Se gastará cerca de 5 millones de soles en la mal llamada franja electoral para las elecciones primarias, resultado de la mala regulación de este Congreso. Desde 2006, el Estado proporciona a los partidos espacios gratuitos en medios para que presenten propuestas a la ciudadanía. Usualmente se destinaban a la candidatura presidencial, pues con el voto preferencial era difícil fraccionar el tiempo entre decenas de postulantes. Este aporte público no ha sido menor: en 2021 se asignaron 77 millones de soles para acceder a medios y redes sociales.
Recién en este siglo los partidos acceden gratuitamente a espacios en medios, como en otros países. Antes solo lo hacían quienes tenían recursos, generando gran desigualdad para llegar al elector, recordándose el caso del FREDEMO en 1990. La Ley de Partidos de 2003 restableció el financiamiento público indirecto en formato de franja electoral, así llamada porque los spots se transmitían el mismo día y hora en todos los canales abiertos. Aun así, coexistía con la publicidad que los partidos compraban privadamente.
En el referéndum de 2018 se aprobó que la única forma de acceder a medios durante elecciones fuera mediante financiamiento público indirecto pagado por el Estado, buscando reducir la desigualdad entre quienes tenían dinero y quienes no. Pero dejó de ser franja, pues se adoptó un modelo en el que cada partido distribuye libremente su tiempo según su estrategia. Paralelamente, se aprobaron las primarias abiertas o PASO, en las que debían participar todos los peruanos. Por ello, el acceso a medios se extendió también a las primarias y a las redes sociales, necesarias para que los precandidatos se den a conocer ante todo el electorado.
Sin embargo, todo cambió cuando el Congreso eliminó las PASO el año pasado. Quedaron modalidades en las que solo participan militantes. La franja pierde sentido: el público objetivo ya no es el electorado completo, sino poco más de un millón de militantes. El problema se agrava: en 2021 solo votó el 5% de la militancia, y nada indica que eso mejorará.
Hoy la ONPE, obligada por ley, debe distribuir cerca de 5 millones de soles para acceso a medios y redes. Pero los partidos están usando estos fondos para difundir publicidad general y no mensajes referidos a las primarias, desviando recursos y haciendo campaña adelantada. Cinco millones mal utilizados, como si sobrara el dinero. Esta situación revela un problema estructural: el financiamiento público, diseñado para equilibrar la competencia y reducir la influencia del dinero privado, termina desvirtuado por decisiones improvisadas del Congreso. Sin PASO y con una franja sin público real, el modelo pierde eficacia y desperdicia recursos que deberían fortalecer la transparencia y la equidad electoral. Urge corregirlo (Perú21, lunes 24 de noviembre del 2025).


