PLAN DE ASEGURAMIENTO METROLÓGICO

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En esta ocasión nos gustaría contarte con más detalle qué es un plan de aseguramiento metrológico, principalmente enfocado en instituciones de salud.

Esta herramienta, que comúnmente se conoce como PAME, persigue principalmente los siguientes objetivos dentro de una institución de salud:

  • Seleccionar de una manera objetiva cuáles equipos requieren calibración y cuáles, por el contrario, necesitan solamente estar incluidos en un plan de mantenimiento preventivo.
  • Definir de manera adecuada las frecuencias de calibración para los equipos que requieren esta operación.
  • Utilizar la información recolectada para tomar decisiones informadas en cuanto a proveedores de calibración, costos de calibración, idoneidad de los equipos para los procesos en los que se utilizan, entre otros.

Con estos objetivos en mente, se puede decir que, a grandes rasgos, hay 4 pasos que desde el LABMET proponemos a fin de implementar un plan de aseguramiento metrológico.

 

  • Selección de equipos. En este primer paso lo que se busca es filtrar, de todo el inventario de equipos de la institución, cuáles de ellos requieren calibración, ya que si bien todos los equipos tienen una función dentro de las instituciones, no todos ellos son equipos de medición, que es la primera característica básica que se requiere para calibrar un equipo y, no todos ellos influyen de manera significativa dentro del producto, proceso o servicio que provee o brinda la institución. Por estas razones, proponemos que la selección de los equipos esté basada en la calificación de criterios que sean importantes para la institución. Un ejemplo de algunos criterios podría ser:

 

  • Los datos que arroja el instrumento o equipo, afectan la calidad del Producto, Proceso o Servicio.
  • Los datos que arroja el instrumento o equipo, son utilizados para diagnosticar.
  • El Producto, Proceso o Servicio que se mide con el instrumento da respuesta a una Norma (interna, nacional o internacional).
  • Los datos que arroja el instrumento o equipo,  se utilizan para alimentar gráficos de control o realizar análisis estadísticos.
  • Proceso o Servicio, están rotuladas, identificadas, documentadas o hacen parte de un contrato.

Por ejemplo, si hablamos de un equipo como un esfigmomanómetro (tensiómetro) en un servicio de consulta externa en una institución de salud, entendemos que como este es usado para diagnosticar, sus datos afectan la calidad del proceso, producto o servicio y hace parte de un contrato, este debería tener, al menos para estos criterios, una incidencia alta y por lo tanto requiere ser incluido en calibración. Por el contrario, si hablamos de un equipo como un aire acondicionado, que también podría hacer parte del inventario de equipos de una institución de salud, se entiende que este no es usado para diagnosticar, no hace parte de un contrato, no alimenta análisis estadísticos y así, no sería un equipo crítico para los servicios y por tanto se calificarían los criterios con incidencia baja o ninguna, por lo que sería un equipo que requiere estar incluido solamente en un plan de mantenimiento preventivo.

 

  • Definición de frecuencias de calibración

 

No hay ninguna normativa, nacional o internacional, que establezca las frecuencias a las cuales se deben calibrar los equipos. Es decir, que no se encuentran documentos oficiales que digan que algún equipo debe calibrarse en un periodo definido. Más bien, lo que se encuentra es que es el tenedor de los equipos, el responsable de definir periodos de calibración adecuados para estos, con base en recomendaciones internacionales para la estimación de la frecuencia de calibración, el criterio de las personas involucradas y las sugerencias del fabricante, si las hay.

Hay diversos métodos que permiten estimar la frecuencia de calibración de un equipo, como por ejemplo los que se mencionan en la OIML D10. La mayoría, requieren que se cuente con información proveniente de al menos dos calibraciones y que se haga un análisis puntual para cada equipo, lo que puede tomar mucho tiempo y ser poco eficiente para instituciones en las que se cuenta con una gran cantidad de equipos.

Así, lo que proponemos desde el LABMET es crear una matriz en la que se ingresen equipos iguales de características muy similares agrupados por el área de ubicación dentro de la institución, por ejemplo todos los monitores de signos vitales de UCI o las básculas de hospitalización, para calificar qué tan propenso es el equipo a perder o mantener sus condiciones de medición, desde la última calibración. Los criterios más comunes que se cree que pueden influir se muestran a continuación:

  • Condiciones del Área donde se utiliza el instrumento (corrosión, altas temperaturas, polvo, vibración, flujo alto de aire etc.).
  • Frecuencia de uso del instrumento.
  • Desviación o error reportado en la última calibración.
  • Sugerencia del fabricante.
  • Condiciones en las cuales se utiliza y se almacena el instrumento para preservar su calibración.
  • Exactitud de medición buscada.

Por ejemplo, al primer criterio, tendríamos que darle una calificación alta cuando estamos hablando de un equipo que es utilizado en un área con mucho polvo, corrosión, vibraciones y altas temperaturas, porque esas condiciones pueden afectar las condiciones del equipo y hacer que fallas o desajustes se presenten más rápido.

 

  • Compilación de información relevante en cronograma de calibración

 

Los equipos que requieren calibración deben ser compilados en un cronograma de calibración, en el que se especifique la última fecha de calibración y la fecha proyectada para la próxima, de acuerdo con lo hallado en el paso 2. La idea es seguir proyectando estas frecuencias en el tiempo, para los demás años. Además, es fundamental que se relacione información que es relevante para la calibración, como los datos del equipo (fabricante, serie, modelo, código de identificación dentro de la institución) que permiten que este sea identificado de manera inequívoca, la magnitud o magnitudes que puede medir, su resolución, su intervalo de medición o intervalo de uso, así como el intervalo de calibración, su Error Máximo Permitido de acuerdo al fabricante y los criterios de aceptación que son las tolerancias de la institución de acuerdo a los procesos en los que es usado el equipo. Este paso, es muy importante, ya que un buen análisis de la información aquí reunida permite que las instituciones puedan hacer una buena elección de los proveedores de calibración con base en las necesidades de exactitud del proceso y los intervalos de calibración, lo que a su vez permite la optimización de costos.

 

  • Análisis de la información para la detección de tendencias y la toma de decisiones

 

Por último, y dependiendo del tiempo y los recursos con los que cuente cada institución, se pueden hacer análisis con la información de las calibraciones que se han recolectado en el tiempo para cada equipo, esto permite por ejemplo, detectar tendencias en el error del equipo que permitan predecir en qué momento este va a sobrepasar los criterios de aceptación. Otra posibilidad, es que el comportamiento estable o no estable del equipo, que se evidencia en todas las calibraciones que se ha recolectado, puede ayudar a tomar decisiones informadas en cuanto a si extender o acortar intervalos de calibración. Así, hay otras muchas otras aplicaciones que habría que analizar conociendo específicamente los equipos que se requiere analizar.

Por último, nos gustaría recordar que lo aquí planteamos son solo herramientas que pueden ser utilizadas a fin de gestionar de manera adecuada la calibración de los equipos, pero que, las instituciones pueden elegir sus criterios y plantear la manera más conveniente de hacerlo según sus procedimientos internos y los servicios que prestan. Al final, la implementación de un PAME busca siempre aumentar la calidad dentro de las instituciones para que esa calidad sea transmitida a los clientes.

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