De esta manera, algunos políticos están de acuerdo con la circunscripción o distrito único y otros defienden la circunscripción departamental, así como algunos se inclinan por el voto por lista cerrada y otros por el voto preferencial. En cualquiera de los casos los intereses particulares están detrás de cada una de las preferencias.
Pero ante esto, ¿cuál es el mejor sistema? ¿qué partido tiene razón? En realidad, habría que aclarar que no existe sistema electoral perfecto. Cada propuesta tiene efectos que benefician a unos más que a otros. Por lo tanto o se aprueba un sistema que no siendo perfecto, como el ya conocido sistema mixto, o se va al Congreso para que los parlamentarios discutan sobre el tema.
El sistema mixto no es del entusiasmo de ningún grupo, pues no responde a su propuesta original, pero es lo mejor en esta circunstancia de desacuerdo total. Sino se defiende el sistema mixto aprobado por la Mesa de Diálogo, el grave problema es que cada partido presente su propuesta, no se pongan de acuerdo y, finalmente, se mantenga el pernicioso sistema actual, que combina la elección del distrito único con el voto preferencial. Otra posibilidad es que se cree un sistema que no tenga coherencia y que sea el producto de la imposición de un grupo sobre otro.
El sistema mixto, propone elegir a un tercio del parlamento bajo el distrito único y con lista cerrada. Es decir, se presentarían listas de 40 congresistas, cuyo ingreso al parlamento estaría determinado por el orden propuesto por el partido político. Los otros 80, se repartirían en circunscripciones departamentales, con voto preferencial, en donde el elector tiene la posibilidad de escoger ante la oferta de los partidos. No es el mejor de los sistemas, pero sí el que recoge las virtudes de cada propuesta para una elección que la tenemos en apenas 5 meses.
El Congreso tiene pues la responsabilidad de aprobar un sistema que tendrá efectos en la calidad de su sucesor. Pero, todo ello será posible si los electores asumen una mirada crítica acerca de las propuestas y ponen frenos al devastador reino de los independientes, que al término de la década, no han hecho otra cosa que deteriorar el sistema, aun más de lo que lo encontraron.
(Canal N, Lunes 6 de noviembre 2000)