LA DEMOCRACIA COMO COARTADA
Giovanni Sartori señala que democracia quiere decir, literalmente, «poder del pueblo», soberanía y mando del demos, nadie pone en cuestión que éste es el principio de legitimidad que instituye la democracia y que el caso reciente de las elecciones Generales para la Presidencia del Perú ha sido expresado en las urnas con un claro resultado favorable a Perú Libre, sin embargo la contrincante en su propósito de querer ganar la contienda a como dé lugar ha convertido ejercicio democrático, en una lucha por el acceso al poder en una suerte de lucha intestina, de demostrar correlaciones de fuerza del poder por el poder recurriendo a todos los medios e instrumentos; desde los recursos legales, sondeos de opinión, hasta el uso de medios de comunicación; se utiliza a la democracia como una “coartada perfecta” para en nombre de ella, pisotear los derechos del otro, se procura envilecer a las instituciones, atenta contra la identidad de comunidades campesinas, indígena y originarias restando valor a su voto ciudadano, y a su participación en el proceso electoral como ciudadanos.
En este discurso lamentablemente los actores políticos que no se han visto favorecidos por el voto ciudadano, no están solos, también juegan un rol, los medios de comunicación, sobre todo aquellos que no reflejan la pluralidad de opiniones, la diversidad de los hechos que caracterizan a una coyuntura; sino se convierten en muchos casos no solo en máquinas de resonancia de determinado grupo político, sino también en actores políticos partidarios, destruyendo más saber y más entendimiento del que trasmite.
Hacen uso y abuso del amparo jurídico considerado como un mecanismo de protección a sus libertades individuales, por encimas de las libertades de los otros, y respecto a los grupos minoritarios o poblaciones vulnerables; lo que refleja detrás de estas prácticas es que hay códigos racistas explícitos e implícitos, abiertos y encubiertos. Buscan una especia de protección interna y externa que suponen una “manifestación de un grupo contra la sociedad a la que pertenece”.
Tiene como soporte una elite política-empresarial como agente social en la supervivencia del modelo económico, en lugar de una renovación, cambio o generatividad; consideran el monopolio como una recompensa merecida para el empresariado, hay maximización del beneficio, Rauch (1994), escribe: «La vulnerabilidad de la democracia reside en la tendencia de los ciudadanos demócratas a formar un número creciente de grupos que piden beneficios siempre mayores que después defienden a muerte»
Los verdaderos guardianes de la democracia se encumbran antes coartadas manifiestas, fijando posición democrática pensando en el país, no en determinados grupos o intereses particulares; los verdaderos guardianes de la democracia no se establecen entre ricos y pobres sino entre verdaderas guardianas de la democracia y aquellos que tienen a la riqueza económica y el poder por amo.
Soc. Jainer Rojas M.