A casi dos semanas de realizadas las elecciones regionales y municipales 2010 y no se tienen los resultados finales, en la elección de la alcaldesa de Lima que aun libran Susana Villarán (Fuerza Social) y Lourdes Flores Nano (PPC). Esta incertidumbre en relación a los resultados, no impide mostrar lo que ocurre en el país, a escasos medio año de la elección presidencial y parlamentaria. La principal idea es que se mantiene el fraccionamiento partidario, aun cuando hay una concentración alrededor de liderazgos regionales.
El fraccionamiento se traduce en que los partidos políticos nacionales (27 inscritos legalmente) ganan solo seis presidencias regionales, de un total de veinticinco. Sin embargo, el resto es distribuido en casi tantos partidos, como presidencias regionales en competencia. La situación es más clara –y grave- cuando se observa que las organizaciones regionales que ganan, no son las mismas que las triunfadoras en los municipios de las capitales de departamento.
Si bien en los departamentos se ha generado liderazgos regionales, que se extiende casi a lo largo de la década, no ha sido lo suficientemente consistente como para que alguno de ellos, se convierta en un partido nacional. Es decir, la suma de organizaciones regionales, no hacen una nacional.
En consecuencia, lo que se tiene es un país partidariamente fraccionado, cuyos niveles de poder se encuentran separados entre el nacional y el subnacional, como dos espacios que no se relacionan. Unos no tiene raíces en las provincias y otros carecen de altura, para dejar de ser parroquianos.
Es más, ninguno de los partidos que tienen candidatos presidenciales (Fuerza al 2011, SN, PNP, PP y PAP), tuvo candidato a la alcaldía de Lima, la más importante del país. Pero, de la misma manera, ninguna de las dos candidatas forma parte de un partido, que tiene candidato presidencial conocido.
La carencia de partidos integradores, ha estado acompañado por la presencia de liderazgos regionales, pero sin la capacidad de intermediación, por lo que los conflictos sociales, crecientemente importantes, no disminuirán.
La competencia en Lima muestra las características de la dinámica partidista peruana: polarización, banalización y, sobre todo, volatilidad. La volatilidad (cambio permanente de voto, sin fidelidad), ha provocado las mayores modificaciones en campaña entre Lourdes Flores Nano y Susana Villarán. Y es que el domingo 3 de octubre, será recordado como la elección que consagró a la primera alcaldesa de Lima, pero sobre todo por demostrar que en el Perú, cuna de los outsiders, lo imprevisible es lo frecuente.(Infolatam, 12 de octubre del 2010).
Estimado Fernando, queremos hacerte la invitación como ponente para una conferencia q la juventud de UPP esta organizando. Por acuerdo mayoritario se ha quedado por considerarte como ponente principal, el tema es “Crisis institucional de los partidos políticos en el Perú”. El día de la conferencia es el 16 de noviembre a las 7pm. en el auditorio “Daniel Estrada Pérez” en las instalaciones de local partidario UPP. Esperamos contar con tu participación. Saludos.
La fragmentación bien definida que se hace referencia en el artículo, resalta la proliferación de partidos sin identidad ideológica y respaldo legal, esto lleva a una larga incongruencia en propósitos y acciones a emprender. El poder en estas organizaciones está compartida por líderes carismáticos, líderes que con una nefasta improvisación, y con el solo apoyo de respaldo popular, deciden aventurarse y lanzarse al ruedo, que como ya vimos, se reflejo en estos últimos comicios. Como bien lo pude confirmar con la exposición que brindaste aquí en Arequipa, estamos frente a un movimiento procreador, que con el ánimo de crear propuestas, sólo concibe pantallas, máscaras y apariencias, que lograron justificarse en cada una de las regiones del país. Sólo queda promover una organización…pero, con identidades y posturas fragmentadas…será posible? Vaya alguien a saber…