ELISEO ACHAWI: UN ANDINO MANIÁTICO
Una tarde de verano, el 06 de febrero, cuando llego a una tienda y entablo conversaciones con la señora con faldas cuadriculadas y que lleva puesto un sombrero negro, me sorprendes cuando con tu pedido de una manzana roja y dulce llamas la atención de la señora, te noto que estas alegre, instantáneamente abandonas la tienda con pasos erguidos, hacia un destino incierto, mientras que algunos campechanos, que circulan en esos espacios, murmuran que estás loco, es loco, es loco, mencionan repetidamente, pero no sabes lo que imagina ellos de ti, solo te preocupas a llenar tu buche como los pollos que crían en las granjas de Limatambo.
Cada mañana, cada tarde y cada vez que me doy un tour por las avenidas y la plaza del pueblo, la mayoría de la veces te logro ver, caminas, inteligentemente, ingiriendo algún trozo de comida, estas sucio, llevas unas botas negras rotas de caucho amarrado con una plástico rosado, tu pantaloneta está llena de manchas negras, marrones, y muchos colores que ni se denominarlas, más arriba tienes puesto una chompa y casaca que cubren tu espalda virulenta, a veces sueltas algunos ruidos que no logran entender la gente.
Mientras trato de entender la vida infantil, amorosa y literaria, penas y alegrías en la vida de Vargas llosa sentado en un escritorio de cada día, me asustas cuando entras al ambiente tocando tu lata de leche gloria o soy vida con un peine chaval recogido de algún lugar por tus propias manos deteriorados, pero no dejo de recordar quién eres, te acercas a donde estoy, me hablas, pero no puedo entenderte interrumpido por la música sublime que escucho en volumen alto. Te vas y te diriges en contrario mío, te sientas y nuevamente frotas regiamente el peine sobre la lata, produciendo un sonido raro, parecido a un estruendo en las punas que asusta a los pastorcillos de la altura, un rato te detienes, estas sentado te quedas mirándome a mí.
Mejor te pregunto de dónde eres, me dices serenamente que eres de tayankani, mencionas que no tienes mujer, hijos, pero tu hermano vive en ccapana, y no quisieras tener mujer, otra vez te pregunto si bailaste en la fiesta del pueblo, me confirmas que es cierto, te digo si te gustaría conocer mujeres pero me dices que no, sigues sentado, comiendo algunos trozos de pastel, algunas hojas de coca concentradas en una bolsa de plástico transparente sujetas con tu mano izquierda, tu mano que también se nota desde donde estoy, que no te lavas, y esta de color negro, las capas de tierra, polvo todavía forma una capa en forma de cocos que al palpar seguro sentiría algo extraño y tal vez sea áspero. La cara que llevas muestra cierta conformidad, alegría, risas , carcajadas sonriente mostrando tu labios rojizos, con los dientes amarillos te vas lentamente y abandonas el lugar.
Ahora que llovizna, moja la superficie, mientras escucho algunas canciones en el mismo lugar donde me viste por última vez , donde estarás con tus locuras, alegre o de pena, seguro que tu casaca aunque sucia estará ya mojado y aun asi te protege siquiera del viento, pasaras frio, habrás vuelto a digerir alguna bebida, ya te habrá dado hambre, ayyy achawi, no quisiera estar en tu posición, tus cuerpo debe estar temblando como un temblor que sacude Ica y Pisco, y si todavía recuerda de tu filosofía tal vez esta noche te irás a lima o Arequipa en avión, sueñas, sueñas, sueñas y sueñas infinitamente, pero no sabes lo que día a día te espera, pobrecito que mala suerte que tienes que s ahora solo te queda vivir la poca vida inciertamente, que la muerte seguro ya te recordara y te llevara a su cobijo, para descanses en bien o mal, ya que estos últimos días has desaparecido solo dejando algunos murmurios en la memoria de la gente que llevan “un loco hay en el pueblo”, como la cerveza que se toma y se vota o como la piedra tirado en el camino.