Opinión: Solidaridad global y el terremoto en Haití Roxanna Morote*
La tragedia ha devastado aún más a la nación mas pobre de America Latina. El terremoto ha remecido a un país cuya historia está marcada por el exterminio, la esclavitud, el imperialismo y la corrupción, todas condiciones ligadas a sistemas de comercio y política internacional en diferentes – o simultáneos – momentos de la historia. Haití es un país cuya condición lógica es vivir hoy en día sumido en la más terrible pobreza.
La ocurrencia de un terremoto en Haití se debe al azar. Sin embargo, las consecuencias en las victimas y las subsecuentes reacciones de quienes observan no tienen nada que ver con el azar de un movimiento telúrico, sino con las condiciones materiales, sociales e ideológicas con las que el mundo globalizado se maneja hoy en día.
He visto en países Europeos y en USA grandes campañas y movilización para enviar ayuda humanitaria a Haití. Todas se dirigen al ciudadano de a pie, a los jóvenes, a estudiantes, a los consumidores. Se usa a los muertos, la hambruna, la sangre, el caos para sensibilizar a los espectadores de noticieros que deben mostrar el continente entero antes de empezar a hablar de un país perdido en algún lugar del Caribe. Se organizan espectáculos enormes, las ‘estrellas’ mas sensibles del planeta cantan, y luego, la gente responde. En USA, por ejemplo, junto a la imagen diaria de los muertos aparece el conteo de millones de dólares que son reunidos por día a través de mensajes de texto para enviar a los desesperados haitianos. El pueblo norteamericano es solidario: han enviado tres dólares por cada mensaje de texto.
Me pregunto que pasaría si se le propusiera a estas personas cambiar su forma de vida para que naciones como Haití – y más de medio planeta – deje de vivir en la pobreza. ¿Qué tal si apagamos Disney World y Las Vegas para iluminar países enteros? ¿Qué tal si la comida y otros recursos se distribuyen de forma equitativa en la población mundial de forma que personas no vivan en ciudades que se desploman sobre la gente? ¿Qué tal si cambiamos algo de lo que se imprime en entretenimiento por libros para que no hayan analfabetos en el mundo? Tal vez son opciones mucho más penosas que asistir a un solidario concierto de Beyonce o enviar un solidarísimo mensaje de texto; pero es muy sabido que este tipo de ayuda ni alcanza para responder a toda la emergencia ni cambia nada de lo que realmente se encuentra en sus orígenes.
¿Se necesita mas ayuda humanitaria e inmediata para Haití? Por su puesto que sí; atenuará en algo el dolor de algunos pocos. Una vez sucedida la desgracia no se puede hacer otra cosa que responder a ella. Pero no creo en respuestas ciegas, idealistas, o perfectamente acomodadas a los estilos de vida que perpetúan la pobreza en el planeta. No creo en respuestas irreflexivas, en alarmantes llamados, en el sentimental desprendimiento de lo que no nos sirve.
Pronto dejaran de llegar las noticias, nadie mas hablará de Haití aquí en Europa; dejarán de recolectar ayuda inmediata y estaremos atentos una isla en Indonesia donde algo similar este pasando. En Haití quedarán los que reconstruyan, los que hagan campañas para eliminar la deuda haitiana, los que estuvieron en la tragedia y quienes ayudan con su conocimiento, su trabajo, sus experiencias; los que saben que el agua y el techo es urgente pero que entregan algo mas humano y duradero.
*Docente de la Maestría en Psicología Comunitaria-PUCP
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