Centralizar adquisiciones: ¿garantiza eficiencia?

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El diario El Comercio en los últimos días ha publicado varios titulares mediante los cuales se evidencia que viene evaluandose propuestas sobre que hacer
para evitar situaciones similares a las de la frustrada licitación pública de patrulleros, sería mejor tener un ente centralizado que se encargue de realizar las adquisiciones de todas las entidades del Estado, sea que pertenenezcan al gobierno nacional, regional o local.
El propio poder ejecutivo estaría elaborando un proyecto de Ley para crear una Oficina central de compras.
Es necesario recordar que son 2800 entidades del Estado y que anualmente se realizan un total de 140,000 procesos de adquisiciones por un total de 25 mil millones de dolares (US$ 25,000’000,000,00).Los argumentos a favor de ello es que se compraría mejor porque se trataría de un ente especializado, que sería más facil o concentrado su control para evitar corrupción. Los argumentos en contra se dirigen a señalar los inconvenientes que una centralización de las compras de todas las entidades del Estado pudiera originar en los organismos regionales o locales, y en los propios organismos del gobierno nacional. De otro lado, se resalta como mayor riesgo de corrupción por los grandes montos de dinero que dicha entidad manejaría en terminos de otorgamiento de buena pro.
Sin embargo, la solución no pasa por crear un organismo más, por más especializado que pueda ser. La eficiencia en las adquisiciones del Estado pasa por:
1- Tener funcionarios y servidores públicos honestos, para lo cual es necesario formar “ciudadanos” en las familias, los colegios y las universidades
2- Tener servidores públicos debidamente capacitados: en especial y para éste caso en las áreas vinculadas a las adquisiciones.
3- Reducir la rotación o cambio de trabajadores, cada vez que se cambia de gobierno o de Ministro, como quien muda de muebles o cambia de decoración, lo que origina que en muchos casos se prescindiendose de parsonas capaces y se las reemplace por otras que no necesariamente tienen la experiencia para la labor encargada.
4- No considerar presupuestalmente que la primera partida que debe reducirse, por “austeridad” en una entidad en ua entidad pública es precisamente la de capacitación.
4- Dejar que las adquisiciones sean realizadas sin influencias o preciones políticas.
5- Crear en el mercado la debida confianza en un Estado cumplidor de sus obligaciones (pagos oportunos), Porque de lo contrario, venderle al Estado resulta potencialmente más costoso porla morosidad en los pagos. Un mercado de posibles proveedores desconfiados, origina riesgo de procesos desiertos.

Hay experiencias en otros paises vecinos: Chile y Brasil, por ejemplo, pero tengamos cuidado de no cometer dos errores frecuentes:
1- Apresuramiento innecesario
2- Desconocimiento de los contextos.

El primero de los errores en los últimos tiempos me parece que se ha vuelto muy frecuente: ej: se publica un dispositivo legal, a los 2
dias se modifica y a la semana se vuelve a modificar.
El segundo de los errores, nos lleva a copiar las instituciones que en otros lados funcionan bien pero aquí no lo hacen a la misma manera, debido a que no se estudío exactamente cual fue el contexto en el que dicha institución o practica de gobierno comenzó a funcionar en el otro país y que inconvenientes inicialmente se presentaron.

Hay que tener cuidado de no pensar que controlando mejor, se va a ser más eficiente. La eficiencia en las adquisiciones del Estado es más que centralizar para controlar.

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