¿Qué efectos tendrá la pandemia sobre el empleo y la empleabilidad de las personas? Los efectos sobre el empleo podrían ser dramáticos, pero esta crisis puede convertirse en una oportunidad para mejorar la empleabilidad.
La contracción del empleo suele seguir, con un cierto tiempo de retraso, a cualquier recesión o crisis económica. Así ocurrió tras la crisis financiera mundial del 2009. Pero en este caso, la pandemia ha tenido un efecto directo e inmediato sobre el empleo. A fines de marzo una amiga ya había decidido no continuar con su empresa: un restaurante que había inaugurado algunos meses atrás y que marchaba bastante bien. La encuesta de Ipsos realizada en los primeros días de abril y difundida el domingo 12 encontró que el 35% de los peruanos ya no recibía ingresos y otro 31% manifestó que sus ingresos se habían reducido considerablemente. Cuando termine la cuarentena es probable que hayamos empezado a controlar la crisis sanitaria en el Perú, pero ya tendremos instalada una grave crisis laboral. Hay que reaccionar con tanta o mayor rapidez que la que se tuvo para enfrentar la propagación del virus.
La OIT sostiene en su informe “El COVID-19 y el mundo del trabajo. Estimaciones actualizadas y análisis” (OIT, 7 de abril de 2020) que esta es la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y estima que el 81% de la fuerza laboral del mundo (2700 millones de trabajadores) están hoy afectados por las medidas de paralización y cierre de centros de trabajo en todos los países.
La OIT ha calculado también que en el segundo trimestre del año (entre abril y junio) habrá un reducción de las horas de trabajo del 6,7% equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo. Esto no significa que, necesariamente, esa cantidad de trabajadores pase a ser desempleados, debido a la aplicación de diversas medidas que están proponiendo los países para que sus trabajadores puedan mantener su empleo. Medidas como la “suspensión perfecta” de labores (una forma de licencia sin goce de haber) que permite mantener el vínculo laboral y negociar nuevas condiciones laborales, propuesta el 14 de abril en Perú mediante DU 038-2020.
OIT precisa que la crisis tendrá una repercusión más alta en los sectores de servicios de alojamiento y comidas, comercio al por mayor y menor, industrias manufactureras (que ya experimentan perturbaciones en la cadena de suministros) y las actividades inmobiliarias, administrativas y comerciales. Otros trabajadores en situación de riesgo serán los del sector de las artes y entretenimiento y también del sector transportes y comunicaciones.
Pero los más afectados serán los trabajadores en empleos informales y ya sabemos que en el Perú la informalidad alcanza a 7 de cada 10 trabajadores. Es por eso que OIT recomienda no sólo estimular la economía y el empleo y apoyar a las empresas, sino también proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo. En el caso de las empresas y trabajadores informales OIT solicita apoyo inmediato y medidas que favorezcan la reconversión de la producción y el empleo alternativo orientado, por ejemplo, a la fabricación de equipos de protección personal y servicios de cuidado de la salud.
Una ventaja que tiene el Perú para esto es que el gobierno tiene el mayor plan de estímulo en la región para reactivar la economía y cuenta con recursos fiscales para implementar diversas medidas. Pero no basta tener los recursos económicos, hay que saber cómo utilizarlos. Por ejemplo, no será necesario volver a crear programas de empleo temporal como en los años 90. Esta crisis es la gran oportunidad para mejorar la empleabilidad de las personas y hacia allí deben apuntar los esfuerzos.
Dieter Rams, el famoso diseñador industrial alemán (autor de la idea de que “menos es más o mejor” en el diseño) fue “un niño de la guerra” según sus propias palabras. Sophie Lovell, autora de un libro sobre su vida (“Dieter Rams: as little design as possible”), cuenta que “Dieter comenzó a diseñar en los años 50, después de la Segunda Guerra Mundial, después de una enorme conmoción. También fue una época de gran precariedad. Y un gran cambio, con gente que deseaba el cambio.” Y Rams fue un gran innovador.
De las grandes conmociones y de los momentos críticos surgen los grandes cambios. En otro escenario también pos guerra, durante la ocupación de Estados Unidos en Japón, las latas descartadas por las bases militares de Estados Unidos fueron la materia prima para el resurgimiento de la industria de juguetes japonesa que se centró en la fabricación de robots. Estos juguetes robots pasaron pronto a los comics y a la televisión y dieron lugar a una gran competencia entre empresas norteamericanas y japonesas que sería parte de la historia –hoy bien conocida- de los transformers.
La epidemia que enfrentamos es como una guerra –en palabras de la Dra. Mazzetti- y estamos enfrentando a un enemigo invisible que ha generado aislamiento forzoso y temores, pero también nos ha permitido reconocer el liderazgo acertado de nuestro presidente y una gran movilización de gente y recursos para hacerle frente. El paso por esta experiencia puede haber sido doloroso y complicado, pero también ha mostrado mucha solidaridad y grandes cambios de actitudes. Como dice el psiquiatra francés Boris Cyrulnik, “seremos afectados por la desgracia que les sucede a otros y finalmente inventaremos una nueva cultura, más humana y respetuosa.” (L´illustré, jueves 26 de marzo 2020).
¿Es posible mejorar las competencias y la empleabilidad de las personas a raíz de esta experiencia? Por supuesto, el confinamiento nos ha obligado a comunicarnos usando diversas plataformas electrónicas, hacer compras online y transferencias bancarias usando aplicaciones. Muchos están dando o recibiendo alguna forma de educación a distancia. Otros siguen trabajando desde su casa (teletrabajo). Todo esto ha demandado que usemos y mejoremos nuestras habilidades para el manejo de tecnologías de la información y la comunicación. Hemos iniciado con precipitación un entrenamiento no planeado y masivo que nos lleva a mejorar estas y otras habilidades, como aquellas relativas al autocuidado. Esta es la ocasión para mejorar sistemáticamente todas las habilidades que pueden incrementar nuestra empleabilidad y favorecer la inevitable reconversión laboral que el futuro nos exige hoy.
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