Aclaración: el nuevo gabinete sí puede ser conformado por ministros del presidido por Fernando Zavala. La única limitación que tiene el presidente Pedro Pablo Kuczynski, es no designarlo como primer ministro. En el extremo, podría nombrar, como se especula, a Martín Vizcarra y mantener al resto del gabinete, incluido a Fernando Zavala en Economía y Marilú Martens en Educación. Si eso no fuera así, PPK habría cometido un error al cambiar a una ministra por 18 ministros, incluido su premier. Absurdo en términos de diseño institucional. Pero no es así. En el Estado de Derecho, el equilibrio de poderes, exige que un poder no avasalle al otro. Es por eso que si no existiera los mecanismos de defensa del presidente, el Congreso podría ilimitadamente censurar ministros. Es más, como antecedentes históricos tenemos los siguientes, en el último medio siglo. En 1963, al gabinete Oscar Trelles Montes de Acción Popular, ministro del interior y primer ministro a la vez, censurado en 1963, le siguió el gabinete Fernando Schwalb López-Aldana que contó con varios ministros del gabinete censurado. Igualmente, en el 2015, luego de la caída del gabinete Ana Jara, el presidido por Pedro Cateriano contó con ministros del anterior censurado. Que la decisión política no guste es un tema, pero que el presidente y su nuevo primer ministro no estén facultado a hacerlo, es otra cosa.
Es la primera vez que PPK toma la iniciativa política y, para gobernar con un parlamento mayoritariamente opositor, debe seguir haciéndolo. Ahora sí está en mejor posición de negociación. Pero si sigue ensimismado en una élite tecnocrática y social, la posición favorable que tiene, la perderá. Por su lado, Fuerza Popular debe darse cuenta que hacer uso indiscriminado del poder que le confiere de tener 71 votos, puede llevar a encrespar la confrontación entre los poderes. Hay que recordar que los tres últimos golpes de Estado, 1948, 1968 y 1992 tuvieron como protagonista a un parlamento mayoritariamente opositor. Falta poco menos de cuatro años del presente período de mandato y ya tenemos un ministro y un gabinete censurado, otro ministro a quien se le negó el voto de confianza y otro, obligado a renunciar bajo la amenaza de ser censurado. Sin el episodio de ayer, esta situación no iba a parar, todo lo cual pone en evidencia nuestro inadecuado diseño institucional, que es la peor versión de un presidencialismo parlamentarizado. No entender la dinámica de los actores políticos principales (gobierno y oposición), es encaminarse a un barranco, como los antecedentes históricos lo muestran dramaticamente. PPK no tendrá otra oportunidad y si no la aprovecha, será un presidente vaciado de poder, detrás de un desastre político.