La consigna enmudece, sin embargo, al avanzar la pesquisa. Alfredo Barnechea y Remigio Morales ocupan el segundo y tercer lugar en diputados, pese a que en la lista se situaban en los números ocho y seis respectivamente. Barnechea se beneficia por ser una figura pública al margen de su militancia; y Remigio Morales, por su lado, cosecha los réditos de una costosa campaña publicitaria. En cambio Carlos Roca (No.2) e Hilda Urízar (No.3) son desplazados, pese a un aceptable desempeño parlamentario, al quinto y décimo lugar.
En la misma lista aprista, el voto partidario dio, en varias ocasiones, paso al voto independiente. Esto explica que Aurelio Loret de Mola (SODE), Carlos Blancas (DC) y Miguel Cavero Egúsquiza (independiente) posterguen en los escrutinios a connotados apristas como José Barba Caballero, Rómulo León, Walter Cuestas y Luis Alvarado. Peor aún, fuera del Parlamento quedaron apristas notorios como Raúl Haya, Francisco Chirinos o César Vásquez, miembro del CONAPLAN. La consigna partidaria de votar cerradamente por las tres estrellas, con el fin de evitar el canibalismo intra-partidario, terminó favoreciendo a los independientes, que sí hicieron propaganda sin cortapisas.
En IU, siendo un frente, estaba en juego algo más que la popularidad individual. Se trataba de perfilar hegemonías partidarias. A este nivel, el espaldarazo electoral a Javier Diez Canseco, secretario general del PUM, es importante, pues es el único caso en que el tercero de la lista senatorial desplaza al primero (que fue Jorge del Prado, del PCP, con 187,356 votos). Diez Canseco obtiene 194,356 y si bien la diferencia no es tanta, cabe señalar que no asistió como Del Prado a todos los mítines de la plancha presidencial. Ambos obtienen considerables votaciones en Lima, así como en las zonas centro y sur del país.
El caso de Rolando Breña, por su lado, demuestra un voto más partidario. La influencia de UNIR en el magisterio y el estudiantado le permite una cobertura nacional. La consigna pesó en UNIR, sobre todo si tenemos en cuenta que César Rojas Huaroto -un hombre sin carisma- salta del puesto decimocuarto al octavo. En cuarto lugar, con 114,342 votos, queda Enrique Bernales, el secretario general del PSR. Se creyó que terminaría a la cabeza de la votación de IU, dado que estuvo en la plancha presidencial y por ser reconocido como un parlamentario carismático y bien tratado por la prensa. El voto preferencial sólo lo acompañó en Lima, donde no quedó primero, pero obtuvo el 64% del total de sus preferencias.
Los resultados demuestran que, en IU, los tres grandes partidos son -en riguroso orden- PUM, UNIR y PCP. El primero, si tomamos en cuenta las preferencias en la lista de senadores, concentra el 26.5% de los votos de IU; el PC queda segundo, con el 20% y UNIR algo más atrás con 17%. Las otras cinco organizaciones, más los independientes, suman el 36%.
(Jaque No.2, 2 de Junio de 1985)