DE UNA POLÍTICA DE “BUZÓN” – DE DRENAJE A UNA POLÍTICA DE GESTIÓN DE RIESGOS DE DESASTRES EN CHICLAYO

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DE UNA POLÍTICA DE “BUZÓN” – DE DRENAJE A UNA POLÍTICA DE GESTIÓN DE RIESGOS DE DESASTRES EN CHICLAYO

 

Las últimas lluvias intensas ocurridas en Chiclayo, nos ha vuelto a la realidad, lo vulnerable que estamos frente a un fenómeno climático de esta naturaleza y nos ha “enrostrado” el alto riesgo que representa nos estar preparados, no prevenir; es decir los actores llamados de promover una política pública local de prevención, de la gestión de riesgos, 20 años después no han entendido este llamado.

Los motivos pueden ir desde las especificidades sectorial de los servicios de salud y sanitarios, hasta las fuertes resistencias corporativas delos entes que administran los servicios básicos, pero probablemente lo central es que no se tiene un modelo de gestión pública calificado, moderna y bien estructurado, que responda como todos los ciudadanos esperan, acciones concretas, con planificación, pero también con visión de futuro.

Chiclayo carece de un sistema de drenaje pluvial y lo que se ha visto como política (entendida como practicas institucionalizada) es, ante un fenómeno climático como las lluvias intensas se recurre al retiro de los buzones de desagüe, de realizar pequeños canales como una manera de atenuar el daño, aunque después tenga consecuencia en calle, la población y mismo sistema de conexión; se tiene que cambiar estas prácticas que se ha institucionalizado, las autoridades e instituciones no están para  mirar por donde evacuar el agua o entregar calamina después cuando la casa se desploma; sino la principal responsabilidad está en la planificación, en la prevención (gestión prospectiva), y en la preparación y organización ante una emergencia (gestión reactiva).

Esto implica que los Gobiernos Locales, Regionales, desarrollen e implementen una política de gestión de riesgos de desastres, lo cual suponen entender que los desastres son producto de procesos de desarrollo mal logrados, pues se tiene a la población y sus medios de vida en condiciones de vulnerabilidad; con lo cual se entiende que es posible actuar antes del desastre  en la planificación del desarrollo (Ley 29662 crea el Sistema Nacional del Gestión del Riesgo de Desastres), y la oportunidad de incidir a partir de  ella en la visión y estrategias de desarrollo así como en la adecuación de la inversión, tendiente a evitar el riesgo en el futuro y reducir el riesgo ya existente.

En esa perspectiva es importante articular, los instrumentos de planificación con las orientaciones de las políticas públicas locales en agua, saneamiento, territorialidad, etc; y allí cobra relevancia las propuestas que se vienen planteando desde la sociedad civil, los Colegios Profesionales, como por ejemplo no solamente ver el tema de drenaje, sino el plan integral de agua potable y drenaje pluvial, revisar y actualizar el Plan Urbano metropolitano, incorporando el Plan de Infraestructura regional, actualizar el catastro, validar los planes de contingencias ,etc. ; debemos ir definiendo el modelo de ciudad que deseamos vivir, y puede contribuir en ello el Programa de Ciudades Sostenibles, pero sobre todo tenemos que creer, despertar con ese  sueño y visión de que es posible vivir con dignidad, y desarrollo demostrable, articulado e integrado como pueblo y territorio.

Jainer Rojas- Febrero 2017

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