Muchas veces hemos necesitado un abrazo, muchas veces hemos necesitado un consejo, muchas veces hemos necesitado un hombro sobre el cuál reposar y  un oído sobre el cuál hacer una catarsis. Como seres con sentimientos, no es malo aceptar que necesitamos llenar vacíos de amor, de dicha, de alegría.

Sin embargo, no nos ponemos a pensar, que en el momento de mayor necesidad es cuando más deberíamos dar. Por ejemplo, cuando más necesitamos amor es cuando más deberíamos darlo. Muy pocas personas te amarán si les pides que lo hagas, pero es más probable que te amen si les muestras todo el amor que tienes dentro de ti.

Lo mismo replicarse en las cosas materiales, cuando más necesitamos dinero para completar para la renta o para un evento especial es cuando más podríamos mostrarles al universo cuánto estamos dispuestos a dar al prójimo, cuanto menos pidas y más des es cuando entenderás que la vida siempre devuelve el doble o el triple de todo lo bueno o malo.

Es en estos tiempos de navidad donde debemos dar más amor, comprensión, perdón y alegría. Reunirnos en familia y regalar todo lo que nos falta, por poco lógico que parezca. Y por cierto, no olvidarnos de los pequeños que aún creen en la magia de la navidad y regalarles juguetes, mucho amor y enseñanzas.