También se apartó Antero Aspillaga. Se ratificó la alianza con los constitucionalistas. Finalmente, los candidatos fueron José Pardo por los civilistas, para la presidencia de la república y el constitucionalista José Salvador Cavero para la primera vice-presidencia. Los lemas civilistas fueron "Orden y Progreso", "Ley de Trabajo" y "Escuelas y Caminos". La influencia positivista, que tanto enarbolaran los civilistas, estaba presente.
Por el contrario, bajo la iniciativa del Partido Liberal, liderado por el huanuqueño Augusto Durand, se fue conformando una candidatura de oposición que tuvo la acogida de los demócratas. Así se proclama la candidatura de Nicolás de Piérola para la presidencia y Augusto Durand para la vice-presidencia. La campaña fue muy controvertida, llegándose a niveles de violencia cuando se enfrentaron ambos bandos dando como saldo varios heridos e incluso un muerto. Serapio Calderón, presidente provisional, intentó la búsqueda de una transacción pero no lo logró. Por el contrario, los demócratas acusaron de parcialidad a la Junta Electoral Nacional y de propiciar el fraude a favor de la lista oficialista de Pardo. Sin embargo, la alianza civil-constitucional derrotó a la coalición demócrata-liberal en la elección de las mesas directivas de las cámaras y no prosperó ninguna propuesta de sanear los actos del aparato electoral. El Partido Civil, desde el gobierno, había fortalecido su presencia en el ámbito político y fue incentivado por el homenaje nacional que había provocado la muerte de Manuel Candamo, presidente también del partido. Piérola triunfaba en las calles, pero perdía en las elecciones. Algunos sostuvieron que lo que ocurría era la efervescencia popular no organizada alrededor de un caudillo que carecía de un aparato electoral, en contraposición a la campaña, en casi todas las ciudades, de los civilistas que, además, contaban con un respaldo económico superior al de sus adversarios. Piérola, denunciando que el proceso electoral no se había encaminado en el terreno de la ley se retiró del mismo.
Las elecciones se realizaron con la inscripción de 146,990 electores y sufragaron 97,719, es decir, el 66% de participación electoral y a pesar de lo ardoroso de la campaña, al final sólo quedó la lista de José Pardo que obtuvo la presidencia con 96,430 y José Salvador Cavero con 96,190.
En la comisión de cómputo del Congreso, la minoría demócrata con Joaquín Capello y Aurelio Sousa a la cabeza solicitó la nulidad del proceso por irregularidades, acusando a la Junta Electoral Nacional, por alteración de los votos, adulteración de los registros entre otras causales. El pedido fue denegado. El civilismo permaneció cuatro años más en el poder, monopolizándolo en un período económicamente estable y de paz social.
(El Peruano, noviembre de 1997)
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