Un fantasma recorre el mundo. La derecha populista, impulsada por el triunfo de Donald Trump, así como el ‘brexit’ en el Reino Unido, este año se ha preparado al asalto al poder.
Sin embargo, ha tenido un tropezón en Holanda. Ha triunfado en las elecciones del 15 de marzo el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) del primer ministro liberal Mark Rutte y ha quedado segundo el xenófobo y eurófobo Geert Wilders (19 escaños) del Partido de la Libertad (PVV) con un discurso profundamente antimusulmán (quiere prohibir el Corán). Conservadurismo, nacionalismo y miedo es lo que rodeó la campaña de Wilders.
En Francia, el 23 de abril, Marine Le Pen, del ultraderechista Frente Nacional, tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones. Bajo el grito de “On est chez nous” (Estamos en casa, o esta es nuestra casa), señala que la “mundialización” lleva a la migración masiva y a los atentados yihadistas. Con un nacionalismo a ultranza señala: “Estamos por lo local, contra lo global”. Es altamente probable que Le Pen pase a la segunda vuelta, pero el balotaje francés puede que le impida alcanzar la Presidencia de Francia.
En Alemania, en un clima con vientos de crecimiento de la extrema derecha, ha sido beneficioso para Frauke Prety, de Alternativa para Alemania (AfD), partido xenófobo y racista. Hace poco logró éxitos electorales a nivel regional y se ha ubicado en el vértice de la lucha contra los migrantes, incluso proponiendo que los guardias deben disparar contra aquellos que quieren ingresar ilegalmente a suelo alemán. Todo indica que crecerá en las elecciones al Bundestag.
En Austria, pese a que Norbert Hofer, del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), perdió las elecciones a fines del año pasado, la extrema derecha se ha consolidado, con un agresivo discurso euroescéptico y en contra de la inmigración. El partido cuenta con miembros neonazis.
En Grecia, el partido neonazi Amanecer Dorado, de base ideológica ultranacionalista, xenófoba y racista, es dirigido por Nikos Michaloliakos, y es la tercera fuerza política griega. Su radicalismo ha llevado a que parte de su dirección política esté en la cárcel acusada de ser una organización criminal.
La derecha populista se extiende en Dinamarca con el Partido Popular Danés (PPD), liderado por Kristian Thulesen Dahl. En Suecia con Los Demócratas Suecos, con su líder, Björn Söder, quien ha denunciado que el crecimiento del islam es “la mayor amenaza exterior desde la Segunda Guerra Mundial”. En Finlandia, Timo Sioni, es el líder del euroescéptico y antiinmigrante partido Verdaderos Finlandeses. En Hungría, con un discurso antisemita, antigitano y antieuropeo, el Jobbik (“Los mejores”), liderado por Gábor Vona, es la tercera fuerza política húngara.
El sistema de partidos europeo, que se movía entre el bipartidismo y el multipartidismo moderado, está desapareciendo. Varios de sus partidos están perdiendo vigencia, en medio de la crisis migratoria que ha alentado a la extrema derecha. Esta puede ser derrotada, pero el partido ideal europeo del siglo pasado difícilmente volverá a florecer (El Comercio, jueves 16 de marzo del 2017).
Lastimosamente los atentados terroristas de grupos radicales , alientan el surgimiento de grupos Xenófobos,y todo nos lleva a un circulo vicioso,a más xenofobia, más terrorismo y viceversa.
Buen análisis, deberia ser leído por todos. Es cierto que los fantasmas siempre recorren el mundo, recorrieron el mundo y lo recorreran, pero a nuestro favor tenemos un ritual que se llama ‘cordura’ o en algunos casos ‘educación’ y al menos en Francia ese ‘ritual’ se hizo prevalecer.