Lima, caso que hoy no ocupa, se transformaba en forma anárquica. El poder, centralmente oligárquico, tenía al frente sin querer reconocerlo, el inicial desborde popular, de color provinciano. La crisis del agro no era más que la manifestación de la crisis de dominación del gamonalismo y los terratenientes que estaban incapacitados de seguir ejerciendo su poder sin dejar de tener al frente acciones profundamente legítimas de las masas campesinas que se alzaban contra ellos tanto en Pasco como en el Cusco. Sin reforma agraria era imposible cambiar esa tendencia, a pesar de que toda las corrientes ideológicas la proclamaba como necesidad de primer orden; situación que no es novedosa en un país donde las promesas también desbordan. La consecuencia social de esta crisis fue el incremento del proceso migratorio del campo a la ciudad, que si bien se inició en los cincuenta fue en la década siguiente cuando adquirió carta de ciudadanía. La conformación de barriadas fue el fenómeno que marcó la presencia provinciana en Lima. Se forman distritos que en sus inicios eran barriadas o pueblos jóvenes como Comas (1961), y Villa María del Triunfo (1961), por nombrar dos de los distritos más populosos de la ciudad capital. Eran otros, sin embargo, los distritos con presencia importante a nivel poblacional. Se trataba de los distritos antiguos de Lima, aquellos a los que la música criolla los evoca con nostalgia: Rímac, La Victoria, Breña, El Cercado. Aglutinaban en forma mayoritaria a la población en general y a la electoral en particular. El registro electoral del año 63, repetimos, mostraba de esta manera la realidad social de Lima en aquellos años. Sin embargo, el proceso de cambio que experimentaba la capital era vertiginoso. A los pocos años se crean los distritos de Cieneguilla, donde se traslada a vivir la alta burguesía local, de Magdalena y Pueblo Libre se desprende el distrito de Jesús María y los conglomerados marginales se convierten en distritos, tales son los casos de San Juan de Miraflores, San Juan de Lurigancho, Independencia y San Luis. Los últimos en crearse serán Villa el Salvador y San Borja (1983).
Los distritos de Lima pasan de 33 a 41 entre registro (1963) y registro (1984), lo que implica necesariamente no sólo un reacomodo poblacional, sino que cada clase social ocupe su propio espacio. Para tener una idea de este cambio bastaría señalar que en el año 63, Lima tenía algo más de 800 mil electores y el total nacional era ligeramente superior a los dos millones. En la actualidad, Lima tiene dos y medio millones de electores, es decir, tres veces más que en el año 63 y superior al total general de aquel año. Pero entre registro y registro también hubo cambios en la composición del electorado. En el año 78 votaron, por primera vez, los ciudadanos mayores de 18 años hombres y mujeres, rebajando así en tres años el requisito para poder ejercer el derecho al voto. Dos años después se otorga el derecho de sufragio a los analfabetos lo que incrementa nuevamente el electorado nacional.
En el año 63 existían 33 distritos e igual número de registros distritales. Los nuevos ciudadanos se inscribieron en el distrito de su domicilio, pero quienes se mudaban a otros distritos no cambiaron la nueve dirección en su libreta electoral y, por lo tanto, el lugar de votación ya no correspondía al lugar de domicilio. Con el correr de los años esta situación se multiplicó.
Por otro lado, el registro electoral no se depuró regularmente, con su inevitable consecuencia: el número en él estipulado era mayor que el real, pues se seguía considerando a un sinnúmero de personas fallecidas. Irregular situación ocurría también en los distritos creados con posterioridad al 63, vale decir, en nueve de ellos. A un nuevo distrito le correspondía un registro electoral nuevo, pero un considerable número de sus habitantes no cambiaban sus referencias domiciliarias, por tanto el número de electores es este caso era inferior al real. Con estos antecedentes, el registro electoral del 63 sentaba las bases, si se mantenía por muchos años, de un mapa electoral limeño alejado del realmente existente. Por esta razón, la información de nuestro electorado en las elecciones del 78, 80 y 83, partía de información errónea. Luego de varias postergaciones y veintiún años después, se crea el Registro Electoral del 84. La nueva realidad poblacional era mostrada nuevamente por este registro.
Según la información publicada en el diario oficial, el número de personas aptas para votar es poco menos de 8 millones 300 mil electores. En el caso de Lima, esta cantidad llega a los 2’581,415; vale decir, 157,589 electores más que el año 83 pero por debajo del incremento a nivel nacional. Es posible que el número de nuevos electores sea mayor si tenemos en cuenta que la cantidad de inscritos del año 83 era superior al real. Lima, sin embargo, sigue representando la plaza de mayor contingente electoral: representa el 31% del electorado nacional.
En 1983, año en que se realizaron las últimas elecciones, los distritos de El Cercado, La Victoria, San Martín de Porres, Rímac, Breña, Miraflores representaban la mitad del electorado limeño. Había una hiperconcentración en seis distritos tradicionales de la capital. Con el nuevo registro, este año nueve distritos representan la mitad del electorado: El Cercado, San Martín de Porres, La Victoria, San Juan de Lurigancho, Comas, Rímac, San Juan de Miraflores, Miraflores, Ate. Como se observa en este último listado, si bien se mantienen varios distritos tradicionales con un considerable electorado ahora se le suman distritos de población particularmente popular. El desplazamiento del electorado hacia las franjas marginales de la Gran Lima se hace mucho más claro. Si se observa en el cuadro, en el listado le siguen, a los 9 distritos nombrados, en orden de importancia, distritos de similares características, para dar paso luego a distritos de población de clase media y, posteriormente, a los balnearios, que congregan escasa población.
Por otro lado, hay distritos que han disminuido su población con respecto al 83; es decir, estaban sobrerrepresentados y, por lo tanto, sus electores han migrado a sus distritos domiciliarios. Son los casos de El Cercado (pierde 143,352 electores), Breña (25,379), La Victoria (76,488), Lince (10,253), Miraflores (15,739), Magdalena (10,325), Rímac (45,195), por señalar los más importantes. Contrariamente, hay distritos que incrementan considerablemente el número de electores. En su mayoría son distritos de población obrera, popular y provinciana. Los casos más saltantes son Ate (experimenta un incremento de 34,284 nuevos electores, Carabayllo (19,171), Comas (43,950), San Martín de Porres (55,076), Surco (34,274), Villa María del Triunfo (40,160), Independencia (25,136), San Juan de Lurigancho (83,061), entre otros.
En algunos casos, como Breña, Surquillo, La Victoria, el decremento llegó hasta el tercio del electorado, en cambio en Comas, Carabayllo, La Molina, Puente de Piedra, Independencia, Surco, Villa María del Triunfo, Villa el Salvador, San Juan de Miraflores, San Juan de Lurigancho, San Luis, doblaron, cuando menos, su población electoral.
Por lo tanto, la importancia que adquieren los distritos populares no es sólo social y política sino también electoral. Si bien el 14 de abril no se elige diputados por distritos a nivel nacional, sino a nivel departamental será importante saber por quién se ha inclinado las preferencias políticas en los distintos distritos limeños, ahora que hay un reacomodo del espacio de las diversas clases sociales. Esto deberán tenerlo muy en cuenta los partidos para mantener o cambiar el rumbo de sus campañas electorales.
(La República 10 de Marzo de 1985)
buenas:
quisiera saber los datos: como poblacion actual, del ditrito del rimac de acuerdo al sexo, edad. etc. y las urbanizaciones correspondientes del distrito.
muchas gracias.
Aunque como norma la fiscalidad del alquiler permite desgravar cualquier gasto en el que se incurra para arrendar la vivienda,
la verdad es que asimismo es restrictiva con respecto
a los gastos relacionados con las reformas. http://rockandjeansperu.com/index.php/component/k2/itemlist/user/54189
La Champions es una competición de instantes y el Madrid es justamente eso, un equipo de fugacidad e momentos. http://inovatic-ict.com/?option=com_k2&view=itemlist&task=user&id=1071118