Me invitaron a dar una charla sobre los derechos laborales de las trabajadoras sexuales, a través de la Corte Superior de Justicia de Loreto, fue una buena apertura para visibilizar este sector debido a que son muy vulnerable como lo son otros sectores etarios: las personas discapacitadas, migrantes, personas mayores, indígenas, etc claro cada uno con sus problemática propia pero siempre invisibilizados y hasta discriminados por el Estado y la propia sociedad.
Al abordar la temática, nos chocamos siempre con el tema moral y es lo que aparece e invade nuestra percepción que obnubila, califica y define qué y a quién representa ese sector; pero el prejuicio y la estigmatización puede generar más daño al desarrollo de sus derechos laborales de todos aquellos que buscan asirse en un espacio de la sociedad y el Estado. Tal parece que solo soportamos a las trabajadoras sexuales en “La Casa Verde”, “Pantaleón y las Visitadoras”, obras literarias de nuestro Premio Novel Mario Vargas Llosa.
El artículo 8 de la Convención Americana de los Derechos Humanos hace referencia que todos y todas tenemos el derecho a ser “oídos”, palabra que tiene una riqueza conceptual que coincide con los espacios de la democracia donde nadie puede ser excluido. Estas ideas pueden ofuscar a algunos, pero una gran alternativa del Estado sería la reconversión de estas prácticas, promoviendo la capacitación sobre determinadas habilidades menos complejas en su aceptación; entonces queda un gran reto en los Municipios, los Ministerios, la sociedad, la clase política y empresarial.
Si este artículo pretendiera terminar en forma pacífica daría por terminado hasta aquí la reflexión, pero sabemos que todos los días habrá en todas las Regiones del País trabajadoras sexuales que estarán presentes y que cada una de ellas tendrá un historial y no dejarán de ser madres, mujeres, ciudadanas, etc; con esta reflexión no estoy generando tolerancia al trabajo sexual, sino estoy recurriendo a corrientes como el realismo jurídico que nos acerca a la dimensión social de la problemática.
El tema moral no es motivo para negarse abordar la problemática; y existen en el espacio del derecho, otras prácticas que son controvertidas pero que comparten el escenario del espacio social. Así tenemos personas vinculadas a la corrida de toros, el boxeo, la pelea de gallos y hasta actividades que siempre están presentes en el debate político, ¿sí se debe legalizar la venta de marihuana o no?
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