La concreción inicial fue el Partido Republicano en los Estados Unidos, bajo la dirección de Thomas Jefferson. Los partidos políticos más modernos, dotados de una continuidad son el Partido Demócrata, en Estados Unidos, que nace en 1828 y el Partido Conservador, en Inglaterra, que apareció alrededor de 1832.
Pero, los partidos fueron aceptados, recién al comprenderse que la diversidad y el disentimiento no son necesariamente incompatibles con, ni perturbadores, del orden público. A pesar de ello, la doctrina del pluralismo constitucional, la división y equilibrio de poderes, se forjó sin los partidos, quienes en realidad tienen un reconocimiento a nivel constitucional recién después de la segunda guerra mundial. Todo ello impulsado por la ampliación del sufragio. El pluralismo es así aceptado y ello implicaba que podían y debía existir más de un partido. Habría que añadir, que el pluralismo de partidos fue posible gracias a la ampliación del sufragio. Este fenómeno o lleva a que los miembros de la sociedad conviertan a ésta en una sociedad politizada con la consecuente mayor participación del sistema político. En otras palabras, el ingreso de contingentes de miembros de la sociedad que obtienen la posibilidad de participar en las operaciones de toma de decisiones de su propia comunidad. Los que entran ya no salen. Sólo se les puede reprimir, como ocurre en algunos estados y, con gran frecuencia, en la historia latinoamericana.
Todo ello hace que el sistema de partidos adquiera una nueva función. Cuando una sociedad se desarrolla y crece, sus funciones se complejizan; sus normas y reglas, que relacionan a estado y sociedad civil, se empiezan a establecer conforme a su sistema de partidos. De esta manera, los partidos políticos cumplen el papel de organismos de canalización y el sistema, por ellos forjados, en el sistema de canalización política de la sociedad.
Pero, ¿Qué es finalmente un partido político? Maurice Duverger, politólogo francés que fue uno de los primeros en trabajar en forma sistemática los partidos políticos y cuya obra es fundamental, no tiene una teoría de los partidos y no los define. Sin embargo, la mayoría de las definiciones fueron elaboradas sobre las base de una exploración y observación de los partidos políticos en las democracias occidentales. Así si Schattschneider considera que "un partido político es en primer lugar una tentativa organizada de conseguir el poder…, pero igual de justo es decir que los partidos que los partidos se mantienen unidos por ‘la capacidad cohesiva del saqueo público", Schumpeter sostenía que "Un partido no es…un grupo de hombres que se proponen promover el bienestar público ‘conforme a un principio en el cual todos están de acuerdo ‘…un partido es un grupo cuyos miembros se proponen actuar concertadamente en la lucha competitiva por el poder político". Sartori se distancia de las definiciones de estos autores al señalar que en el fondo éstas no distinguen partidos de facciones y propone una ‘definición mínima’: "un partido es cualquier grupo político que se presenta a las elecciones y puede colocar mediante elecciones a sus candidatos en cargos públicos". Esta definición mínima se funda en la participación electoral de los partidos. Para el caso peruano, esta definición resulta insuficiente en la medida en que por largos períodos varios partidos políticos estuvieron, debido a una encarnizada persecución, al margen de procesos electorales, muchos de ellos, sólo parcialmente libres. Intentando una definición, podemos señalar que un partido político es un grupo político que, disponiendo de una base política y organizativa, tiene como objetivo manejar los asuntos de gobierno y estado. En la etapa que vivimos de transición de nuestro sistema político será necesario articular e impulsar la conformación de estos mediadores necesarios de la participación política.
(El Peruano, 7 de Diciembre de 1995)