El 15 de julio de 1883 el ciudadano Leoncio Prado Gutiérrez, coronel del Ejército Peruano en la Campaña de la Breña, fue fusilado, en cumplimiento de la orden del mando del ejército chileno de no tomar prisioneros tras la batalla de Huamachuco.
En recuerdo de su ejecución extrajudicial el gobierno regional de Huánuco expidió la Ordenanza Regional Nº 78-2014-CR-GRH, del 30 de julio del 2014, publicada el 1 de noviembre del año 2014, que “declara feriado cívico no laborable el 15 de julio de todos los años en el departamento de Huánuco por celebrarse el Día de la Inmolación del Coronel Leoncio Prado Gutiérrez”.
Se trató de una oportunidad para conmemorar la libertad, la igualdad y la servicialidad, virtudes ciudadanas personificadas en Leoncio Prado Gutiérrez: el servicio a la libertad de los conciudadanos sometidos a un dominio ilegítimo, entregando la vida, inclusive, servicio a la libertad que años antes se había expresado en su aporte a la independencia de Cuba; la práctica de la igualdad sin discriminación al margen de las procedencias, cargos o títulos, dado que Leoncio Prado compartió todas las penurias de la tropa indígena a lo largo de la campaña, incluso el fusilamiento inmisericorde; y la servicialidad, a pesar de, en su condición de hijo del presidente, poder haber buscado eximirse de sus deberes de servicio a la Patria agredida.
Esas virtudes leonciopradinas: libertad, igualdad y servicialidad bien podrían ser puntales de una identidad huanuqueña con la que aportar a la construcción desde este centro del país, de una identidad nacional. No deja de llamar la atención que otros héroes de la guerra del Pacífico como Grau, Bolognesi, Ruiz Gallo, Cáceres y los servidores que lucharon a su lado, también se distinguieron por ser libres y luchar por la libertad en la adversidad, por igualarse con sus respectivas tropas, y por servir hasta entregar la vida por sus conciudadanos, al igual que Leoncio Prado. Y todo ello en medio de un contexto de traiciones e incompetencias que sumadas nos llevaron a la derrota política y militar. Ese contexto no ahogó el heroísmo del servicio igualitario por la libertad frente al dominio ajeno, al contrario, lo resaltó.
Hoy los múltiples motivos para desanimar el servicio al prójimo o para ver con recelo y distancia la lucha política no han de opacar los nuevos heroísmos de quiénes quieran comprarse los pleitos de construir una región y un país donde sin importar el origen, los cargos sean para servir y entregarse, con municiones o sin ella, por ideales nobles como los que animaron a Leoncio Prado.
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