma severa, porque está presente la figura de otorongo no come otorongo. La gente está mortifica”, declaró en el programa “No Hay Derecho” de Ideeleradio.
“No es lo mismo que te despidan o que renuncies. (…) La renuncia puede ser un mecanismo que puede desprestigiar más al Congreso, ya que puede parecer como un premio. Si el debate del Pleno se orienta hacia la vacancia, se puede resolver el tema de Javier Valle Riestra, porque el dejaría de asistir en un plazo que estipula la norma y si no asiste se le aplica la vacancia y se terminó el problema”, agregó.
El ex jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) resaltó asimismo que la vacancia sería un mecanismo que permitiría sancionar a los parlamentarios que no asistan al pleno, impidiendo por ejemplo la aprobación de leyes, el nombramiento de autoridades o castigos para algunos congresistas.
“Con la vacancia la gente dirá que el Congreso si tiene un mecanismo de sanción. En cambio la renuncia es visto como el derecho que le asiste a un parlamentario”, mencionó. Indicó que la población aún mantiene una imagen negativa del Poder Legislativo con respecto al incumplimiento de sus funciones y a los actos de corrupción.
Apuntó que no existiría ningún problema al aplicar la vacancia a un parlamentario, porque el puesto que deja, sería ocupado inmediatamente por quien “le sigue en la lista”.
Gobierno comunica bien el crecimiento económico pero no ha redistribuido
Tuesta Soldevilla aseguró que el gobierno sí comunica bien el crecimiento económico por el que atraviesa el país, pero la población no lo percibe, porque lamentablemente no ha sabido redistribuir esta bonanza. “Han comunicado bien el crecimiento, pero no han redistribuido. (…) Eso parece una orquestación, es claro penetrante y fino. La gente en realidad lo que ve, es en base a su propia experiencia y ahí la situación no va bien”, dijo.
“Es probable que tenga problemas de comunicación, pero eso no nos debe lleve a pensar que necesariamente va a tener una implicación en la valoración que tiene la población sobre su gestión”, añadió.
Explicó que el problema del gobierno no pasa tanto por realizar procesos comunicativos defectuosos, sino por el hecho de que la distribución de los beneficios del crecimiento económico son desiguales. “La gente siente no solamente que no le llegan los beneficios de la supuesta bonanza, sino que empieza a sentir algo inverso, como por ejemplo, el crecimiento de los precios”, refirió.
Alan García y el efecto de la segunda vuelta
Consideró que el jefe de Estado viene atravesando las consecuencias de que su elección se haya realizado vía segunda vuelta electoral, lo cual se refleja en el porcentaje de aprobación que actualmente posee a nivel nacional.
“Alan García está alrededor del 23 o 24 por ciento de aprobación a nivel nacional y ese fue aproximadamente el porcentaje que obtuvo en la primera vuelta. (…) Uno podría decir que muchas veces las segundas vueltas son ficciones de mayoría y al producirse la caída, se produce un daño mayor. Esto crea mayorías artificiales”, manifestó.
“Puede ir ajustando sus estrategias comunicativas. No se trata de decir lo que hace, sino que los efectos que se hacen se sientan de manera beneficiosa sobretodo en las provincias, donde el nivel de desaprobación es mucho más alto”, concluyó tras rechazar que la modalidad de segunda vuelta sea aplicada a la elección de presidentes regionales.