Andean Tragedy: Fighting the War of the Pacific (reseña)

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Por Jorge Bayona Matsuda

Andean Tragedy, de William F. Sater, se propone ser una síntesis completa de las causas y el desarrollo de la guerra del Pacífico entre el Perú, Bolivia y Chile (1879-1884). Existiendo ya numerosos libros con un objetivo similar —entre ellos algunos de autores clásicos como Jorge Basadre, Clemente Markham, Gonzalo Bulnes y Benjamín Vicuña Mackenna—, ¿cuál es el sitio que le corresponde a la obra de Sater?

En primer lugar, lo más novedoso de este libro es que intenta contextualizar la guerra del Pacífico en el curso más amplio de la historia mundial. De esta forma, la guerra es un antecedente en pequeño de lo que sería aún más dramático en las postrimerías del siglo XIX y, particularmente, en 1914: los militares de las potencias mundiales obviarían las lecciones dejadas por la guerra de secesión en Estados Unidos (1861-1865) y la guerra franco-prusiana (1870-1871). En vez de reconocer que los avances tecnológico-militares en el alcance y precisión de los nuevos rifles y cañones de retrocarga y ánima rayada hacían que las antiguas tácticas de la era napoleónica —como el atacar frontalmente en columnas cerradas—quedaran obsoletas, los tres países beligerantes insistieron en ellas, con funestos resultados. Posteriormente, y a pesar de tener observadores en la guerra del Pacífico que informaran sobre ello, los ejércitos europeos insistieron en las tácticas de vieja escuela. Esto último se dio quizás por el desdén con el que observaron a los combatientes del Pacífico sur, a los cuales consideraron poco más que huestes relativamente primitivas.

Y es este segundo punto, el de la capacidad combativa de las naciones en lucha, otro aspecto interesante del libro que se reseña. A pesar de que ofrece poca información nueva, el análisis de la misma hace que la obra de Sater sea valiosa. Si bien la historiografía tradicional de ambas partes del conflicto ha enfatizado todas las limitaciones y deficiencias de las fuerzas armadas de sus respectivos compatriotas, como contrapartida cada una ha tendido a sobredimensionar las capacidades combativas de su adversario. Sater le da una mirada más uniforme a los tres combatientes, con lo cual llega a la conclusión de que, en realidad, ninguno de los tres países contaba ni con marinas ni ejércitos suficientemente aptos para llevar a cabo adecuadamente una guerra moderna. Además de compartir las mismas deficiencias en doctrinas tácticas, carecían de armamento uniforme y moderno, entrenamiento, alimentación, servicios de apoyo logístico y médico, etc. En ninguno de los países hubo suficiente entusiasmo por la guerra como para llenar los ejércitos y marinas de voluntarios, de manera que tuvieron que recurrir a la leva forzosa. Es a esta temática a la que estaría haciendo referencia el título del libro: en lugar de apelar a una épica narrativa, ya sea de patrióticos defensores o de heroicos expedicionarios, se muestra la tragedia de soldados de tres fuerzas armadas peleando en territorios sumamente agrestes sin contar con las mínimas condiciones necesarias para la supervivencia, y mucho menos para llevar a cabo operaciones militares efectivas.

Otro sugestivo aspecto de Andean Tragedy es su análisis de las causas de la guerra. Correctamente, descarta los reclamos de las historiografías tradicionales aliada (que la guerra fue deseada por Chile para conquistar los territorios salitreros del Perú y Bolivia) y chilena (que la guerra fue deseada por el Perú para hacerse del monopolio salitrero mundial) al considerarlos como teorías de conspiración inspiradas por las pasiones de la guerra y su legado. Hace más bien un símil muy idóneo con el inicio de la Primera Guerra Mundial: en ambos casos, la guerra no fue deseada por los combatientes, pero una serie de acontecimientos y la presión popular doméstica fueron las que arrastraron a que Mariano Ignacio Prado no se mantuviera neutral y a que Aníbal Pinto tuviera que declarar la guerra. En lo que sí coincide Sater con otros analistas como Basadre es que el papel de Hilarión Daza como provocador fue fundamental para desencadenar el resto de los hechos.

Ahora bien, es posible que el contenido del libro de Sater lleve a un lector peruano de tendencias nacionalistas a considerar a dicho autor chilenófilo, más aún si tenemos en cuenta que sus obras anteriores tratan sobre el país del sur y que en sus agradecimientos figuran principalmente académicos chilenos. Sin embargo, opino que no es este el caso. Por ejemplo, queda perfectamente claro en su texto que las tropas chilenas cometieron diversas atrocidades durante el transcurso de la guerra. Estas, sin embargo, tienen también su explicación. Así, están la tenacidad con la que se defendían los peruanos, quienes a veces se rehusaban a rendirse aun cuando estaban derrotados; el uso de minas terrestres por parte de estos, en contravención de lo que los chilenos consideraban una guerra honorable; y rumores fundados e infundados de atrocidades peruanas contra los chilenos. También señala que si bien hubo oficiales que promovían el exterminio en sus arengas, también hubo aquellos que intentaban controlar los desmanes de su indisciplinada soldadesca. De otro lado, tampoco deja sin explicación las atrocidades peruanas: trata de ser comprensivo con la mutilación de cadáveres chilenos durante la campaña de la Breña, puesto que los soldados del sur cometieron violaciones, robos y asesinatos. Estamos, pues, ante una guerra particularmente trágica, en la que los ciclos de violencia se retroalimentaban mutuamente, pero sin una política abierta de ninguno de los beligerantes para cometer atrocidades contra el otro. Recordemos, no obstante, quela explicación de un fenómeno no implica su justificación.

La obra de Sater cuenta con algunas limitaciones que serían fáciles de corregir en una edición futura. En la descripción de la configuración geográfica del Perú (escenario de la mayor parte de las operaciones) aparecen ciertas imprecisiones, que son agravadas por el hecho de carecer el libro de un mapa general. Además, varios nombres de lugares y personas aparecen en forma errada ocasionalmente. Por ejemplo, se señala que Cáceres salió de Lima rumbo a la sierra central pasando por Chiclayo (en lugar de Chicla, p. 301) y que Williams Rebedollo (en lugar de Rebolledo) comandaba la flota chilena (p. 356).

En líneas generales, Andean Tragedy cumple con sus objetivos. Inserta la guerra en el curso de la historia mundial, explica sus causas y analiza a sus combatientes. Y si bien la descripción del desarrollo del conflicto es bastante convencional, lo resaltante del libro es que esto se hace sin recurrir a la retórica nacionalista que plaga los textos clásicos sobre el enfrentamiento bélico. Hasta ahora, el investigador que deseaba informarse sobre la guerra del Pacífico tenía siempre delante de sí la pesada tarea de distinguir entre aquello que era medianamente fáctico y aquello que era propaganda nacionalista. Por fin hay un libro académico contemporáneo que resuelve este problema.

Puntuación: 3.50 / Votos: 2

4 pensamientos en “Andean Tragedy: Fighting the War of the Pacific (reseña)

  1. Carlos Garaycochea

    En suma el libro no dice nada nuevo excepto la contextualización, donde el tema ideológico (tipo McEvoy) no estaría incluido. Me hubiera gustado tener también una opinión sobre quién es Sater, para no recurrir a las benevolentes glosas de Internet (http://www.zoominfo.com/#!search/profile/person?personId=299334896&targetid=profile)

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  2. Raul Fernando.

    Si bien no he leido este libro…puedo decir que el "repase" a los heridos fue la respuesta chilena a este procedimiento nacido en el desastre de Tarapaca…donde se descubre este macabro metodo usado por los aliados.

    La Batalla del Morro de Arica es otra prueba de la desicion peruana de usar cualesquier metodo ilegal de sechado por la guerra como el dinamitazo y las minas antipersonales regadas en el Morro que hacian volar despedazados a los soldados chilenos.

    Desde ese momento los soldados chilenos juraron no dejar con vida a ningun enemigo de la alianza sean estos heriods o rendidos..todos fueron eliminados.

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    1. andrew

      Primero, oye chileno, Uds ladrones entraron a nuestro territorio, así que nos defendimos como pudimos, si eso lo ofendía como dicen además de estúpido es bastante marica.Segundo, el repase empezó con Chile en nuestro Pisagua, así que las bestias horrendas que formaron tu ejercito comenzaron , y lo de Tarapaca Uds como siempre cobardes , finjieron rendición disparando luego a nuestras tropas tuvimos que freírlos como a pescados así mismo ocurrió en Concepción. No te quejes llorón ye informante del tema en vez de que tu ignorancia aldeana hable .

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    2. Andrew

      Bien , los chilenos nos atacaron e invadieron, entraron a nuestro territorio y nos defendimos como pudimos; segundo el repase empezó en Pisagua por sus invasores y también el ataque inmisericorde a la población civil de ese territorio litoral peruano. Lo de Tarapacá , ademas de triunfar sobre el ejercito de Chile, fueron sus soldados los que finjiendo rendición dispararon sobre nuestras tropas , así que se prendió fuego a su escondrijo. Lo mismo paso en CONCEPCION. Infórmese antes de entrar a paginas del Perú.

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