Keiko Fujimori ha anunciado hace algunos días la candidatura de su padre, pese a tener impedimentos legales y constitucionales. Previamente se había inscrito en el partido Fuerza Popular. En el 2026, año de las elecciones, Alberto Fujimori cumpliría 88 años y ya ahora padece de una salud quebrantada que le ha permitido beneficiarse de un indulto cuestionable. ¿Por qué entonces Keiko Fujimori proclama la candidatura de su padre? es probable que se deba a varias razones. La sola declaración ha creado expectativa, atracción pública y ha logrado colocar el tema en agenda, en medio del proceso que se le sigue a ella y a muchos de su entorno, por el llamado caso de los “cocteles”. Hay que recordar que en los tres procesos electorales anteriores, Keiko Fujimori ha perdido en la segunda vuelta y en ellos, su relación con su padre ha sido de cercanía, en algunos casos, o clara distancia, en otros. Ahora todo parece ser acuerdo y conciliación. Es que no hay manera que Fuerza Popular no tenga como candidato a un Fujimori. En todos los procesos electorales sin ellos, les ha ido mal, pues se trata de un partido dinástico.
Pero el obstáculo a las aspiraciones de los Fujimori ha sido el sistema de la segunda vuelta. Esta vez Keiko quiere superarlo con una clara asociación con Alberto, que en las encuestas aparece mejor posicionada que ella. A lo que se agrega el interés del sentenciado ex presidente de permanecer activo en la política, cosa que lo ha hecho desde que salió de la cárcel. La dupla familiar se posiciona así con bastante anticipación, contando con un núcleo duro de votantes que ya ha despertado temor en los predios y aspirantes de derecha. Esta estrategia les está dando réditos y la mantendrán así por buen tiempo.
Sin embargo, el calendario electoral obligará a Fuerza Popular a decidir, si realmente inscribe a su líder como candidato presidencial. Para ello tiene que hacerlo previamente en las elecciones internas (primarias) que se realizarán en el segundo semestre del 2025. Si Fuerza Popular lo hace, según el reglamento de las primarias publicado en febrero de este año, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debe calificar las candidaturas, pero no queda claro hasta dónde avance esa calificación. Si va al tema de fondo, deberá declarar improcedente la inscripción, pues el indulto no elimina la condena de 25 años. Como seguro en las primarias Fuerza Popular optará por la modalidad de delegados, en la que el control de la dirección del partido es total, presentará a Keiko Fujimori como reemplazo. Ciertamente, apelarán, protestarán y afirmarán que se trata de una injusticia en su contra. Victimización que les puede favorecer.
Pero, este camino es riesgoso, pues puede quedarse sin lista presidencial, si no se maneja con cuidado los tiempos y procedimientos de las engorrosas normas electorales. El otro camino, es que al borde de la fecha límite de inscripción, se presente solamente a Keiko Fujimori, a quien su padre anunciará el endose y apoyo en toda la campaña. A su vez, ella podría encabezar la lista al senado, con lo que podría ganar una importante bancada parlamentaria gracias al voto de “arrastre” y, no menos importante, beneficiarse de la tan deseada inmunidad parlamentaria, sino gana la presidencia pero si un escaño en la cámara alta.
En todo este tramo, el fujimorismo habrá ganado alta visibilidad y su pase a la segunda vuelta se verá reforzada en una competencia de decenas de candidatos. Una estrategia bien pensada que ya tiene éxito. Sin embargo, podría crear también un efecto contrario, al alentar un amplio anti fujimorismo, que ya triunfó en tres oportunidades. Por ahora los medios reportan que Keiko va a los tribunales y Alberto goza de buena salud.