Es fabuloso como la definición de una buena noche va variando a través de nuestra vida. Cuando niños una buena noche era quedarse viendo televisión o jugando hasta tarde, tan simple como eso, luego venían las noches de descubrir nuestros hobbies o pasiones, escuchar música, leer, hablar con nuestros amigos de colegio.

Ya cuando adultos jóvenes nuestra definición de una buena noche se convertía en algo totalmente distinto, reunirse con amigos y disfrutar de una o muchas copas en la discoteca o de la casa de algún voluntario. Y este tipo de diversión perdura en algunos de nosotros por mucho tiempo. No obstante, existimos también otros que cambian esas noches de amigos por noches de películas con un buen vino y una buena compañía.

Una pizza casera preparada con clásicos ingredientes italianos como harina 00, salsa de tomate,  queso mozzarella y albahaca en compañía de tu persona especial puede convertirse en la mejor de las noches. Y esto puede perdurar por muchos años antes de encontrar que la mejor de las noches se convierte en una taza de café y una buena charla con tus seres más queridos.

Es cierto que, estas buenas veladas son así desde mi punto de vista, pero es cierto que la receta de una buena noche cambiará con el pasar de los años.