¿Conoces los principales riesgos de la tecnología sanitaria para este 2022?

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Emergency Care Research Institute (ECRI)

La ECRI es una organización independiente y sin ánimo de lucro, es una de las mayores entidades, a nivel mundial, orientada a la calidad y seguridad sanitaria, a través de un enfoque imparcial y basado en investigación y evidencia científica para elaborar orientaciones para centros sanitarios. En la actualidad, cuando con el Institute for Safe Medication Practices (ISMP), para continuar protegiendo a los pacientes de tecnologías y prácticas médicas inseguras e ineficaces. Su historia comienza en 1968, al ser fundada luego de un trágico incidente en el que falleció un niño en una sala de urgencias de Filadelfia, a causa del mal funcionamiento de un dispositivo médico.  

10 principales riesgos de tecnología sanitaria

Este año el ECRI presenta la 15ª edición de la lista de los 10 principales riesgos de tecnología sanitaria. El 2021 se agregaron riesgos clave que surgieron a partir de la innovación desarrollada durante la fase crítica de la pandemia por COVID-19, alrededor del mundo. Este año se incluyen temas por primera vez debido a la constante y rápida evolución de la tecnología en el sector sanitario.

El principal propósito de esta lista es para seguir promoviendo una adecuada gestión de riesgos, lo cual involucra la identificación de posibles fuentes de peligro y dificultades, desde dispositivos sencillos hasta sistemas de información complejos.

En esta lista se presentan riesgos genéricos, es decir, riesgos  inherentes al uso de determinados tipos o combinaciones de tecnologías médicas. Por lo cual, tienen probabilidad de desarrollarse en cualquier entorno sanitario. Los temas abordados en esta lista surge a partir de:

  • La investigación de incidentes.
  • Probando dispositivos médicos en el laboratorio del ECRI.
  • La observación de las operaciones y la evaluación de las prácticas hospitalarias.
  • La revisión de la literatura.
  • Hablar con médicos, ingenieros clínicos, directores de tecnología, personal de compras, administradores de sistemas sanitarios y proveedores de dispositivos.
  • Los informes de problemas que llega a la red de notificación de problemas del ECRI
  • Datos que los centros participantes comparten con la organización de seguridad del paciente ECRI y el Instituto PSO (Safe Medication Practices)

Además, los parámetros para seleccionar a los 10 problemas más relevantes son:

Gravedad ¿Cuál es la probabilidad de que el riesgo pueda causar lesiones graves o la muerte?
Frecuencia ¿Qué probabilidad tiene el riesgo? ¿Ocurre a menudo?
Alcance ¿Es probable que el riesgo se produzca en muchas instalaciones? O, si se produce el riesgo, ¿es probable que las consecuencias se extienden y afectan a un gran número de personas, ya sea dentro de una instalación o en muchas instalaciones?
Insidiosidad ¿Es difícil reconocer el problema? ¿Podría el problema dar lugar a una 

cascada de errores posteriores antes de ser identificado o corregido?

Perfil público ¿Es probable que el riesgo reciba una publicidad significativa? ¿Ha aparecido en los medios de comunicación y es probable que el hospital afectado reciba una atención negativa? ¿Se ha convertido el riesgo en el centro de atención de los organismos reguladores o de acreditación?
Previsibilidad ¿Pueden tomarse medidas ahora para prevenir el problema o al menos minimizar los riesgos? ¿Ayudaría la concientización sobre el riesgo a reducir los sucesos futuros?

Nota: No todos los riesgos aplican a todos los centros de salud.

 

  • Los ataques de ciberseguridad pueden interrumpir la prestación de servicios sanitarios y afectar a la seguridad de los pacientes.

 

Los ataques cibernéticos no sólo comprometen la información personal del paciente y frenan las operaciones de la institución, sino que interfieren principalmente con la atención al paciente. Lo cual puede incluso repercutir en daños físicos reales.

Las principales recomendaciones para este riesgo no solo es un sólido programa de seguridad, sino también un plan de contingencia para mantener la atención al paciente en caso ocurra.

 

  • Las insuficiencias en la cadena de suministro suponen un riesgo para la atención al paciente.

 

La falta de disponibilidad de productos puede provocar lesiones, enfermedades o incluso la muerte, ya que incapacita al establecimiento de brindar una atención adecuada a los pacientes y expone la seguridad del personal.

La pandemia de COVID-19 evidenció la falta de suministros a una escala internacional. Sin embargo, la vulnerabilidad de las cadenas de suministro es un problema que surge mucho antes. Se sugiere prevenir la escasez de productos y plantear estrategias para brindar una atención adecuada al paciente en caso no se obtengan los suministros requeridos.

 

  • Las bombas de infusión dañadas pueden provocar errores de medicación.

 

Los reportes a la ECRI sobre bombas de infusión dañadas son recurrentes, esto se debe principalmente a que los daños en estos equipos son difíciles de identificar; pueden ser visibles o que no activen las alarmas correspondientes del sistema. Las causas de los daños pueden ser:

  • Desgaste
  • Mal uso
  • Mal diseño del equipo
  • Agentes o métodos de limpieza inadecuados

Las causas de un mal funcionamiento puede terminar en una sobredosis de la medicación o daños al paciente por falta de una adecuada administración. Por ello, el personal debe estar atento a los signos de daño y debe saber cómo responder si existe sospecha de daño o se observa alguna irregularidad. Además, se debe prestar especial atención a las posibles causas para gestionar un plan de mantenimiento adecuado y así garantizar la seguridad del paciente.

 

  • Unas reservas de emergencia inadecuadas podrían interrumpir la atención al paciente durante una emergencia de salud pública.

 

En el caso de un desastre natural u otra crisis, debe existir una reserva de emergencia de equipos o suministros que ayude a las organizaciones a seguir operando. Sin embargo, durante la pandemia por COVID-19, las reservas en entidades estatales y nacionales no han sido efectivas (según los diferentes informes y reportes que han llegado al ECRI). Por ello, las organizaciones deben trabajar en desarrollar  y gestionar continuamente una reserva de emergencia para satisfacer las necesidades de futuras emergencias. En Perú, específicamente se debe promover la cultura preventiva.

 

  • El flujo de trabajo de telesalud y los factores humanos pueden provocar malos resultados.

 

Los programas de telesalud han cobrado especial relevancia tras la crisis sanitaria por COVID-19; sin embargo, es necesario prestar atención al flujo de trabajo con las nuevas herramientas que se adquieren y los factores humanos detrás de su manejo.

Debido a la rápida implementación que demandó la situación sanitaria, existen factores que pueden dar lugar a malos resultados para los pacientes o proveedores. Se debe tener en cuento los siguientes factores: 

  • Primero, se debe evaluar que la solución de telesalud cumpla con los requisitos del proveedor, y segundo se debe ajustar a las necesidades del paciente.
  • Debe ser fácil de usar  para utilizar la tecnología de forma eficaz.
  • Se debe priorizar la información y datos para los profesionales de salud. De lo contrario, los grandes volúmenes de datos innecesarios pueden abrumar al personal y conducir a resultados inadecuados.

 

  • El incumplimiento de buenas prácticas en las bombas de jeringa puede dar lugar a errores en la administración de medicamentos.

 

Las bombas de jeringa proporcionan un suministro de fluidos muy preciso y un flujo constante para volúmenes pequeños (≤60 mL) de agentes farmacológicos. Sin embargo, existe mala praxis de estos equipos y la administración termina siendo perjudicial para el paciente (ya sea por sobredosis o infradosis).

Al programar una bomba de jeringa a un flujo bajo (por ejemplo, <5 mL/h) puede haber un retraso considerable, cuyo tiempo variará según diversos factores como el tamaño de la jeringa, diámetro, entre otros. Por lo cual, el personal puede pensar que la falta de respuesta es debido a una dosis inadecuada, aplicando una mayor y derivando en una sobredosis. Por ello, se recomienda usar concentraciones estandarizadas de fármacos y usar la función de cebado/purga de la bomba en lugar de hacerlo manualmente, así se reducirá el retraso.

 

  • La reconstrucción basada en IA puede distorsionar las imágenes, amenazando los resultados del diagnóstico.

 

La inteligencia artificial está siendo usada de forma cada vez más recurrente para el procesamiento de imágenes médicas. Sin embargo, la reconstrucción de imágenes con IA tiene posibles inestabilidades y limitaciones que pueden manifestarse de diversas formas. Por ejemplo:

  • Pequeñas perturbaciones o interferencias que terminan en graves artefactos y pueden dificultar la interpretación del diagnóstico.
  • La reconstrucción de imagen por IA puede mejorar la calidad o incluso distorsionar dependiendo de la forma de adquisición.

Se debe tener claro las limitaciones y aplicabilidad de la tecnología para que sea realmente de utilidad y fiable. Los proveedores deben ser conscientes de dar a conocer esta información lo más clara posible.

 

  • La ergonomía y los flujos de trabajos deficientes en el reprocesamiento de duodenoscopios ponen en riesgo a los trabajadores de la salud y a los pacientes. 

 

El principal problema con los duodenoscopios radica en una mala praxis para su desinfección, y limpieza, en general. Sin embargo, esta mala práctica es principalmente debido a obstáculos en el espacio de trabajo ya la mala ergonomía de su entorno laboral.

A continuación, se exponen los riesgos más comunes, basados en una encuesta realizada por el ECRI, en el 2021, sobre el procedimiento de limpieza y desinfección. 

  • Existen obstáculos, como la presión del tiempo y la mala ergonomía del entorno laboral, que impiden un procedimiento eficaz de desinfección.
  • Es más recurrente el uso de duodenoscopios con tapas distales fijas, en lugar de los que tienen componentes desechables (de un solo uso). Sin embargo, los de tapas distales son más difíciles de limpiar eficazmente y aumenta el riesgo de infección para los pacientes.
  • Mayor riesgo de lesiones musculoesqueléticas del personal de salud debido a la mala ergonomía del espacio de trabajo.

 

  • Las batas desechables de barrera con protección insuficiente ponen en riesgo a los usuarios.

 

Se han realizado pruebas a las batas desechables desde la ECRI, lo cual ha causado preocupación sobre la calidad de fabricación (especialmente en las batas de proveedores no tradicionales).  Aproximadamente la mitad de las batas testeadas no cumplían los niveles de protección exigidos.

Se recomienda que los centros de salud tengan especial cuidado al investigar a sus proveedores y sus productos. Además, se debe tener claro el inventario sobre las batas disponibles en el establecimiento y que el personal sepa los distintos usos de cada una. 

 

  • Los cortes de Wi-Fi y las zonas sin cobertura pueden provocar retrasos en la atención al paciente, lesiones y muertes.

 

La red inalámbrica (Wi-Fi) cada vez es más usada y requerida por dispositivos médicos. Por lo tanto, los establecimientos deben garantizar una conectividad fiable y adecuada. De lo contrario, una conexión inestable, la baja intensidad de la señal o las interrupciones durante el mantenimiento del sistema pueden dar lugar a un flujo ineficiente de trabajo o vulnerar la seguridad del sistema de información.

Los riesgos pueden prevenirse al garantizar una constante conexión inalámbrica, asignando cuidadosamente el ancho de banda (priorizando los dispositivos médicos y de comunicación) y supervisando la red continuamente.

 

Fuente: Equipo de ingeniería biomédica de QSystems. Reporte Especial. Los 10 principales riesgos de la tecnología sanitaria para 2022. Opiniones de expertos del Programa de Evaluación de Dispositivos del ECRI. Traducción al español con permiso del instituto ECRI. 2022.

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