En primer lugar, casi todos los estudiantes que mostraron buen desempeño en relación a sus competencias laborales y sus habilidades básicas, tienen padres con altos niveles educativos. Tanto el padre como la madre de estos alumnos tienen, generalmente, educación superior completa. Si no ambos, al menos uno de los padres ha alcanzado educación superior incompleta o en conjunto, los niveles educativos de los padres son superiores al promedio de los padres estudiados.
Parece lógico pensar que la educación de los padres influye positivamente en el desarrollo de competencias para el empleo en los jóvenes. Pero esto parece ocurrir a pesar que no todos estos estudiantes con alta empleabilidad han acudido a colegios de buena calidad. Si esto es verdad, significa que ciertas actitudes y capacidades que sirven para el empleo se forman antes en la familia que en la escuela.
En segundo lugar, estos estudiantes con mayor empleabilidad declaran casi siempre tener familiares que les pueden servir de contacto para conseguir trabajo hoy en día. Un número de familiares mayor que el resto de sus compañeros. No se trata de familiares dueños de negocios o empresarios –porque eso también preguntamos-, sino simplemente de parientes que pueden avisarles de un empleo.
Las redes de contactos son muy importantes para la empleabilidad de los jóvenes pero, en el caso de estos estudiantes competentes, estas redes no pasan por los contactos obtenidos en el colegio o en el instituto donde estudian, sino sobretodo por la familia y los empleos anteriores. Dependiendo del tipo de trabajo que hayan tenido, los contactos son mayores. Quienes trabajaron de taxistas o vendedores trabajaron solos y sus contactos son nulos; pero los que trabajaron en un banco o alguna forma de empresa, tienen siempre un mayor número de contactos al momento de buscar otro empleo.
En tercer lugar, los estudiantes más empleables del Instituto estudiado también destacan por hablar inglés y hacerlo bastante bien. Más allá de que su dominio de otro idioma les pueda servir para encontrar empleo, el haberlo aprendido refleja su interés en ampliar su formación más allá de l que ofrece la educación que han tenido.
Por otro lado, no hemos encontrado que exista una situación económica especialmente favorable en las familias de estos estudiantes con habilidades y competencias más desarrolladas. Contra lo que esperábamos, algunas familias de este tipo de alumnos tienen ingresos per cápita mucho más altos que el promedio del grupo estudiado, pero otras están muy por debajo.
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