(Diario16, jueves 25 de enero del 2011). Entrevista realizado por Michael Zarate.
Trotskista en sus años de estudiante. Hoy es un hombre mucho más flexible. Sin embargo, no hay punto medio cuando se trata de Alianza Lima. Ha sido Jefe de la ONPE. Perso si de elecciones se trata, Fernando Tuesta sostiene que a los hijos hay que permitirles elegir todo, menos el equipo de fútbol. He aqui una conversación sobre música, bibliotecas y juergas, que comenzó con una sugerencia suya: "Mientras menos me preguntes de política, mejor".
¿Por qué sería mejor si no habláramos de política? ¿Llega a hastiar?
No, es una broma (ríe). Lo que pasa es que cuando estoy en una reunión, se me acerca alguien y dice: “¿Cómo ves la situación política?”. Luego me preguntan: “¿Y quién crees que va a ganar (la elección)?”, como si yo fuera pitoniso.
¿Esas son las dos preguntas que más le han hecho en su vida?
Si, y la tercera pregunta es: “¿Tú crees que este año campeone el Alianza? (ríe).
Hablando desgraciadamente de política, ¿Qué plancha presidencial le parece mejor constituida?
La gente no vota por planchas, sino por el candidato presidencial. Es más o menos unánime que la plancha mejor pensada es quizá la de PPK, pero en muchas planchas hay gente interesante. Por ejemplo, ahí está Chehade en la plancha de Humala, Bruce es una buena apuesta en la de Toledo y Yoshiyama es el fujimorista más potable. Sin embargo, hay una idea extendida de que la plancha tiene que ser atractiva para que la gente vote.
¿Y eso es errado?
Sí, pero esa es una idea compartida también por los partidos, quienes forman sus planchas pensando en una suerte de arrastre de votos. Los partidos suelen ser hasta irresponsables al colocar gente en su plancha. Algunos nombres llaman la atención y generan hasta terror.
¿Qué plancha le produce terror?
Terror es una exageración. Pánico seria. Por ejemplo, la tan mentada candidatura de la señora de Acuña. Acá no estamos hablando de las calidades estrictamente personales, sino de las capacidades que exige un puesto de la más alta responsabilidad pública.
Usted cumplirá 56 años este 5 de febrero. ¿Es el último de siete hermanos?
Sí. Mi padre era, a su vez, el ultimo de ocho hermanos, así que mis primos parecían mis tíos (ríe). Esto de ser ultimo lo asocio a un hecho interesante que me ocurrió hace poco. Yo no soy muy apegado a la familia. Yo no sabía, por ejemplo, de donde venía mi familia.
¿Nunca estuvo interesado en eso?
Nunca. Hasta que por casualidad me entere por internet, que existía un pueblo llamado Tuesta.
¿En el país Vasco?
Si, en el país Vasco. En Álava, Vitoria. Y en uno de mis viajes a España decidí conocer el pueblo que supuestamente dio origen a mi apellido. Fui a Vitoria, contraté un auto y llegué al pueblo . No encontré ningún Tuesta, pero fue una sensación bastante especial.
¿Su padre fue bibliotecario del colegio Guadalupe?
Mi padre fue, en primer lugar, maestro. Esa era su profesión. Mi padre fue parte de la primera promoción que formó Jorge Basadre en la Escuela de Bibliotecarios y uno de los trabajos más importantes que tuvo, además de enseñar, fue el director de la biblioteca del colegio Guadalupe.
La que usted frecuentaba de niño y donde, incluso, pudo, enterarse de datos sobre Alianza.
Si, si (ríe). El solo ingresar a la biblioteca te daba una sensación de ingreso a la historia . Nunca había visto tal cantidad de libros y, sobre todo, esa colección de diarios antiguos, como La Prensa. Ahí leía las noticias sobre Alianza. En mi barrio había gente de Alianza y de la ‘U’.
¿De qué barrio era usted?
Yo vivía a la vuelta del cine Country, en Lince. Ahí, por Hipólito Unanue.
¿Y qué es lo más loco que ha hecho por Alianza?
Yo soy muy respetuoso del ridículo y, a veces, he hecho ridículos poniéndome fotos y camisetas .pero he sido dirigente de mi club .una locura es querer hacer mucho más por tu club y hemos peleado muchos años para que el club fuese mejor .no lo hemos logrado.es una delas grandes insatisfacciones que tenemos.
¿Cómo surgió su pasión por Alianza?
Mi padre no solo no era del Alianza, sino que no le gustaba el futbol. Mis hermanos eran tibiamente de la ‘U’ .Entonces, me hice hincha del Alianza entre el periódico, la calle, el barrio y la radio. Yo fui por primera vez al estadio a los 11 años. Ahora eso es increíble. Los chicos van a una menor edad.
¿Cómo fue esa primera visita?
No me olvidare nunca. Tenía un amigo, cuyo tío trabajaba en el estadio nacional. Todos los domingos había eventos, sobre todo de atletismo .eso terminaba a las once. Íbamos y nos escondíamos en los baños de Occidente hasta que saliese toda la gente. Luego limpiaban el estadio y recién abrían las puertas para los tres partidos que antes había.
El llamado ‘triplete’.
Así es .cuando abrían las puertas nosotros salíamos del baño y nos íbamos a Occidente e hablo de 1966 .durante mucho tiempo hicimos eso (ríe).
Si bien Alianza es una de sus pasiones, la otra es la música. ¿Es verdad que, inicialmente, usted creía que toda la música era rock?
Si (ríe).como éramos una familia numerosa, cada uno tenía un gusto distinto .A mi padre le gustaba la música criolla. Cuando el escuchaba a la Limeñita y Ascoy, me parecía terrible, desafiando .A mi hermano le gustaba la música clásica. A una de mis hermanas le gustaban los boleros de Javier Solís o el merengue de Xavier Cugat. Y a mí me gustaba el rock. Uno a esa edad no solo se vuelve ortodoxo, sino sectario. Todo lo demás no sirve para nada.
¿Usted trataba de adquirir una identidad propia dentro de su propia familia?
Sí. Además, era una época muy especial: los sesentas. Yo tuve en mis manos el ticket para ver a Santana en 1971 en el estadio de San Marcos. Íbamos a pernoctar un día antes. Había visto tres veces la película Woodstock en el cine Orrantia y fue increíble como lo sacaron (del país).Santana fue un hito porque introdujo aspectos latinos al rock.
¿Santana fue un eslabón para lo que después fue su gusto por la salsa?
Claro. En los setentas yo escuchaba rock progresivo. Tenía mi colección de discos y en las fiestas me encargaba de colocar la música. Yo era el DJ.
¿Cuál fue el primer disco que compro?
Mi primer LP fue el de Santana, el del león (en la portada), que además fue su primer álbum. Luego comencé a contactarme con amigos que venían de Nueva York, quienes traían discos de la Fania. Ahí escuche por primera vez a Willie Colon y Héctor Lavoe. A partir de ahí comencé a ser más flexible y fui incorporando a mis gustos géneros como el bolero. Un bolero precioso que marco nuestra época es ‘Por qué ahora’ de Vitín Aviles.
¿Hoy escucha radio?
Hace años no escucho radio. Cuando regrese de Alemania en 1995 sentí una tremenda frustración porque el nivel de las radios había caído muchísimo. La balada es el cáncer de la música .me refiero a cuando la balada incursiona en otros géneros.
¿Por ejemplo?
Me gusta lo que hace Gian Marco en su género, pero cuando canta Valses francamente mejor que no cante .Cuando la balada entró a la salsa le quito toda la potencia y fuerza. No puedes tener a Julio Iglesias en tu discoteca. Jamás (ríe).O Luis Miguel cantando boleros. Eso es una herejía (ríe).O Eddie Santiago, quien es lo máximo de la balada –salsa.
¿Qué canciones de hoy detesta?
No detesto. Cada vez soy mucho más flexible. Me dicen: “¿Qué haces poniendo esas cumbias?”. La verdad, desde que salió El Arbolito en el 2000 me pareció una de las mejores piezas del Grupo Néctar.
Usted es hoy director del Instituto de Opinión Publica de la Católica. ¿Qué militancia tenía en sus años de estudiante?
Dentro de los grupos de izquierda, yo estaba en uno trotskista. Y la seducción por Trotsky venia sobre todo porque Trotsky era pluma ligera, escribía muy bien. Leer a Mao era un espanto y Stallin ya se sobreentiende, ¿no? Han pasado 30 años, pero quienes estaban metidos en política eran, a su vez, los mejores alumnos. No por lo aplicaditos, sino porque leían mucho .Detrás de cada hombre o mujer inteligente siempre hay mucha lectura.
¿Cómo se considera ahora?
Hace tiempo me considero un demócrata radical.
¿Cuál ha sido la mayor juerga que se ha dado en su vida?
Uf, varias. Nunca he estado en tantas fiestas como en mi época europea. En Alemania estudié cinco años y nos reuníamos con un grupo de peruanos antes de ir a una discoteca latina. Comprábamos una botella de whisky, cervezas y algunas peruanas hacían lomo saltado. A las 9 de la noche agarrábamos nuestras bicicletas y nos íbamos a las discotecas latinas. Ahí hubo varias noches que se convirtieron en días (ríe).
Usted tuvo su primer hijo a los 42 años. ¿Lo pensó bastante?
Lo que pasa es que yo quiero seguir leyendo el periódico los domingos en la mañana (ríe)
Que buena
La verdad es que me equivoque. Puedo seguir leyendo el periódico los domingos en la mañana (ríe).yo he sido lo que llama un padre viejo, pero lo tome con mucha naturalidad. Mis hijos fueron queridos y planeados.
¿A sus hijos les ha inculcado la pasión por Alianza?
A los hijos hay que dejarles que elijan todo, salvo el equipo de fútbol. Pueden elegir religión, política, música, pero un padre cuyo hijo es hincha de otro equipo, es un padre descuidado (ríe).por eso digo que mis dos hijos son hinchas de Alianza de nacimiento.
¿El hecho de que usted este ahora vestido de azul y blanco es una cábala?
¿Sabes? Ha sido inconsciente. Pero, mira, coincidió. Lo que pasa es que tú eres muy observador.