El estudio aborda la influencia que tiene la migración cultural, es decir el arribo a Iquitos de personas pertenecientes a comunidades indígenas, y cómo esa vinculación de dos mundos genera una fractura en su adaptación, incursión e inclusión por el cambio del territorio originario a otro “poco conocido”. Las acciones discriminatorias generan que las personas que arriban a Iquitos tengan escasas oportunidades de realización y como parte de los mecanismos de sobrevivencia encuentren en la “mano de obra” de los niños, niñas y adolescentes (NNAs) el medio para alcanzar un presupuesto que cubra sus necesidades básicas.
La Lic. Maritza Ramírez Tamani, quién se considera una “india”, siente que existen niveles altos de discriminación en Iquitos, y nos dice que en una oportunidad fueron convocados a una reunión funcionarios del Estado y sólo “faltaba” la llegada de la Directora del Ministerio de Cultura pero la Lic. Ramírez ya estaba en la reunión, y escucha preguntar: “estamos esperando a la Directora de Cultura que no viene aun”, Ella se presenta y la miran y dicen: “¡ah…pensábamos que era una artesana!” ella nos dice que
“(…) en general les cuesta aceptar (…) que una indígena este dirigiendo la Dirección de Cultura (…) esto es una ciudad cosmopolita que vienen y llegan de todas partes y muy fuerte de población indígenas también; y entonces estos hechos también nos ponen al frente para plantear retos a trabajar.”
En las sociedades multiculturales, la discriminación es el lado más irracional de no haber atendido una diferenciación lo que provoca que los más indefensos (NNAs) serán más vulnerables y el trabajo infantil parece atizarse con tremendo combustible.
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