No es casual por ello que a varias Facultades de Derecho se les agregará el nombre de Ciencia Política. Sin embargo, en la mayoría de los casos la formación en Ciencia Política no deja de ser un conjunto de cursos electivos al interior de la carrera de Derecho. En realidad, la inmensa mayoría de materias en estas facultades son de naturaleza propiamente jurídica, de Ciencia Política tienen muy poco. Pero, le tocó el mérito a los constitucionalistas concentrar una mayor preocupación por la temática de la Ciencia Política y ocuparon su lugar. El enfoque mayoritario, no podía ser de otra manera, fue el institucionalista. Un claro ejemplo de esto es la obra del constitucionalista Raúl Ferrero Rebagliatti.
La otra influencia histórica de la Ciencia Política provino de la sociología. Ese es el camino recorrido por la PUCP, en 1964. Sin embargo, la seducción y atracción de la sociología, terminó por absorberla. Si por el lado del Derecho Constitucional se abordaron temas como el Estado, las instituciones políticas, la sociología hizo lo propio con relación al poder, los partidos políticos, la ideología, el comportamiento electoral, el pensamiento político. Bajo estas circunstancias, la realidad política era explicada por otras ciencias. La utilidad científica de la Ciencia Política era vista como menor, cuando no prescindible. Por eso, es pertinente para el caso peruano lo que señalaba el politólogo español Lucas Verdú hace veinte años: "la unidad de la Ciencia Política está amenazada por la variedad de ciencias sociales que pretenden captar y explicar la realidad política desde sus propias coordenadas y, también, por la falta, hasta ahora, de un sistema de Ciencia Política coherente y convincente. Es evidente que la resistencia de otras disciplinas a la sustantividad de la Ciencia Política, constituye un obstáculo bastante serio para su configuración científica".
No obstante, hubo dos factores más que contribuyeron a la poca difusión de la Ciencia Política. El primero es que, justamente en los 60 se pasó de la influencia de los grandes pensadores (Mariátegui, Haya de la Torre, González Prada) a la elaboración de las grandes interpretaciones de la realidad. La mayoría de ellas trataban de explicar e interpretar tanto la realidad peruana, como la realidad política. No hubo ningún intelectual peruano, de los treinta últimos años, que no pretendiera ocuparse de ella. Esto ahondó la idea de lo innecesario de la disciplina. A ello se agrega el hecho que mucho de este pensamiento estaba fuertemente impregnado del marxismo, una de cuyas interpretaciones sostenía que la política no era más que un epifenómeno, un reflejo de las estructuras sociales. Carecía, por lo tanto, de autonomía. La política se explicaba, de esta manera, por otras variables y la hacía, incluso, dependiente de éstas. Al considerar al constitucionalismo como formalista y a las ciencias sociales norteamericanas, como empirista, estábamos a un paso del rechazo total de las dos vertientes-raíces de la Ciencia Política. En general, las universidades peruanas estaban caladas por esta perspectiva.
Por eso cuando normalmente se discute sobre la renovación las Ciencias Sociales, se piensa fuertemente en la sociología, pero no se tiene en cuenta, ni se considera a la Ciencia Política. No se discute siquiera su larga inexistencia. Quizá porque para muchos no es una disciplina académica autónoma, pese a que -como acertadamente señala el politólogo italiano Gianfranco Pasquino-, "hoy es posible trazar con claridad los respectivos terrenos, incluso reconociendo a los predecesores comunes, las líneas comunes de investigación y las peculiaridades metodológicas y sustantivas de la Ciencia Política contemporánea".
(El Peruano, 28 de Noviembre de 1999)
El artículo reclama autonomía de la Ciencia Política, pero muy lamentablemente carece de una definición de qué sea la política, ni cuales son los límites que la configuran como autónoma ya sea en el conjunto de las ciencias sociales, o acaso fuera de ellas (!¡).
El problema será resuleto si se logra identificar cual sea el objeto deestudio de la Política.
En el artículo, no obstante hay una posición implícita:: que el objeto d ela ciencia políticano tiene que ver con la sociología o con el estado (porque ese es el objeto del libro de Ferrero) o la constitución. ¿Entonces de que trataría la ciencia política para el que reclama autonomía el autor?.